A pesar del pronunciamiento de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el Gobierno de Venezuela celebró ayer un referendo popular para reclamar la soberanía sobre el Esequibo, un área en reclamación con Guyana.

Las opiniones sobre la jornada electoral de ayer fueron encontradas. Por un lado, periodistas en Caracas informaron a El País que hubo poca afluencia en los centros de votación; la oposición venezolana, en especial Voluntad Popular, también informó lo mismo y difundió fotos y videos de centros electorales vacíos o con escasas personas, principalmente en Caracas.

Por otro lado, voceros del oficialismo negaron -a través de las redes sociales- que los centros de votación estuvieran vacíos. Elvis Amoroso, presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), declaró en las redes: “El proceso es tan rápido que no hay tiempo de que se formen colas”.

Al cierre de esta edición, las autoridades habían extendido el horario de votación y los “operativos” procedían a ejecutar la orden de ir “casa por casa” para incentivar el voto, según informaron periodistas a El País

El referendo sobre la zona territorial en reclamación sirve de termómetro sobre la pulseada de la política venezolana, en un año preelectoral. Es decir, la de ayer fue una votación por el Esequibo, pero Nicolás Maduro intentó capitalizarla a su favor.

El País entrevistó a Luis Vicente León, director de la consultora Datanálisis, quien desde Caracas afirmó que “Maduro le ha sacado el polvo a este tema del Ezequibo, que estaba archivado desde hace muchos años, para movilizar a los venezolanos, pocas semanas después de que las primarias de la oposición atrajeran la atención internacional con una participación masiva de electores, en las que María Corina Machado resultó ganadora”.

En su opinión, el objetivo del gobierno con este referendo era mostrar que podía movilizar a las masas más que la oposición. Durante la jornada de ayer, aún sin conocerse los resultados, alguna prensa internacional ya hablaba del “descalabro” que significó la jornada para el Gobierno. Pero la expectativa sobre lo que declararía el CNE se mantenía.

Consultado sobre si los centros de votación vacíos son una muestra de fracaso del oficialismo, León señaló: “Hay que esperar los resultados. No necesariamente tiene que haber cola para sumarse muchos votos. Hay una gran cantidad de centros habilitados, es lógico que no haya cola”. No obstante, reconoció la posibilidad de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) podría llegar a manipular los resultados, en tanto no es un ente autónomo ni tiene contraparte.

Cabe señalar que el conflicto sobre la zona del Esequibo es de gran importancia nacional, porque la mayoría de los venezolanos ha sido formada bajo la tesis de que ese territorio les ha sido despojado de manera sesgada, y considera que los gobiernos no hicieron las labores diplomáticas suficientes como para mantener la vigencia del reclamo.

“Incluso Hugo Chávez fue laxo con ese tema, con la idea de ganarse el apoyo de los países de la Comunidad del Caribe (Caricom)”, dijo a El País Milos Alcalay, diplomático de carrera y exembajador de Venezuela ante las Naciones Unidas.

Pero los tiempos han cambiado y el Gobierno de Maduro mueve ahora el avispero con su reclamación, porque, según Alcalay, necesita un factor unificador que distraiga de la crisis y del avance político opositor.

Las ONG han advertido que la estrategia oficialista de querer “distraer” con el tema del Esequibo (al estilo de “Las Malvinas son argentinas) es “jugar con fuego”, porque el conflicto podría irse de las manos.

La amenaza chavista de militarizar más la frontera ha llevado a la CIJ a declarar que “se abstenga de tomar cualquier acción que modifique la situación del Esequibo”, en aras a mantener la paz. Caso omiso por parte del gobierno de Maduro ante la advertencia; por el contrario está levantando obras de infraestructura en las cercanías de la zona en reclamación. Guyana también izó una bandera gigante en ese territorio y organizó marchas contra la convocatoria del referendo en Venezuela.

Según León, “el dilema que se plantearon los venezolanos fue: si debían participar abiertamente en la defensa de un territorio en un referendo, o no hacerlo por sentirse manipulados desde el punto de vista político y pensar que un apoyo al referéndum era apoyar a Maduro, a quien rechazan”.

Durante la campaña, Maduro se presentó como “defensor de la patria” y apeló al “sentimiento nacionalista”, aun cuando hubo muchos años de abandono en la reclamación del Esequibo por la propia “revolución” bolivariana. “Maduro intentó mostrar que la movilización alrededor del Esequibo era mayor que la de las primarias de la oposición. Esta jornada electoral estaba pensada como un plebiscito entre él y la oposición”,
insistió el analista.

Alcalay afirmó que el chavismo busca una confrontación innecesaria, que puede revertir en su contra.

“La pregunta acá es lo que va a pasar mañana lunes, el día después de esta votación, porque hay una promesa por parte del Gobierno de un plan acelerado para la creación de un Estado en la zona en reclamación y se espera que cumpla”.

En ese contexto, hay que estar atentos no solo a los resultados del referendo, sino a los pasos que dará el Gobierno en ese sentido. “Si gana el Sí es probable que el Maduro refuerce aún más los militares venezolanos en la frontera y que este tema sea recurrente en los próximos meses. Si el clima con Guyana se enrarece, le podría servir a Maduro, llegado el momento, para decretar un “estado de emergencia” y así postergar o no realizar las elecciones presidenciales de 2024.

Alcalay coincidió en que los pasos para “recuperar el Esequibo” no están claros y, por ende, resultan riesgosos.

Otra espada pende sobre el gobierno de Maduro: la advertencia de Estados Unidos de que reestablecerá sanciones en materia petrolera, si no libera a los presos políticos y no habilita a los opositores para las elecciones 2024.

Al respecto, León opinó que esa advertencia es “más discursiva que real”. Esto debido a que, en la coyuntura actual de guerras en la escena internacional, el petróleo de Venezuela es necesario no solo para Estados Unidos, sino para Europa y otras partes del mundo. “La flexibilización de las sanciones petroleras no solo le favorece al gobierno de Maduro, a todos les conviene, también a Estados Unidos”, reafirmó.