EFE / AFP
Una erupción volcánica comenzó la mañana de este jueves 8 de febrero en el suroeste de Islandia, en la península de Reykjanes. Se trata de la tercera que ocurre en esa zona en los últimos dos meses, según informó la Oficina Meteorológica del país nórdico (IMO, por sus siglas en inglés).
Las autoridades islandesas registraron un pequeño terremoto al noreste de Sýlingarfell en la mañana y, a la media hora, se produjo la erupción del volcán.
La fisura volcánica, cerca de la que se formó a mediados de diciembre de 2023, se extiende tanto en dirección norte como sur, según el IMO. Esta grieta tiene una longitud aproximada de unos 3 kilómetros y la lava fluye principalmente hacia el oeste.
Las informaciones preliminares apuntan a que no hay ninguna amenaza inmediata para la cercana localidad de Grindavík, de unos 4.000 habitantes, señaló la televisión pública RÚV. Según Kristín Jónsdóttir, sismóloga de la IMO, la zona en la que se produjo la erupción es bastante favorable y no hay infraestructuras amenazadas.
"La situación está bajo control, no hay peligro", aseguró por su parte la vocera del servicio de protección civil.
La interrupción del suministro de agua caliente en Suðurnes, al dañar la lava una tubería, ha llevado a las autoridades a declarar la situación de emergencia en la zona.
"La tubería del agua caliente está rota, lo que provoca una falta de agua caliente en Suðurnes. Ahora es importante que los residentes y negocios allí ahorren toda la electricidad y agua posibles", señaló en un comunicado Protección Civil.
El único suministro de agua caliente en la zona de Reykjanes procede ahora de los depósitos, que podrían durar hasta 12 horas si la población sigue las medidas de ahorro recomendadas por las autoridades.
La falta de agua caliente ha alcanzado también al cercano aeropuerto internacional de Keflavík, según confirmó un portavoz a RÚV, aunque sus operaciones no se han visto afectadas.
La Laguna Azul, el famoso balneario geotermal situado en la zona y que ya se vio afectado en las anteriores erupciones, fue cerrado de forma temporal.
La actividad sísmica registrada en la península de Reykjanes ya llevó a las autoridades a declarar la situación de emergencia a finales de noviembre y a anunciar una inminente erupción, lo que provocó que Grindavík fuese desalojada.
La explosión se produjo finalmente el 19 de diciembre, pero remitió cuatro días más tarde, y las autoridades permitieron el regreso a finales de ese mes de los residentes cuyas viviendas no hubiesen resultado dañadas por los seísmos.
La última erupción en la zona, que provocó una nueva evacuación, comenzó el 14 de enero y se prolongó durante dos días.
Islandia es una isla volcánica situada en el Atlántico Norte que tiene una población de unos 370.000 habitantes, una extensión de más de 100.000 kilómetros cuadrados y que, con 33 sistemas activos, constituye la zona más volcánica de Europa.