EFE, AFP / Berlín y Kiev
En medio del aislamiento internacional por parte de las potencias occidentales por la invasión a Ucrania, el presidente ruso, Vladimir Putin, logró este viernes romper el hielo y restablecer un canal de diálogo con el canciller alemán, Olaf Scholz, lo que ha provocado un fuerte enojo del mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski.
“El canciller Scholz me dijo que tenía previsto llamar a Putin. Su llamada, en mi opinión, abre la caja de Pandora. Ahora puede haber otras conversaciones y llamadas telefónicas. Son meras palabras”, dijo Zelneski en su tradicional discurso nocturno a la población.
“Y esto es exactamente lo que Putin busca desde hace tiempo. Es fundamental para él debilitar su aislamiento, así como el aislamiento de Rusia, y mantener meras conversaciones que no llevarán a ninguna parte. Lleva décadas haciéndolo”, enfatizó Zelenski.
El presidente ucraniano sostuvo que esto ha permitido a Rusia evitar cualquier cambio en sus políticas, “lo que en última instancia ha conducido a esta guerra”.
“Comprendemos todos los retos actuales y sabemos lo que hay que hacer. Y queremos dejarlo claro: no habrá un ‘Minsk-3’, afirmó Zelenski en referencia a los dos Acuerdos de Minsk negociados en su momento con Rusia para poner fin al conflicto en el este de Ucrania que comenzó en 2014.
Aquél conflicto entre rebeldes prorrusos apoyados por el Kremlin y las fuerzas ucranianas en el Donbás quedó solamente congelado hasta que se convirtió en una guerra a gran escala en febrero de 2022 con la invasión rusa. “Necesitamos una paz real”, insistió el presidente de Ucrania.
Las condiciones de Putin
Scholz habló este viernes, por primera vez desde diciembre de 2022, con Putin, ante quien enfatizó por teléfono que “ninguno de los objetivos bélicos” de Rusia se había alcanzado, y le instó “a estar dispuesto a entablar negociaciones serias con Ucrania con el objetivo de lograr una paz justa y duradera”.
El canciller alemán hizo en este sentido un llamamiento a Putin “para que ponga fin a la guerra de agresión contra Ucrania y retire las tropas”.
Sin embargo, Putin insistió en que está dispuesto a negociar la paz pero bajo sus condiciones.
“La propuesta de Rusia es bien conocida (...). Los posibles acuerdos deben tener en cuenta los intereses de la Federación Rusia en materia de seguridad, partir de la realidad sobre el terreno y, lo más importante, erradicar las causas originarias del conflicto”, le informó Putin a Scholz.
Putin exige en concreto la retirada de las tropas ucranianas del Donbás y del sur de Rusia, y la renuncia de Ucrania al ingreso en la OTAN.
En la conversación de este viernes con el canciller alemán, Putin subrayó que “la parte rusa nunca renunció y sigue estando abierta a la reanudación de las negociaciones que fueron interrumpidas por Kiev”, en alusión a las conversaciones de finales de marzo de 2022 en Estambul. La nota oficial subraya que la charla entre ambos mandatarios fue “pormenorizada y franca”.
“Putin recordó que la actual crisis es resultado directo de la política agresiva durante muchos años de la OTAN, encaminada a crear en territorio ucraniano una plataforma antirrusa que ignoraba los intereses de nuestro país en el ámbito de la seguridad y pisoteaba los derechos de los rusoparlantes”, resalta.
Putin aseguró que no ve posible unas “relaciones de buena vecindad” con Ucrania si este país no renuncie definitivamente a sumarse a la Alianza Atlántica, al tiempo que afirmó que la futura frontera del país vecino dependerá de la voluntad de los habitantes de lo que llamó “territorios históricos”.
Nada sin Ucrania
El canciller Scholz, por su parte, subrayó “el compromiso inquebrantable de la UE con Ucrania”, según un comunicado de su gobierno, y reiteró “la determinación de Alemania de apoyar a Ucrania durante el tiempo que sea necesario en su lucha defensiva contra la agresión rusa”.
Tras la conversación, el primer ministro polaco, Donald Tusk, indicó que el dirigente alemán le puso al corriente de la conversación con Putin. “Me alegró oír que (Scholz) no solo condenó inequívocamente la agresión rusa, sino que también reiteró la posición polaca: nada sobre Ucrania sin Ucrania”, escribió Tusk en X.
Desde que comenzó la invasión rusa, Alemania -socio histórico de Rusia en materia energética- ha sido el segundo mayor proveedor de ayuda militar a Ucrania, después de Estados Unidos. Sin embargo, en los últimos meses Scholz se negó, a pesar de las reiteradas peticiones de Zelenski, a suministrarle a Ucrania misiles de largo alcance Taurus por temor a una escalada en la guerra con Rusia y rechazó la solicitud de Ucrania de integrarse a la OTAN.
Estas tensiones, exacerbadas por las dificultades de Ucrania en el frente ante el avance del ejército ruso en el este, se producen en un contexto geopolítico mundial incierto desde la elección de Donald Trump a la Casa Blanca.
El presidente electo prometió en los últimos meses que podría resolver el conflicto ucraniano “en veinticuatro horas”, sin detallar su plan. Su victoria hace temer a los ucranianos que el apoyo estadounidense desaparezca.