Víctimas de abuso de la Iglesia agradecen apoyo del papa Francisco en multitudinario encuentro en Portugal

Francisco pidió ante el clero luso "una purificación humilde y constante" en relación con el escándalo de los abusos a menores y que las víctimas "sean siempre acogidas y escuchadas".

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El papa Francisco en Lisboa, Portugal
El papa Francisco en Lisboa, Portugal.
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Víctimas de pederastia de la Iglesia católica lusa agradecieron ayer el apoyo del papa Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Lisboa por denunciar los abusos y reunirse con un grupo de 13 afectados, mientras denuncian la “censura salvaje” de autoridades en Portugal.

António Grosso, uno de los impulsores de Coração Silenciado -la única asociación de víctimas de abusos de la Iglesia en Portugal-, celebró en declaraciones a EFE que el Papa se pronunciara públicamente contra la violencia sexual en la institución frente al silencio del programa oficial.

Francisco pidió el miércoles ante el clero luso “una purificación humilde y constante” en relación con el escándalo de los abusos a menores y que las víctimas “sean siempre acogidas y escuchadas”.

Al término de su primera jornada en Lisboa, el papa recibió en privado a 13 víctimas de abusos en la Iglesia en representación de los más de 4.800 menores que, según una investigación independiente, fueron abusados en Portugal en los últimos 70 años.

Grosso consideró que “el Papa tenía la obligación” de hablar de ello, “coherentemente con la campaña que ha hecho”, para “advertir a esa juventud mundial que está presente en Lisboa de que no se dejen manipular por los abusadores dentro de la Iglesia, que los denuncien”. “Como esperábamos fue el único en esta JMJ que vino a pronunciarse públicamente y formalmente y a favor de las víctimas porque la Jornada tuvo un programa sin una línea sobre el tema”, afirmó Grosso.

Grosso, que fue abusado por dos religiosos desde los 10 años, no asistió a la reunión con el pontífice pero ha seguido muy de cerca el proceso porque otra víctima de la asociación Corazón Silenciado acudió al encuentro. “Fue bien, todo entregado en mano, todo dicho, misión cumplida”, le informó su compañera tras la cita con el Papa.

En esa reunión, explicó Grosso, le entregó al pontífice un dossier con testimonios de tres miembros de la asociación e informes sobre la “indigna” respuesta de la Iglesia lusa ante la dimensión de la pederastia en la institución. En una decisión que levantó duras críticas en Portugal, la Conferencia Episcopal lusa (CEP) dejó en manos de los obispos la actuación sobre los sacerdotes señalados por abusos. Como resultado, fueron apartados del cargo unos quince, pero algunos han retomado su actividad.

Por otro lado, en un encuentro por la mañana con estudiantes de la Universidad Católica de Lisboa, Francisco recordó “la urgencia dramática” de luchar contra el calentamiento global y abogó por una “ecología integral” para salvar “la casa común” de la humanidad.

Pero esa tarea es imposible “sin una conversión del corazón y un cambio en la visión antropológica que está en la base de la economía y de la política”, agregó ante las 6.500 personas que asistieron a su intervención.

La JMJ se celebra del 1 al 6 de agosto en Lisboa y su área metropolitana, y ha atraído a cerca de un millón de fieles, según la organización. Las ceremonias son lideradas por Francisco, que llegó el miércoles y permanecerá en Portugal hasta el domingo.

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