EFE, AFP
El papa Francisco aprobó ayer lunes el decreto en el que reconoce las “virtudes heroicas” del español Antoni Gaudí, conocido como el “arquitecto de Dios” por su trabajo en el diseño de la Sagrada Familia de Barcelona.
Francisco, que se encuentra aún convaleciente de su infección respiratoria, recibió al prefecto del Dicasterio de la Causa de los Santos, Marcello Semeraro, y firmó algunos decretos, entre ellos el del arquitecto catalán nacido el 25 de junio de 1852 y fallecido el 10 de junio de 1926 en Barcelona.
El decreto sobre Gaudí fue el primer encuentro oficial de su agenda desde que dejó el hospital el 23 de marzo.
El camino hacia la santidad tiene varias etapas: la primera es que el candidato sea declarado “Venerable siervo de Dios”, título que se da a una persona fallecida a la que se reconoce “haber vivido las virtudes de manera heroica”; la segunda, beato y la tercera santo.

Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión, y para que sea canonizado o hecho santo se precisa un segundo milagro obrado por intercesión, después de ser proclamado beato.
El proceso de beatificación de arquitecto catalán se impulsó hace 30 años por la Asociación para la probeatificación de Antonio Gaudí, fundada en 1992 y presidida por José Manuel Almuzara, mientras que posteriormente el cardenal y arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, constituyó la Asociación Canónica que tomó el relevo de la de carácter civil.
La nueva asociación aceleró el proceso enviando en 2023 la “positio” o argumentario fundamental sobre la causa de beatificación de Gaudí al dicasterio de las Causas de los Santos.
Según la Asociación Canónica, Gaudí fue “testimonio de fe, hombre de fe, gran observador de la naturaleza y arquitecto genial y se ha convertido en una figura universal de la arquitectura moderna. Su aportación a esta disciplina rompió con los esquemas establecidos. El testimonio de fe que ofreció en vida, ha quedado plasmado en su obra más importante, la Sagrada Familia de Barcelona”.

En marzo del año 2000, la Santa Sede había autorizado la apertura formal del proceso diocesano de beatificación que llevó a constituir el correspondiente tribunal para investigar la fama de santidad.
Gaudí es el creador de la monumental basílica de la Sagrada Familia de Barcelona, en construcción desde hace más de un siglo y consagrada en 2010 por Benedicto XVI, allanando el camino para su uso como lugar de culto.
En aquella ocasión, el papa alemán alabó “el genio de Antoni Gaudí” que, “inspirado por el ardor de su fe cristiana, logró transformar esta iglesia en una alabanza a Dios hecha de piedra”. Benedicto XVI, cuando consagró la Sagrada Familia, definió a Gaudí como un “arquitecto genial y cristiano consecuente” que “superó la escisión actual entre la conciencia humana y la conciencia cristiana, entre la existencia en este mundo temporal y la apertura a una vida eterna, entre la belleza de las cosas y Dios como la Belleza”.
Gaudí aceptó dirigir la obra de la basílica en 1883, cuando tenía 31 años. Desde entonces, dedicó su vida a este templo en Barcelona.
