Por Delfina Milder y Pablo Méndez
Un ruido ensordecedor y el movimiento de la cama despertaron a Morgana Toledo en la madrugada de ayer. “Abrí los ojos y lo primero que vi fue que el techo se movía”, cuenta a El País desde su casa en la ciudad de Diyarbakýr, a menos de 300 kilómetros de Gaziantep, el epicentro del terremoto que devastó a esa región y ya deja un saldo de más de 5.000 fallecidos entre Turquía y Siria.
“La primera reacción fue salir corriendo porque fue un temblor tan grande, un ruido tan asustador, que parecía que se venía todo abajo. Salir del edificio fue un shock. Había gente con bebés en brazos. No lloraban tanto los bebés sino las madres por la desesperación. Fue un caos total”, relata aún desde el apartamento donde vive con su esposo.
“Mientras querías llegar a la puerta, el edificio se movía y te ibas dando con lo que había adelante. La gente gritaba en las escaleras. Y afuera nevaba y llovía”.
Toledo, uruguaya y profesora de inglés, vive en Diyarbakýr desde hace un año. Fue por trabajo y allí conoció a su esposo. Nunca había experimentado un sismo, nunca se imaginó este horror.
El edificio donde viven no se derrumbó, pero hay rajaduras en las paredes de su apartamento que antes no estaban. Tras cada réplica del terremoto -que nunca se sabe cuándo vendrán-, un técnico examina el edificio y determina si hay peligro de derrumbe o si sigue siendo habitable.
El suyo, por ahora, no ha sido clausurado, pero Toledo, que agradece vivir en el primer piso, deja la puerta entreabierta por si vuelve a sentir el temblor y tiene que salir corriendo.
Mientras esperan que sea seguro manejar, ella y su marido aprontan el auto para viajar hoy a una ciudad a 15 horas de donde viven. “A la mayoría de la gente no le queda otra opción que esperar. Hasta mañana (por hoy) no hay posibilidad de moverse a ningún lado. Hay un parlante que pasa cada media hora pidiendo a la gente no salir en el auto porque las brigadas están trabajando, retirando cuerpos y llevando a los rescatados a los hospitales”, relata. “También le están pidiendo a la población no entrar en pánico y no salir a comprar víveres en cantidad porque la gente que no tiene poder económico va día a día a los supermercados. Entonces, si mañana me compro medio súper y hay otra réplica del terremoto y me tengo que ir, dejo comida acá que no va a comer nadie”, agrega Toledo.
A menos de 500 metros de su edificio, hubo uno que se derrumbó. Se acercó y vio una escena devastadora: “Hay muchísimas ambulancias, civiles voluntarios buscando entre los escombros. Los rescatistas no te dejan estar allí si no vas a colaborar. Lo que se ve de lejos es una catástrofe total. Acá en mi ciudad se derrumbaron 18 predios, que son más de 18 edificios porque en cada predio hay varios. También se derrumbó un shopping”.
Las sirenas de las ambulancias son constantes y solamente los equipos de rescate ocupan todo el tránsito, por eso está la orden de no circular. “Si salgo con el auto les estropeo el trabajo”, advierte Toledo.
Ahora, lo que queda es esperar. Mientras no haya otra réplica, pasarán la noche en el apartamento junto con dos amigos cuyo edificio fue clausurado por peligro de derrumbe.
“Vamos a pasar acá, pero dejé el auto con mantas. El estacionamiento es el lugar más seguro, porque si caen los edificios, no te caen cerca. Si te asustás, te vas para el auto”, dice.
Hasta no estar en un lugar seguro, la incertidumbre es total. “Lo peor es que nadie tiene cómo saber cuando viene una nueva réplica”, lamenta.
Embajada monitorea situación
El embajador uruguayo en Turquía, Hugo Cayrús, dice a El País que el monitoreo de la situación que realizan junto con el Consulado General en Estambul es constante. “Se trata de identificar lo más rápido posible si hay compatriotas afectados en la zona. Lo que se ha podido identificar, en coordinación con Estambul, es que dos uruguayas casadas con turcos estaban en la zona del terremoto. Felizmente, ellas dos no se vieron afectadas”, dice el embajador a El País desde Ankara, la capital turca donde hace solo tres meses se estableció la embajada uruguaya. Para dimensionar la tragedia, Cayrús agrega que el país está en pleno invierno: “En las zonas afectadas por el terremoto se lucha no solo por las consecuencias del terremoto sino también con las bajas temperatura y la nieve”.
Testimonios y mensajes de los futbolistas
Desde la ciudad de Giresun, el futbolista uruguayo Ramón “Cachila” Arias dice a El País que “el miedo todavía persiste”, y está “muy sorprendido” por lo que está atravesando Turquía. Si bien vive a más de 600 kilómetros de donde tuvo lugar el epicentro, el terremoto igual “se sintió suave”. “Justo cuando pasó el segundo terremoto estaba en la concentración porque jugábamos hoy (por ayer lunes) a la noche. Ni bien sentí el movimiento, llamé a mi esposa que había salido a buscar a las niñas al colegio. Por suerte no experimentaron la sensación en el momento exacto”, relata el jugador del Giresunspor.
Sus pequeñas le preguntan “constantemente” por el tema, y el miedo no se va. “Pero informándonos también tenemos cierta tranquilidad. Además, no es muy común que haya en nuestra cuidad”, que se ubica en el noroeste.
Por su parte, Lucas Torreira, jugador de la Selección Uruguaya y del Galatasaray de Turquía, escribió en sus redes sociales: “Quiero expresar mi apoyo a todas las víctimas de esta terrible tragedia que ha ocurrido en la frontera turca con Siria. Gracias a quienes están participando activamente en las actividades de rescate y cuidado de quienes han sufrido esta desgracia. Mucho amor y cariño para todos. Estamos todos con ustedes”. También se pronunció Fernando Muslera, arquero de la Selección y jugador del Galatasaray, quien compartió en sus redes sociales el mensaje de su club que expresa: “Mejorate pronto Turquía”. El mismo mensaje compartió Maximiliano Gómez, jugador de la Selección y del Trabzonspor en Turquía.
Diego Rossi, jugador del Fenerbahce, compartió el mensaje que expresó su club y expresó: “Que Dios tenga misericordia de nuestros ciudadanos que perdieron la vida en el terremoto que ocurrió en Kahramanmara y que se sintió en muchas provincias, y deseamos una pronta recuperación para nuestros ciudadanos heridos”.