ESTE MIÉRCOLES
Los voluntarios mantienen bloqueadas las esclusas por las que debe pasar el buque Crimson Ace, de 225 metros de largo, con millones de kilos de soja brasileña.
Consideró este buque brasileño como "parte de un sistema alimentario roto vinculado a la destrucción de la naturaleza" con el objetivo de la producción industrial de carne, y subrayó que la gran mayoría de la soja va destinada a los alimentos de vacas, cerdos y pollos.
Participan activistas de Brasil y 15 países europeos, además de líderes indígenas brasileños que se han sumado a la protesta en la ciudad IJmuiden, la puerta del mar, a bordo del Beluga II, el velero de 33 metros de eslora de Greenpeace.
Los escaladores bloquean las puertas de las esclusas con una pancarta en la que se puede leer: "UE: detén la destrucción de la naturaleza ahora".
Además, varios activistas navegan en botes con pancartas en sus propios idiomas y grandes cubos inflables flotan en el agua con el mensaje "Protejan la naturaleza" y los nombres de más de 10.000 personas de seis países que, según Greenpeace, apoyan esta protesta.
"Hemos sido expulsados de nuestra tierra y nuestros ríos han sido contaminados con veneno, todo para dar cabida a la expansión del agronegocio", advirtió Alberto Terena, líder indígena del Consejo del Pueblo Terena en el estado de Mato Grosso do Sul.
Para este líder indígena, "Europa comparte la responsabilidad por la destrucción de nuestros hogares. Pero esta legislación puede ayudar a detener la destrucción futura".
Además, instó a los ministros de la UE a garantizar los derechos de los pueblos indígenas y el futuro del planeta, y alertó de que "la producción de alimentos para sus animales industriales y la carne de vacuno que se importa ya no deberían significar" el sufrimiento de su pueblo.