Francisco Jueguen
La Nación / GDA
El Gobierno seguirá izando su principal bandera: la baja de la inflación. El IPC de julio fue de 4% y no sólo mostró una nueva desaceleración, sino que reflejó el menor número del año. Para encontrar variaciones similares de los precios a nivel general hay que remontarse a enero 2022. O sea, hace 30 meses.
El Indec informó que la inflación acumuló en lo que va del año un 87%, y que sumó 263,4% en los últimos 12 meses. La medida núcleo -que no contempla precios estacionales ni regulados- marcó 3,8%.
Los mayores incrementos se verificaron en el capítulo de restaurantes y hoteles (6,5%) en un mes impactado por las vacaciones de invierno. Le siguieron, según el organismo: Bebidas alcohólicas y tabaco (6,1%) por el incremento en cigarrillos, y Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles (6%) como consecuencia de las subas en alquiler de la vivienda y gastos conexos, y el suministro de agua.
La división con mayor incidencia en casi todas las regiones, Alimentos y bebidas no alcohólicas, subió 3,2%. Allí se destacaron, según el Indec, los aumentos de frutas y verduras, tubérculos y legumbres. De hecho, los precios estacionales subieron más que los regulados en el mes (5,1% contra 4,3%).
En el Ministerio de Economía destacaron la tercera desaceleración consecutiva en la medida interanual. “Vale destacar que la inflación general, además de ser la menor del año, fue la más baja desde enero de 2022″, indicaron allí. “El análisis de las medias móviles de las variaciones del IPC Nacional en los últimos meses es consistente con una profundización en el proceso de desinflación. La media móvil de tres meses de la variación del IPC Nacional se ubicó en el menor nivel desde febrero de 2022, y resultó más de tres puntos inferior a la media móvil de seis meses. Este último indicador ya es el más bajo desde julio del año pasado”, explicaron en el Palacio de Hacienda. Allí rescataron que las canastas que sirven para medir pobreza e indigencia se movieron por debajo del IPC y que el índice salarios avanzó por encima.
Tanto el Ministerio de Economía como el Banco Central (BCRA) habían estimado, con sus propios cálculos, que la inflación de julio sería la menor en el acumulado de 2024. El ministro Luis Caputo lo aseveró en la reunión que mantuvo semanas atrás con las AlyC y la entidad monetaria lo dejó trascender en un slide que el vicepresidente del BCRA, Vladimir Werning, mostró en una presentación en Cartagena, Colombia.
La inflación había tocado su piso en mayo, cuando marcó un 4,2% gracias a la decisión del Palacio de Hacienda de postergar subas de tarifas, el impuesto a los combustibles y cuando se registró la marcha atrás en los incrementos de las prepagas. Luego, aceleró unas décimas en junio, hasta el 4,6%.
Quienes participan del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) habían estimado una inflación mensual de 3,9% para julio. Sería de 3,8% en agosto. Proyectan un alza de los precios a fin de año entre 127,4% y 122,2%, informó el BCRA. Los economistas privados venían mes a mes ajustando a la baja sus proyecciones, algo que suele remarcar permanentemente Caputo. Esta vez, estuvieron en línea.
Sin embargo, esos pronósticos mensuales se pusieron en duda una vez que la ciudad de Buenos Aires difundió la semana pasada sus propios datos de inflación. Marcaron para julio un avance de 5,1%, por encima a lo esperado, y dieron cuenta además de la segunda aceleración consecutiva de precios.
Luego del salto que significó el 25,5% de diciembre apalancado en la devaluación del peso que impulsó el gobierno de Javier Milei, los precios se desaceleraron rápidamente gracias al fuerte ajuste fiscal que impulsó el Gobierno con un ancla cambiaria -crawling peg al 2%- y una fuerte contracción monetaria.
Las dudas entre los economistas era cuál sería el piso de la baja teniendo en cuenta que al Gobierno le faltaban hacer ajustes en los precios relativos -tarifas, prepagas, alquileres, colegios, entre otros- y que el dólar tuvo en las últimas meses algo más de volatilidad (con una brecha cambiaria volviendo a subir). Sin embargo, la profunda caída de la actividad, el salario y del consumo masivo restringió los traslados.
“Básicamente, nuestra hipótesis de trabajo es que la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario”, dijo Milei hoy en el Consejo de las Américas. “Para terminar con ese flagelo, hay que terminar con la emisión, porque ese aumento de la cantidad de dinero es lo que lleva a la pérdida de poder adquisitivo del dinero y hace que todos los precios suban”, agregó el Presidente ante empresarios.
Luego aclaró: “No estamos dispuestos a devaluar para arruinar a los argentinos”. No se trata de una definición sin valor, mientras en el mercado se debate sobre si hay o no atraso cambiario.
“Gracias al ancla fiscal y monetaria logramos evitar la hiperinflación y la estamos bajando”, aseguró Milei, que recalcó además el último índice de precios mayoristas (junio), que dio 2,7%.
“Nuestro programa económico tiene muchas aristas y frentes de batalla, pero se sostiene sobre tres grandes fundamentos: una macroeconomía ordenada, ni atajos, para darle una solución definitiva al problema de la inflación, un profundo recorte del gasto público para aliviar la carga del sector privado y una atención obsesiva a desregular y devolverle la libertad a cada uno de los argentinos”, explicó.
La opinión de los especialistas
“La inflación de julio es un gran dato para el Gobierno, teniendo en cuenta que no solo se trata del más bajo de la administración actual, sino que también es la inflación mensual más baja en desde enero de 2022. La desaceleración también se observa en la variación anual, que bajó por tercer mes consecutivo”, afirmó Lautaro Moschet, economista de la Fundación Libertad y Progreso.
“El dato de agosto será más alto debido a los aumentos de regulados. Si bien lo importante es seguir observando la tendencia de la inflación núcleo, las primeras semanas de agosto mostraron un leve rebote en comparación con las primeras semanas de julio, con lo cual comienza a vislumbrarse un panorama algo más complicado. Dentro de las posibles causas se encuentra salto del tipo de cambio que tuvimos en los últimos meses, el cual reflejó en primera instancia la depreciación de la moneda”, cerró.
“Lo más importante es que se ameseta la baja de la inflación. Se estaciona en torno al 4%, y en particular lo que pasó con la core, aunque es muy marginal, pero venimos de 3,7% en mayo, 3,7% en junio y 3,8% en julio. No voy a decir que la núcleo se acelera por una décima, pero sí que la señal es que le está costando perforar el 4%”, afirmó el economista de Equilibra, Lorenzo Sigaut Gravina.
“La clave es qué pasa con la inflación núcleo y ahí la pregunta es cuánto influyó en julio la disparada del contado con liquidación (dólar financiero) hasta que el Gobierno decidió intervenir más fuerte en el CCL y MEP. Digo esto porque efectivamente ya en agosto la reversión de la brecha fue significativa y persistente, y quizás si tuvo mucha influencia en la núcleo, ahí esa medida te puede bajar, y ahí tendrías una chance de que en agosto la inflación empiece con tres”, dijo el economista previendo subas de regulados en ese mes.
“El 4% este mensual es un muy buen dato; es el menor desde enero 2022. La núcleo fue apenas más alta que en mayo y junio, o sea, que no está en el 2% que quiere Milei en el corto plazo”, dijo Camilo Tiscornia, director de la consultora C&T. “Creo que agosto puede hacer un poco más tranquilo. Veremos”, aventuró.