LAS REFORMAS DEL RÉGIMEN
El PCC analiza extender su presidencia más allá de los dos mandatos.
El Partido Comunista chino (PCC) anunció ayer domingo su intención de poner fin al límite de dos mandatos presidenciales inscrito en la Constitución, abriendo la vía a que el presidente Xi Jinping se mantenga en el poder indefinidamente.
El Comité Central del PCC, que actúa como una especie de parlamento, quiere eliminar de la Constitución china la mención que indica que un presidente "no puede ejercer más de dos mandatos consecutivos" de cinco años.
Xi es presidente desde 2013 y en teoría debería abandonar sus funciones en 2023.
"Creo que se va a convertir en emperador vitalicio y en el Mao Zedong del siglo XXI", comentó el politólogo Willy Lam, de la Universidad china de Hong Kong, en referencia al todopoderoso fundador del régimen comunista (1949).
"Si su salud se lo permite, desea seguir en el poder 20 años, esto es, hasta 2032, como secretario general del Partido y hasta 2033 como presidente del Estado", añadió Lam, citando fuentes próximas a Pekín. En 2033, Xi habrá cumplido 80 años.
El PCC también propuso incluir "el Pensamiento Xi Jinping" en la Constitución del país, informó la agencia Xinhua.
Estas propuestas se someterán a los parlamentarios chinos durante la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP), que comienzan el próximo lunes, 5 de marzo
En su afán por mantenerse indefinidamente en el poder, Xi Jinping "se putiniza," en referencia al presidente ruso Vladimir Putin, observó el sinólogo Jean-Pierre Cabestan, de la Universidad bautista de Hong Kong.
Según Cabestan, tras haber colocado en los últimos cinco años a sus más fieles en los puestos de más alto rango en el poder, Xi debería obtener el puesto de presidente de la ANP para un próximo suyo, Li Zhanshu, su "eminencia gris", que el año pasado se convirtió en el número 3 del régimen, por detrás del primer ministro Li Keqiang.
"Así se asegura de que la reforma constitucional sea adoptada sin resistencias", señaló el sinólogo, apuntando la existencia de una oposición interna al régimen.
En octubre, durante el XIX congreso del PCC, Xi Jinping logró que se incluyera en el estatuto del partido su "pensamiento sobre el socialismo de estilo chino de la nueva era", un honor que hasta ahora sólo había recibido en vida Mao Zedong, fundador del régimen comunista en 1949.
Desde su llegada a la cabeza del partido, en 2012, Xi Jinping concentra todos los poderes como ningún otro líder chino había hecho en los últimos 25 años.
También puso en marcha una intensa lucha contra la corrupción que llevó a imponer sanciones a más de un millón de personas, aunque algunos la consideran como una manera de deshacerse de sus enemigos.
Su presidencia se ha caracterizado además por el culto a la personalidad, con su omnipresencia en los medios, así como por el refuerzo de la represión contra los defensores de la democracia y los derechos humanos.
"Asistimos al retorno de la era Mao Zedong, cuando una sola persona decidía por cientos de millones", comentó Willy Lam. "Él no tiene contrapoderes. Esto es muy peligroso, pues Xi Jinping podría cometer errores porque nadie se atreverá a enfrentarse a él".
Los expertos ya habían vaticinado que llegaría a esta situación ya que el partido no ha encumbrado a una figura relativamente joven que pudiera aparecer como relevo a medio plazo. Los dos anteriores presidentes dejaron el cargo tras diez años repartidos en dos mandatos: Jiang Zemin (1993-2003) y Hu Jintao (2003-2013).
En un texto publicado ayer por la agencia oficial Xinhua se destaca que las ideas de Xi refrendan una sociedad en la que los chinos "seguirán adheridos a la dictadura democrática popular y al camino socialista" mientras "perseverarán en la reforma y apertura al mundo exterior, mejorarán constantemente las instituciones socialistas y desarrollarán la economía de mercado socialista".
Xi comenzó a construir un culto a la personalidad casi desde el primer día de su mandato y desde entonces se ha convertido en "el presiente de todo", al acumular la dirección de organismos en los que el jefe del Estado no figuraba y llevar a cabo una campaña en la prensa que rememora el culto a la personalidad de otras épocas.
Reglas no escritas del régimen establecen que los líderes deben retirarse a los 68 años y en el último Congreso todos los que superaban esa edad fueron apartados, pero Xi, de 64 años, superará esa barrera dentro de cinco.
En su discurso de ayer, el mandatario chino insistió en la importancia de la Carta Magna y dijo que "ninguna organización o individuo tiene el privilegio de sobrepasar la Constitución o la ley".
Xi apuntó también que China debería hacer pleno uso de la Constitución para modernizar el sistema y la capacidad de gobierno de China y fortalecer la capacidad de gobernanza a largo plazo del Partido.
La República Popular de China promulgó su primera Constitución en 1954, mientras que en 1982 la quinta Asamblea Popular Nacional aprobó la Carta Magna actual, sometida a cuatro enmiendas en 1988, 1993, 1999 y 2004.
Relaciones con China son buenas, dice Trump
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, minimizó las rivalidades con China el viernes, cuando aseguró que las relaciones nunca habían sido tan buenas, aunque recordó que el tema del comercio sigue siendo un gran problema. "No creo que nunca hayamos tenido unas relaciones mejores con China que las de ahora", dijo Trump, usando una hipérbole de marca registrada. "Aparte del hecho de que nos han estado matando en el comercio durante mucho tiempo. Matándonos", remarcó el mandatario. Trump se queja frecuentemente de que su presidencia ha liderado las "mejores" relaciones con países como Australia, Gran Bretaña o China. "La única cosa que puede ponerse en este camino es el comercio. Es tan parcial, tan desequilibrado", definió antes de acusar a sus predecesores. "Los que estuvieron tantos años en esta posición, justo donde yo estoy ahora, no debieron haber permitido nunca que esto pasase". (AFP)