Por Faustina Bartaburu, Florencia Flores, Alfredo Baliño y Gustavo Suárez.

La manzana que más viviendas concentra en Montevideo está en Malvín Norte. Allí donde se encuentra el complejo Euskal Erría, en la zona censal 802 de la capital. Ese pequeño fragmento de la ciudad registra 967 viviendas totales y 888 personas, según los datos relevados en el censo realizado en 2023 por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Si el corte se hace teniendo en cuenta un espacio mayor, entonces el corazón de Pocitos es una de las zonas que más llama la atención. Las consecutivas manzanas entre las calles Benito Blanco y Alejandro Chucarro registran unas 300 viviendas cada una.

En el interior del país el trazado urbano se ve menos exigido: las manzanas céntricas de una ciudad que, para los parámetros de Uruguay, podría considerarse grande en población, como es el caso de Salto, registra cuarenta, cincuenta u ochenta viviendas.

La concentración de espacios para residir en una ciudad habla de su demografía: de los movimientos poblacionales, de mayores o menores recursos, del entorno en el que la gente se mueve. Y es el censo el que funciona como un medidor bastante exacto para saber cómo viven los uruguayos.

El mapa elaborado con datos del INE muestra la cantidad de viviendas totales contabilizadas por manzana en el censo y la población registrada en cada una de ellas. Por viviendas totales se entiende aquellas construcciones que no son solo particulares, es decir que también incluye hoteles, internados, hospitales, refugios, cuarteles militares, residenciales o centros de rehabilitación.

El mapa tiene cargada información de cada zona censal del territorio nacional, por lo que puede alejarse a nivel país y volver a acercarse a una ciudad para ver los datos de cada zona.

Según los datos del INE, Uruguay tiene 1.659.048 viviendas, de las cuales 1.646.621 son particulares. A su vez, el INE señala que un 80,5% de esas se relevaron como ocupadas, 8,4% como desocupadas de uso temporal y 11% desocupadas de otro tipo.

Leonardo Altmann es arquitecto y doctor en Estudios Urbanos y señala que los datos difundidos confirman algunas tendencias de largo plazo a nivel nacional que desafían el territorio. En primer lugar, y de la mano con las conclusiones demográficas que dejó el censo, Altmann señala la “redistribución en una superficie superior y en más viviendas una base demográfica que básicamente es la misma”. A su vez, destaca que a lo largo de la última década ha habido un leve descenso —aunque sostenido— en la cantidad de viviendas que son casas y un aumento en la cantidad de viviendas que son apartamentos.

En cuanto a la distribución de esas viviendas a lo largo y ancho del territorio, de esas 1.646.621 viviendas particulares, 579.244 se encuentran en Montevideo. Además de Pocitos, Punta Carretas, Malvín y Cordón también presentan zonas censales con alrededor de 400 viviendas por manzana. El urbanista sugiere que en algunos casos esto puede deberse al boom de la construcción impulsado por la ley de vivienda promovida; aunque en el caso de Pocitos, dice, se ha dado una tendencia que puede compararse con “una tarea casi de acupuntura de encontrar áreas de oportunidades de grandes padrones para construir”. En estos casos, el aumento de la congregación de viviendas puede generar “desafíos urbanísticos y estructurales”, y un ejemplo claro es la congestión vehicular.

El mapa de viviendas también deja ver el fenómeno de concentración de población sobre la costa. Altmann habla de una “macrocefalia de dos cabezas” entre Montevideo y Maldonado. “Con Punta del Este y lo que sucede alrededor, Maldonado despega ya como un espacio de mucha población, de mucho dinamismo, que también funciona con una vocación de estructurar en la escala nacional”.

Así, en Maldonado se pueden destacar varias manzanas que concentran algunos de los números más altos de viviendas, con fracciones censales que alcanzan las 771 viviendas en Punta Ballena, u 850 en la zona censal 020 —frente a la Playa Brava.

No obstante, el caso de Punta del Este es quizá el más relevante en términos de desocupación temporal. Es decir, que la infraestructura montada para alojar turistas en verano suele reducir notoriamente su población en temporada baja.

Según información procesada por El País, de las 33.770 viviendas particulares que registra la localidad de Punta del Este, 25.570 se registraron como desocupadas —ya sea de alquiler temporal o no— y 8.200 como ocupadas.

El tejido urbano del interior es bien distinto al de Montevideo. En Trinidad, la capital del departamento más pequeño en población de Uruguay, las manzanas registran alrededor de 20 viviendas cada una. En ciudades como Paysandú el número se eleva un poco más. Altmann señala que eso es bastante regular en algunos departamentos del interior en tanto es frecuente que haya una casa por padrón de alrededor de 300 metros cuadrados.

La información relevada en el censo también permite ver las condiciones en las que viven los uruguayos dentro de sus hogares. Los números indican que el 98,9% de las viviendas presentan servicio de alumbrado eléctrico de UTE o red general. Son solo 4.058 las que no cuentan con este servicio. 

El País separó algunas variables de vivienda para ver qué ocurre por localidad. Para el cálculo del porcentaje se toma el total de respuestas válidas para esa pregunta, ya que también incluían respuestas del tipo "no relevado", "no corresponde" o "ignorado".

Viviendas sin alumbrado eléctrico

En cuanto al acceso al agua, el 93% cuentan con OSE o red general, mientras que los datos dan cuenta de 24.626 viviendas a nivel país en las que el agua que se utiliza no es de OSE, tampoco de pozo surgente, sino de aljibe, cachimba, arroyo, río u otros. Entre otros datos, el censo también indica que 8.064 hogares en el país no cuentan con un baño. 

Origen del agua: aljibe, cachimba, arroyo, río u otros

Otra de las tendencias que deja ver el censo es el aumento en el porcentaje de viviendas desocupadas con respecto al total. Gonzalo Bustillo, arquitecto y magíster en Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano que estudia este fenómeno, señala que los datos dejan ver ese aumento en la gran mayoría de los departamentos de un censo a otro.

Montevideo, por ejemplo, aumentó un 12% en el período intercensal. Actualmente presenta casi 10% de viviendas en condición de desocupadas: ya sea por uso temporal, alquiler o venta, construcción o reparación u otro.

Bustillo explica que en urbanismo se utiliza el concepto de tasa de vivienda friccional, que implica la cantidad necesaria de viviendas vacías que debe haber en una ciudad para que haya movilidad, por ejemplo, para que la gente se pueda mudar. Según un estudio realizado en base a datos del censo 2011, Ciudad Vieja alcanzaba 18% de viviendas vacías en ese momento, superando por varios puntos esa tasa necesaria.

Foto. Darwin Borrelli.

El urbanista señala que los datos del último censo que muestran la exacerbación del problema, en conjunto con la tasa de crecimiento de personas sin hogar “debería llamarnos la atención rápidamente a transformar esas dos realidades”: la realidad de una ciudad con viviendas vacías y simultáneamente gente sin hogar.