La sede del movimiento político “Vente Venezuela”, muy cerca del cerro el Ávila de Caracas, luce activa. Su fundadora y líder de la oposición, María Corina Machado, estaba próxima a llegar para iniciar su jornada, mientras los integrantes de su partido mantenían reuniones y agentes de seguridad se mantenían atentos. La líder de la oposición arribó puntual a la entrevista con El País. Le seguía una larga de lista de compromisos, según manifestó. No obstante, la conversación duró casi una hora y no escatimó detalles en sus respuestas. Manifestó más de una vez: “Yo derrotaré a Maduro”. Aquí un extracto del encuentro.
- Usted aparece como la candidata favorita de la oposición en las encuestas, de cara a las primarias. ¿Piensa que el gobierno levantará su inhabilitación ?
-En primer lugar, hay que entender por qué surge la supuesta inhabilitación, porque es una acción burda e írrita que no reconoce nadie ni dentro ni fuera del país, pero lo que la motiva es que el régimen se dio cuenta de que lo vamos a derrotar, que el pueblo de Venezuela, muy defraudado, ha encontrado una vía a través de la cual expresar su indignación, su frustración, y para concretar un anhelo fundamental que es traer a nuestros hijos de regreso a casa. Yo quiero unificar a las familias en un país donde podamos vivir con libertad, dignidad, justicia. Por eso el régimen intentó muchas cosas, detener las primarias, invisibilizarme, obstaculizarme, y cuando no encontró otra forma de parar cómo esto crecía, tomó la decisión de inhabilitarme que al final creo que ha sido un grave error, porque los ojos se pusieron nuevamente en el país y hacen presión. Maduro está en su punto de mayor vulnerabilidad y va a tener que levantar mi inhabilitación.
-¿Por qué dice que el régimen está en su mayor vulnerabilidad, por la presión externa que menciona?
-No, porque ha perdido su base social. La base social que tuvo a punta de plata y de repartir comida, mentiras, ilusiones, bonos, y a punta de miedo y chantaje, la ha perdido. Llegó un momento en el que el país está tan hastiado de esto, que dice “no más”. La base chavista se perdió, se diluyó. Además, saquearon a Venezuela, están sin plata, tienen un problema gravísimo de liquidez, y como toda familia de mafia, se están acusando entre ellos.
-Volvamos a la pregunta inicial, ¿cómo piensa que se levantará la inhabilitación?
-Mi inhabilitación es una de las cientos de trabas que tenemos por delante. Esto es una sucesión de barreras que tenemos que ir superando una por una, con convicción. Hace un año nadie creía que era posible que íbamos a estar a pocas semanas de unas primarias organizadas por la sociedad civil y con el voto de los venezolanos afuera. Me decían que era imposible y lo hemos ido logrando. Entonces, en el momento en que el régimen entienda que tiene que aceptar los términos de una elección competitiva, producto de toda la fuerza que habremos construido, la inhabilitación será una más de las cosas que despacharemos. O sea, la estrategia es ir paso por paso, venciendo barreras.
- ¿Es probable que las conversaciones que mantienen funcionarios del gobierno de EE.UU. con el régimen de Maduro tengan que ver con eso?
- La existencia de esas conversaciones es pública y notoria. Lo que puedo decir es que después del 23 de octubre tendremos mucha más fuerza y legitimidad para un proceso de negociación.
-¿Piensa que el régimen entregará el poder aun cuando sus miembros, empezando por Maduro, podrían ir a juicio por crímenes de lesa humanidad y presunta corrupción?, ¿se está negociando su inmunidad?
- Yo trabajo para un escenario en el que el régimen reconozca que es de su mejor interés aceptar los términos de una negociación que permita una transición ordenada y sostenible. Yo no estoy en esa mesa de negociación, pero estoy de acuerdo en que hoy no pareciera que existen suficientes incentivos para el gobierno quedarse. Ellos tienen interés en buscar un acuerdo lo más temprano posible porque las condiciones se están deteriorando día a día. Ya saquearon el país. Se perdieron, desaparecieron, 23 mil millones de dólares. Es una cifra escandalosa. Lo que creo es que estos tipos no tienen recursos ni siquiera para mantener aceitadas sus redes de represión.
-¿Por qué se mantienen los problemas en la interna de la oposición?
-Hay una crisis de representatividad en la oposición. Hubo circunstancias que han hecho que cambien dramáticamente las preferencias en el país. Y además, como todo régimen totalitario y criminal, busca filtrar, quebrar a la gente y dividir a las fuerzas democráticas que se le oponen. Y no estoy hablando solamente de la política. Estoy hablando de los empresarios, los sindicatos, la academia, hasta de las iglesias. Así funcionan los sistemas de mafia. Y tú lo ves en las bases de la Fuerza Armada y de la Policía que están sintiendo lo mismo que el país. Tienen una hija, un esposo, una mamá que les reclama porque les traen unos sueldos de hambre, pero además ellos (militares y policías) constatan con sus propios ojos en las alcabalas, en las fronteras, la magnitud de la corrupción y la obscenidad que hay en el tráfico de todo tipo de productos.
-¿Le consta que la Fuerza Armada está dividida?
-No tengo ninguna duda, pero no es una división vertical, es una división horizontal. Los de abajo sufren salarios de hambre.
-Pero las armas están tanto arriba como en los escalafones de abajo en el organismo.
-Yo lo que puedo asegurar es que la plata está en la parte de arriba. El dolor y el hambre está del medio hacia abajo, como en toda la sociedad venezolana.
-¿La oposición contempla el escenario de una revuelta militar o autogolpe, o está descartado?
-A lo que aspiro es que la Fuerza Armada, cuando le corresponda tener un rol protagónico de vigilancia y protección del proceso electoral en 2024, como nuestra Constitución establece, el día de la elección presidencial cumpla su mandato y su juramento y haga valer la soberanía nacional expresada a través del voto.
-¿Llegaría a apoyar a otro candidato en caso de seguir inhabilitada?
-El único candidato al cual el pueblo de Venezuela va a apoyar es al que gane las primarias.
-¿Cuáles son los apoyos internacionales que ha sentido más fuertes últimamente?
-Tengo que estar muy agradecida, siempre lo estaré, como todos los venezolanos, al presidente de Uruguay, Lacalle Pou, y al presidente de Paraguay, Abdo Benítez, en la cumbre de Mercosur. Para mí eso fue un hito. Era muy reciente la acción irritante de mi inhabilitación y tener en ese espacio esa manifestación inequívoca de dos presidentes demócratas fue importante. Algunos, por intereses, por temas ideológicos o por negocios, prefieren ignorar la realidad devastadora de nuestro país, pero esos presidentes se mantuvieron muy firmes, cosa que hicieron también en la cumbre de Celac y de la Unión Europea. Uruguay es un país con una institucionalidad democrática admirada. También ha habido otras manifestaciones muy interesantes. El propio presidente Petro, a propósito de esta acción de inhabilitación administrativa por la Contraloría, inmediatamente reaccionó, porque él fue objeto de una acción similar en Colombia y tuvo la protección de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Tratándose del presidente Petro, que sabemos que ha tenido cercanía con Maduro, fue muy significativo. Y ya más recientemente, hubo una comunicación del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU., que señala que quien gane en las primarias debe ser reconocido como el candidato que enfrentará a Maduro. Si yo gano las primarias, yo voy a inscribirme y yo voy a derrotar a Maduro, no tengan duda.
-Pronto habrá elecciones presidenciales en Argentina. Usted es amiga de Patricia Bullrich. ¿Cómo ve el futuro de ese país?
-Argentina es un caso como Venezuela: trágico en el sentido del potencial y la oportunidad perdida. Yo soy muy amiga de Patricia, creo que fue una tremenda ministra y estoy segura que sería una excelente presidenta. También creo que Milei es un tipo audaz que quiere producir reformas, con un estilo particular. En todo caso, yo quisiera creer que ambos pudieran eventualmente confluir para propinar una gran derrota al peronismo, que se lo merece.
- Hablemos de Lula, que ha estado muy alineado con el gobierno venezolano. ¿Qué reflexión le merece su rol en la actual coyuntura regional?
-Brasil es la gran economía de la región y podría tener una influencia importante en la democratización de los países que están viviendo circunstancias extremas, dantescas, como Venezuela, Nicaragua y Cuba. Pero si quien está al frente ni siquiera lo reconoce, difícilmente se puede avanzar. Esto es una tragedia para el propio Lula, porque, si a estas alturas, en su tercer y probablemente último mandato, no tiene claro lo que podría hacer su contribución más allá de Brasil, en un contexto donde indiscutiblemente podría ayudar a parar esta hemorragia, al menos en el caso de Venezuela, eso no le hace bien a nadie. El no llamar las cosas por su nombre no hace bien, ni siquiera al propio Lula de cara a su política interior.
Quisiera una gran derrota del peronismo, que se lo merece
-Uno de los puntos más polémicos de su propuesta país es la privatización de Pdvsa. ¿Plantea una privatización total o parcial de la empresa?
-Venezuela tiene reservas probadas, que al ritmo de producción actual nos alcanzan para 600 años. Y para transformarla en riqueza y en bienestar, hay que invertir una cantidad de plata enorme. Pero resulta que “esta gente” no solo saqueó a Venezuela, sino que la hipotecó y la endeudó. Tenemos deudas de US$ 160.000 millones. Según el Fondo Monetario, a finales de este año, la deuda va a estar cerca del 200% de nuestro PIB. Ningún país aguanta eso, pero hay capitales privados dispuestos a invertir.
-¿Sería con participación del Estado?
-Pienso que aquí hay que abrir los mercados completamente. Una privatización total de Pdvsa. Permitir inversión aguas arriba y aguas abajo.
- En la zona de Las Mercedes (un barrio de clase alta de Caracas), hay grandes edificios nuevos. ¿Hay inversiones en Venezuela en este momento?
-Lo que está viendo son los restos de una burbuja. Venezuela fue un lugar donde proliferó el lavado de dólares de manera abismal. Pero, obviamente, todas las informaciones que salieron a flote, hicieron que esa ilusión se disipara y ahora ya nadie se come ese cuento. Ninguna empresa seria que cuida su reputación, que rinde cuentas a sus accionistas, mete plata en un país donde no existe estado de derecho. Acá ningún particular ha ganado juicio alguno al Estado en los últimos 20 años. Los servicios públicos han colapsado y un gran sector de la población tiene un hambre atroz. Las mafias se han repartido el país.
-Parecería que el aislamiento internacional al régimen de Maduro se ha diluido un poco y que la economía ha mejorado últimamente, ¿lo ve así?
-Hay muchas cosas que se dicen para la galería, pero en el fondo cualquier líder de la orientación ideológica que sea, lo piensa bien antes de juntarse con Maduro. Hay actores con quienes ha tenido un pasado ideológico común, que se lo piensan dos veces antes de acercarse a él. Maduro se ha vuelto una figura tóxica. Su gobierno es el más corrupto de la historia. El país es un desastre económico, no queda una sola institución de pie.
Quiero pedirle ayuda al pueblo uruguayo... vienen días cruciales.
-¿Usted cómo ha soportado diez años con prohibición de salida del país y todas las acusaciones en su contra, pudiendo vivir a otro país?
-El tema de salir de Venezuela sería fácil, el problema es volver. O sea, si yo quisiera irme, me voy mañana. Me hubiera ido el día que se graduó mi hijo y que me sentí la peor madre del mundo. De verdad sentí que había fallado a mis hijos como mamá. Y es algo que jamás me lo perdonaré a mí misma. Nunca.
-¿Ninguno de sus tres hijos vive en Venezuela, verdad?
- Yo tuve que salir de mis tres hijos. Los amenazaron y me dije: “No puedo hacer las dos cosas a la vez” (hacer política y cuidarlos como madre). Saqué a los varones primero y luego a mi hija, pero ella no se quería ir. Me dijo: “Mamá, no te voy a dejar solita”. Pero un día estaba en la Asamblea y empezó una intervención donde se hablaba del narcotráfico con informaciones que yo había recibido, y de repente siento que se me empieza a paralizar el cuerpo y no me salían las palabras, y lo único que pensaba era que mi niña estaba saliendo sola de la universidad. Y ahí decidí que se tenía que ir del país también. Como mamá, es una culpa que me va a acompañar toda mi vida.
-¿Culpa o responsabilidad por la seguridad de ellos?
-Las dos. Ahora tienen 29, 30 y 31 años, pero cuando se fueron tenían solo 13, 16 y 19. Yo estoy viviendo lo que viven miles y miles de madres venezolanas. El dolor de tener el nido vacío. Y eso te sostiene para seguir luchando, para revertir esta situación. Es que eso es lo que me hace levantarme cada día. Mi propósito es unir a cada una de las familias venezolanas.
-¿Desea agregar algo más?
-Sí, quiero pedirle ayuda al pueblo uruguayo y decirle que necesitamos voces que defiendan con valentía la verdad de lo que ocurre en Venezuela. Vienen días cruciales y lo que le pediría a todos los uruguayos, a sus instituciones, a su gobierno, que no dejen de expresarse a favor de este momento que representa la oportunidad real para unas elecciones presidenciales en Venezuela el año que viene.