CHINA
Wuhan cerró el último de los 14 hospitales improvisados para tratar y aislar a los pacientes después de que el brote había abrumado el sistema de salud de la ciudad.
La ciudad china central de Wuhan, donde se originó el coronavirus, permanece cerrada después de más de 50 días, incluso cuando la atención del mundo se ha desplazado a otros puntos críticos.
Las imágenes muestran, a través de ventanas, balcones y tejados, cómo los residentes de Wuhan se escondieron en sus apartamentos para continuar con sus vidas. Se puede ver gente colgando ropa, niños jugando, personas comiendo, otros fumando.
Las autoridades chinas y algunos expertos en salud pública han acreditado las medidas de confinamiento en una ciudad de 11 millones de habitantes, y gran parte de la provincia de Hubei, de la cual es la capital, con la desaceleración de la propagación de la enfermedad y cambiando el rumbo de la infección en China. Otros países, incluidos Irán, Italia y Estados Unidos, están luchando por controlar sus brotes.
De cualquier manera, aun cuando el número de nuevos casos reportados cae en Wuhan, las personas en esta ciudad permanecen suspendidas en una nueva normalidad aislada.
Los residentes tienen prohibido salir de sus hogares incluso para comprar alimentos, que deben ser solicitados y entregados a domicilio. Las escuelas y la mayoría de las tiendas permanecen cerradas y las carreteras están prácticamente vacías.
Una buena señal es que, esta semana, Wuhan cerró el último de los 14 hospitales improvisados para tratar y aislar a los pacientes después de que el brote había abrumado el sistema de salud de la ciudad.
Los costos psicológicos
El brote de coronavirus en Wuhan también ha tenido un costo psicológico no cuantificable para sus habitantes, ya que las familias enfrentan las pérdidas tanto de seres queridos como de ingresos económicos, los niños no pueden ir a la escuela o jugar fuera de sus hogares, y los medios de subsistencia están en peligro ya que las personas no pueden ir a trabajar.