HISTORIAS
Juan Lucas Pezzino, Janet Cwaigenbaum y Dov Avital hablaron con El País y contaron cómo es su día a día en medio del conflicto entre Israel y Palestina.
Clarito, por encima de su voz, se escucha un silbido agudo que indica el vuelo de un misil y la alarma que se enciende inmediatamente. Juan Lucas Pezzino es uruguayo, tiene 60 años y vive en Israel. Atiende a El País desde el segundo piso de su departamento en Ashkelon, pero en menos de dos minutos se ve obligado a cortar la llamada. Avisa que se encerrará en el cuarto blindando que tiene en su casa, donde perderá la señal de cobertura, y por WhatsApp unos minutos más tarde dará cuenta que ya salió y puede seguir hablando.
Los cuartos blindados son obligatorios desde la Guerra del Golfo (1991) en los edificios construidos posteriores a esa fecha. Son cuartos de cemento armado y puertas metalizadas. Allí logra aislarse con su pareja cada vez que vuelve a sonar a la alarma. Juan Lucas no sale de la casa y se maneja con lo que ya tiene de provisiones.
"Un poco en chiste, pero paradójicamente tomé la peor decisión de mi vida en la última semana. Me mudé de Tel Aviv a Ashkelon y Ashkelon hoy es el centro donde atacan cada día y a cada hora. Me mudé por motivos laborales y también porque tengo la playa al lado. Parece Punta del Este. Le mandé fotos a mis amigos para que vean el Mediterráneo, la tranquilidad y dos días después se pudrió todo", señaló.
Juan Lucas es gerente de exportación de un empresa de envases para cosméticos. Se fue a Israel hace 23 años con su exesposa, con la que tuvo tres hijas que actualmente viven en Tel Aviv. Hoy vive junto a Ingrid Haas, su compañera y también uruguaya. Desde hace tres noches comenzaron a vivir entre misiles que llegan de la Franja de Gaza. No pueden dormir más de dos horas de corrido. Apenas pudieron conciliar el sueño en un sillón cama que tienen en el cuarto blindado.
"El día a día para los cuidadanos de Ashkelon podría decir que fue diferente en los últimos tres o cuatro días en la medida que ahora estamos encerrados en nuestras casas. Nos piden que no salgamos a la calle salvo que sea por algo muy excepcional", explicó.
También hay un protocolo si estás en la vía pública. Si vas manejando y suena la alerta, se debe frenar al auto, abrir la puerta y tirarse al suelo tapándose la cabeza. Si estás caminando, se recomienda también ir al piso entre uno y dos autos, si es posible.
"Es la ciudad más cercana a Gaza. Acá tenés 15 segundos para llegar al cuarto blindado si lo tenés en tu apartamento. En los edificios antiguos tenés que ir a las escaleras o al sótano y muchas veces no te dan los 15 segundos para llegar si vivís en un piso alto y no vas a ir obviamente en un ascensor", añadió.
Juan Lucas recordó que estuvo "en anteriores ataques", pero "era uno cada tanto". "Acá en los últimos 15 minutos hubo tres ataques", acotó.
Asimismo, indicó que busca tomarse "con bastante tranquilidad" cada vez que escucha un misil y suena la alarma aunque reconoce que es imposible no sentir "estrés". "Después te enterás que cayó uno a 30 cuadras de acá y murió alguien que no llegó al cuarto blindado", dijo y suspiró con un lamentar notorio en su tono de voz.
Por estos momentos el celular le "explota" a Juan Lucas. Amigos y familiares intentan comunicarse con él constantemente. Leen los diarios, ven las noticias y rápidamente se comunican con él para conocer en qué situación se encuentra.
De todos modos, manifestó que el miedo no le gana "para nada" y no piensa en armar las valijas. "Si algo aprendí acá es que, como yo antes no tenía mucha conexión con Israel, es que uno se acostumbra absolutamente a todo. Puede ser un poco inconsciente, pero después se transforma en naturalidad", puntualizó.
Juan Lucas afirmó que desde la Embajada de Uruguay en Israel, a través de una cadena de mails, y desde la Fundación para la difusión de la cultura uruguaya en Israel, de la cual es vicepresidente, se mantienen conectados entre todos los compatriotas. "La solidaridad del pueblo israelí, de los uruguayos en particular y mismo los latinos, es muy fuerte. Me ofrecieron anoche ir a dormir al norte que está más tranquilo. Mucha gente se ha ido del sur al norte y se quedan a dormir varios días. Es algo muy natural. Se han generado distintas cadenas de ayuda", finalizó.
"Estamos en una situación que es lo peor que he vivido en 24 años acá"
Janet Cwaigenbaum es uruguaya y tiene 55 años. Vive en el kibutz (comuna agrícola israelí) Nir Yitzhak, que se encuentra a 13 kilómetros de Egipto y a solo 4 kilómetros de la Franja de Gaza, uno de los puntos calientes del mapa en las últimas horas luego de que se reavivara el conflicto entre Israel y Palestina.
"Estamos en una situación que es lo peor que he vivido en 24 años acá", contó Janet a El País desde un cuarto de seguridad, que cuenta desde 2011, para estas situaciones de alerta. Rodeada de paredes gruesas de hormigón, con doble ventana (una de ellas de metal) y una televisión que no deja de emitir alertas, destaca que esta situación "no pasó nunca".
Cuenta que desde este lunes de tarde hasta las 18:00 hora local de este martes contabilizó 630 misiles lanzados desde la Franja de Gaza, a escasos kilómetros de su casa. "Cada dos minutos y medio hubo una alarma", graficó Janet sobre la magnitud de estos ataques. En tanto, 12 de esos misiles impactaron en Ascalon (a 100 kilómetros de Nir Yitzhak), destruyendo casas y dejando un saldo de dos mujeres muertas y 28 heridos.
Sin embargo, relata que la situación de alarma no es solo en esa zona. "Todo el país está recibiendo misiles. Hay alarmas de todas partes", dice mientras observa que en la TV se van indicando en color naranja las localidades bajo alerta por el ataque con misiles.
Janet vive en una zona agrícola que se dedica en mayor medida al cultivo de papas. Como directora de recursos humanos de la empresa agrícola del kibutz donde vive, contó que desde el lunes el Ejército ha impedido que la empresa pueda hacer una recolección nocturna, que se hace a esta altura del año por los intensos calores en la zona.
Tiene tres hijos, dos de los cuales integran el Ejército israelí, mientras que una hija vive en el exterior. Hasta ahora, Janet recuerda cuatro grandes operaciones por ataques, que fueron escalando una respecto a otra. Cuando sus hijos eran chicos, intentaba de que estas situaciones límites, como salir corriendo a un cuarto de seguridad fueran un juego.
En las últimas horas, varias familias con hijos chicos se movilizaron hasta Tel Aviv o cerca de Jerusalén, pero sigue encerrados ante esta situación.
Cuando ella arribó a esta zona en 1997 trabajadores palestinos trabajaban en el kibutz, pero eso fue cambiando a lo largo de los años. "Lo que nos está pasando hoy acá es desmedido", destacó Janet, que mantiene la esperanzas de que esta situación se revierta.
"¿Cómo hemos llegado a una situación tan tensa y delicada sin que hubiera necesidad?"
Dov Avital tiene 66 años y hace 46 que vive en Israel. Actualmente está junto a su esposa en el kibutz Metzer, al norte, en una de las regiones "más tranquilas" dentro del conflicto. No escucha misiles ni se encienden las alarmas en ese punto, pero sigue con "preocupación" el tema, ya que mantiene la incertidumbre por saber cómo están sus hijos y nietos en el centro de Israel.
"Estamos tranquilos desde el punto de vista de los cohetes, mis hijos y nietos que están en en el centro sí lo viven, pero es Metzer es una región donde hay población judía y musulmana. En estos momentos hay tensión", contó a El País.
A Dov le preocupa lo que le pueda pasar a su familia. "Están cuidándose mucho. Los niños son chicos y están durmiendo en el cuarto blindado, protegido; pero sin dudas que esto rompe la rutina. Yo porque capaz no tengo la preocupación de que me caiga un misil en la cabeza dentro de un minuto, pero me preocupa más la situación en general. ¿Cómo hemos llegado a una situación tan tensa y delicada sin que hubiera necesidad?", planteó.
"Estamos esperando que esto termine lo antes posible sin derramamiento innecesario de vidas civiles. En definitiva los civiles son quienes pagan el precio de las decisiones políticas: tanto si son afectados en vida o pierden su hogar, de un lado u otro de la frontera. La tragedia es que vemos el dolor de ambas partes. Quién empezó o quién tiró más cohetes no es lo importante en este momento. Lo importante es cómo salimos de esto y cómo podemos vivir juntos", agregó.
Temen una "guerra a gran escala" en Medio Oriente
El mundo mira con preocupación la delicada situación en Medio Oriente, luego de los ataques de Hamás contra Israel y la respuesta de este país. Esta escalada militar entre Israel y Hamás, que por ahora ha dejado 30 muertos, se intensificó ayer martes con una lluvia de cohetes lanzados por el grupo islamista contra Tel Aviv y los intensos bombardeos del ejército israelí en la Franja de Gaza.
El ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay expresó "su firme condena" a los "actos terroristas y el recrudecimiento de los ataques perpetrados desde Gaza contra el territorio israelí".
Además, el presidente Luis Lacalle Pou se contactó con embajador Yoed Magen para solidarizarse con Israel.
La escalada de violencia entre Israel y las milicias palestinas de Gaza entró este miércoles sin interrupción en una tercera jornada que sigue aumentando las víctimas mortales, con 48 palestinos muertos en Israel.