"ES PROBABLE QUE REDOBLE SUS ESFUERZOS"
El presidente ruso esperaba tomar Kiev en dos días; ahora avanzará “sin importar las bajas civiles”.
Además de aislado y con pocos socios en el tablero internacional, Vladimir Putin está “frustrado” y “enojado” por cómo marcha suinvasión a Ucrania. Así lo reveló el director de la CIA, William Burns, en una audiencia en el Congreso de Estados Unidos.
“Creo que Putin está enojado y frustrado en este momento. Es probable que redoble sus esfuerzos y trate de aplastar al ejército ucraniano sin importar las bajas civiles”, dijo Burns.
“Creemos que Putin sufre la falta de deferencia de Occidente hacia él”, agregó la jefa de los servicios de inteligencia estadounidenses Avril Haines durante la misma audiencia.
“Siente que esta es una guerra que no puede permitirse perder. Pero lo que podría estar dispuesto a aceptar como una victoria podría cambiar con el tiempo”, explicó.
El director de la CIA también se refirió al “sistema” puesto en marcha por el presidente ruso en el que su propio círculo de asesores “es cada vez más estrecho”, una tendencia acelerada por la pandemia del covid-19.
Burns consideró que el enojo de Putin es porque esperaba controlar Kiev, la capital ucraniana, en dos días, pero “después de casi dos semanas, todavía no han podido rodear completamente la ciudad”.
Por ello, predijo “unas próximas semanas muy duras”, pues se espera que Rusia duplique su potencial militar y “trate de aplastar al Ejército ucraniano sin tener en cuenta las bajas civiles”.
Burns explicó que la invasión rusa a Ucrania era resultado de una “profunda convicción personal” de Putin, que ha “gestado desde hace muchos años una mezcla explosiva de agravios y ambición”.
El director de la CIA consideró “probable” que el presidente ruso “redoble sus esfuerzos e intente aplastar al ejército ucraniano sin preocuparse por las bajas civiles”.
Pero también aseguró estar “absolutamente convencido” de que los ucranianos seguirán resistiendo con “eficacia y firmeza”.
Burns destacó que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha demostrado estar “a la altura del momento con un liderazgo valiente”, que los europeos han tenido una “respuesta notable” y que las sanciones de Occidente son “devastadoras” para Rusia.
“Raspútitsa”
El clima puede jugar un papel decisivo en la invasión rusa a Ucrania con la prevista llegada de la “raspútitsa”, un fenómeno estacional que convierte la tierra firme en un barrial poco favorable al avance de vehículos militares.
Esta palabra rusa que significa “tiempo de las malas rutas” es una realidad bien conocida en Ucrania, Rusia y Bielorrusia, donde la subida de temperaturas y la nieve derretida en la primavera y las fuertes lluvias en otoño se traducen varias semanas de lodo.
Antes incluso del inicio de la raspútitsa, las imágenes de tanques y vehículos militares rusos embarrados en Ucrania ya circulan por redes sociales.
“Ya ha habido muchas situaciones en las que tanques rusos y otros vehículos pasaron por campos y quedaron bloqueados. Los soldados se vieron obligados a abandonarlos y continuar a pie”, afirma a AFP el analista militar ucraniano Mikola Beleskov. “Este problema existe y va a agravarse”, añade.
Este fenómeno ocurre en las famosas “tierras negras” de Ucrania, un tipo de suelo conocido como “chernozem”, a las que debe su riqueza agrícola este país y las regiones rusas vecinas entre los ríos Don y Volga.
Las tropas de Napoleón ya sufrieron esa penosa experiencia que retrasó su retirada de Rusia a finales de 1812 y las dejó expuestas al invierno.
Más de un siglo después, en el frente oriental de la Segunda Guerra Mundial, “las grandes operaciones mecanizadas estuvieron casi completamente paralizadas durante las grandes lluvias del otoño o en los deshielos de primavera a causa de la célebre raspútitsa, el lodo de las llanuras rusas, y se reanudaban en invierno cuando el suelo se había endurecido”, explicó el historiador Laurent Henninger en la revista francesa Défense Nationale en 2015.
“Fue con la llegada del invierno de 1941 que Hitler pudo lanzar su gran ofensiva, fracasada, destinada a tomar Moscú”, señaló en un artículo sobre el impacto del factor climático en las guerras.
En el sentido inverso, la raspútitsa frenó la contraofensiva soviética en 1943.
“Recordatorios históricos: el deshielo provoca una temporada de barro (raspútitsa) que dura 3-4 semanas, y remonta del sur (Crimea) hacia el norte hasta Bielorrusia en algunos días. En 1942 empezó el 21/03. En 1943, el 18/03. En 1944, el 17/03”, indicó en Twitter el historiador militar Cédric Mas.
“El tiempo no juega a favor de Putin”, estimó el domingo, subrayando que, además de las sanciones y el aislamiento diplomático de Rusia, “la meteorología se va a degradar próximamente con la raspútitsa”.
“El comienzo de la primavera es un mal momento para conquistar Ucrania”, escribía el profesor en estrategia de seguridad nacional Spencer Meredith en un artículo publicado a algunos días del inicio de la invasión para el Modern War Institute de la prestigiosa academia militar estadounidense West Point.
Generales en el frente.
La muerte confirmada de un general ruso en el frente ucraniano y las versiones sobre un segundo deceso de otro, confirma que Rusia decidió enviar a los oficiales superiores al frente, arriesgándose a sufrir pérdidas.
La municipalidad de la ciudad de Novorosiisk, en el sur de Rusia, confirmó la semana pasada que el general Andrei Sukhovetski, comandante adjunto del 41º ejército, murió como “héroe” en Ucrania tras haber estado en Siria entre 2018 y 2019.
El general Vitali Gerassimov -no confundir con el jefe de Estado mayor ruso Valeri Gerassimov- fue dado por Ucrania como muerto en combate por Ucrania. “Otro general de dos estrellas murió hoy de lado ruso; es el segundo en doce días”, informó en CNN el general estadounidense retirado Mark Hertling.
Rusia ha desmentido la muerte de Gerassimov. Una cadena Telegram pro-Kremlin afirmó que estaba “vivo, con buena salud y asumía sus tareas militares”. (AFP, EFE)

Estados Unidos estima que entre 2.000 y 4.000 soldados rusos han muerto en combate desde que comenzó la invasión a Ucrania y prevé que las próximas semanas de guerra serán “muy duras”.
El dato lo dio el director de Inteligencia del Pentágono, general Scott Berrier, durante una comparecencia de los representantes de las principales agencias de inteligencia del país ante un comité de la Cámara Baja de Estados Unidos. Preguntado sobre el número de bajas rusas, Berrier dijo que entre 2.000 y 4.000 soldados rusos habrían muerto, aunque admitió “baja confianza” en esta cifra porque procede de varias fuentes. La semana pasada, el Ministerio de Defensa de Rusia informó de 498 bajas en las filas rusas.
El general opinó que la invasión rusa de Ucrania estuvo “mal planeada”, dado que el Kremlin no movilizó el “apoyo logístico” necesario para alcanzar su objetivo de ocupar el país rápidamente.
La Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos dijo ayer martes que ha verificado que 474 civiles han resultado muertos en la guerra, mientras el Gobierno ucraniano contabiliza más de 2.000.
Más de 2 millones de personas han huido ya de Ucrania por la invasión.