GUERRA
Putin se reunirá este lunes en Minsk con su principal cómplice en la “operación militar especial”, el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko.
El presidente ruso, Vladímir Putin, viaja a Bielorrusia en una semana decisiva para la futura estrategia militar de Rusia en Ucrania, donde la apertura de un segundo frente podría poner en muchas dificultades al Ejército ucraniano.
“Esperamos anuncios importantes”, informó ayer el programa de televisión “Moscú. Kremlin. Putin” sobre la agenda del presidente ruso para la próxima semana.
Putin se reunirá mañana, lunes, en Minsk con su principal cómplice en la “operación militar especial”, el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, y en los próximos días presidirá la reunión del Ministerio de Defensa y el jueves la del Consejo de Estado.
Integración
Putin viajará acompañado del ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú, quien sobrevoló el fin de semana el frente ucraniano en helicóptero e inspeccionó las posiciones rusas en el campo de batalla.
Además del proceso de integración, según el Kremlin, las conversaciones entre rusos y bielorrusos se centrarán en “la situación político-militar” que rodea a ambos países, sus “capacidades defensivas” y las “medidas conjuntas de respuesta” al reto que representa la OTAN.
En Bielorrusia ya se encuentra desplegada una agrupación militar conjunta y, además, en ese país se entrenan parte de los 300.000 reservistas movilizados por Putin.
Según Minsk, el componente ruso de la agrupación regional está formado por hasta 9.000 militares, unos 170 tanques, hasta 200 vehículos blindados de combate y hasta 100 cañones y morteros de grueso calibre.
Hasta ahora, Lukashenko se ha negado a que su Ejército participe directamente en los combates e incluso tuvo que salir al paso al proclamar esta semana que él es quien manda en Bielorrusia, en clara alusión al Kremlin.
Además, la visita coincide con los rumores sobre que el servicio militar en Rusia podría ser incrementado de uno a dos años, como en tiempos de la Unión Soviética. Los llamados a filas en primavera servirían 18 meses, los reclutados en otoño, 24 meses, según informó a la prensa un comisario militar de la región de Moscú.
La noticia fue desmentida por el ministerio ruso de Defensa, pero tras lo ocurrido con la caótica movilización parcial, corrió como la pólvora en este país. Putin prometió en su momento que ni los reclutas serán enviados al frente ni será necesaria una segunda movilización de hombres en edad militar.
Segundo frente
El comandante de la Fuerzas Conjuntas ucranianas, el teniente general Serhiy Náyev, cree que Putin busca una mayor implicación bielorrusa en el conflicto.
“Desde nuestro punto de vista, durante esa reunión se abordará el asunto de la futura agresión contra Ucrania y una mayor implicación de las Fuerzas Armadas de Bielorrusia en la operación”, dijo en Facebook.
A su juicio, esa mayor participación sería “terrestre”. De hecho, Bielorrusia celebró esta semana maniobras militares cerca de la frontera con Ucrania y ambos países preparan para 2023 los ejercicios conjuntos “Escudo de la Unión”.
En cambio, el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) cree que la visita de Putin al Bielorrusia es parte de una campaña de desinformación para que el enemigo se vea obligado a dispersar sus fuerzas.
Escenarios
Ucrania se está preparando en la frontera de Bielorrusia “para todos los posibles escenarios de defensa”, según ha asegurado ayer el presidente del país, Volodimir Zelenski, ante el anuncio del presidente ruso Vladímir Putin de viajar a Minsk en busca de un segundo frente de guerra.
“La protección de la frontera con Rusia y Bielorrusia es una prioridad constante. Nos estamos preparando para todos los posibles escenarios de defensa. Quienquiera que incline a Minsk a lo que sea, no lo ayudará como cualquier otra idea enfermiza en esta guerra contra Ucrania y los ucranianos”, ha afirmado Zelenski en su habitual discurso de última hora.
En la reunión del Estado Mayor de la Defensa de Ucrania celebrada ayer, según ha explicado Zelenski, se examinó “con gran detalle” la situación en las regiones de Donetsk y Lugansk.
“La dirección de Bakhmut es clave. Mantenemos la ciudad, aunque los ocupantes están haciendo todo lo posible para que no quede ni un solo muro intacto”, explicó.