Las decisiones que tomamos en relación a nuestra economía personal generalmente se piensan en solitario. A la mayoría de las personas no les gusta recibir consejos o tips para organizar sus finanzas, aunque esto tal vez resulte positivo para quienes recién se estén iniciando en el mundo del ahorro y las inversiones, ya que sin entrenamiento previo, uno puede tomar caminos que tal vez no sean adecuados y que finalmente terminen afectando nuestro bolsillo.
Por ello, en este Finanzas de Bolsillo analizaremos algunas decisiones que deben ser evaluadas con detenimiento si queremos seguir “por el buen camino” en el mundo de las finanzas y no caer en la famosa “bola de nieve” que eventualmente se generará si no cuidamos nuestro patrimonio.
Uno de ellos es el uso desmedido de la famosa tarjeta de crédito. En este caso, es clave saber cuándo y cómo utilizarla para no generar gastos que más adelante no lograremos cubrir. Marcela Romero, coordinadora del programa de eduación financiera de Beca Advisors, destacó que la misma puede ser un instrumento de planificación excelente para nuestras finanzas, incluso en economías inflacionarias, en el caso de hacer un uso eficiente de nuestro dinero (y el mayor aprovechamiento del poder adquisitivo).
A su vez, sostuvo que es clave tener una conducta sana de utilización de las tarjetas de crédito porque puede generar una falsa sensación de liquidez, lo que nos lleva a gastar en lo que no puedo afrontar con mis ingresos corrientes. Sin embargo, aseguró que siempre que se planifique, gaste conscientemente y pague en fecha el monto total (y no el pago mínimo) se está haciendo un buen uso de la herramienta, por lo que no deberían encontrarse con sobresaltos en el camino.
Otro punto determinante en el mundo de las conductas que pueden afectar nuestras finanzas son los juegos de azar. Se dice que estadísticamente hablando, hay más probabilidad de que nos caiga un rayo antes que acertar los números ganadores de la lotería. De hecho, Víctor Muñoz, profesor de la Facultad de Ciencias Universitarias de Chile, halló una probabilidad promedio de 1 en 4,5 millones de ganar la lotería, por lo que apostar puede no ser una buena decisión si tenemos en mente cuidar nuestras finanzas personales.
Además, Romero dijo a El País que los mismos son adictivos y hay que tener mucha conducta y cuidado para que no nos arrastre a situaciones complicadas desde el punto de vista financiero, ya que no es un hobby como muchos pueden considerarlo, sino que en muchos casos suele ser una enfermedad.
La tecnología y sus pros en la economía individual
La tecnología presenta opciones si quiero cuidar mi patrimonio y no tirarlo por la borda. Una forma efectiva de lograrlo es crear una planilla de Excel con el detalle de nuestros ingresos y gastos. Además, allí también se pueden agregar, si se desea, los estados de cuenta del banco de manera mensual, por lo que uno puede calcular los gastos que realizó cada mes para así intentar disminuirlos para el próximo. Otra manera de no caer en malas conductas financieras es utilizar apps para la organización de finanzas. Permiten visualizar tendencias, facilitan la carga de datos y brindan información sobre el comportamiento financiero personal para así poder mejorarlo.
Del otro lado de la vereda, siempre está la opción de invertir en instrumentos (bonos, Letras de Regulación Monetaria, bitcoins, entre otros) pero tal vez quienes se inician en el mundo de las finanzas no conocen bien su funcionamiento. En ese caso, ¿qué se debe hacer antes de entrar en ese mundo de inversiones y no caer en malas decisiones de inversión? Romero indicó que es importante contar con un apoyo para el conocimiento de instrumentos en los que deseo invertir.
En ese sentido, una de las reglas para un inversor es “inviertir en lo que conozco”, según Romero. “Es básico saber a que me expongo cuando decido aplicar mis ahorros en un producto que me genere rentabilidad”, explicó.
Por ello, destacó que es clave buscar asesores de inversión regulados por el Banco Central, información de calidad que provenga de canales oficiales que se puedan comprobar y, sobre todo, leer las “letras chicas”.
Por su parte, Tania Thomsen, representante de Comercial y Márketing de Gletir, aseguró que hoy en día contamos con un mundo de información al alcance de todos tanto en redes sociales como en podcast, por lo que hay mucho contenido disponible para quienes desean comprender los conceptos básicos del mundo financiero (entender que es una acción, un bono, una Letra de Regulación Monetaria, un fondo de inversión, etc).
Asimismo, aconsejó investigar y analizar antes de invertir, ya sea viendo el desempeño de los activos en el pasado, las perspectivas futuras y la gestión. “Se puede consultar informes financieros, noticias y opiniones de expertos para tomar decisiones informadas. La información hoy es toda pública y hay que saber hacer uso de esta”, agregó.
Sin embargo, recordó que invertir siempre conlleva riesgos, y es posible que se sufran pérdidas en el camino. No obstante, si se aprende del tema, tomaremos decisiones más acertadas con el correr del tiempo, según Thomsen.
¿Qué hago si tengo deudas que no puedo pagar?
Si caímos ante deudas por tomar mala decisiones financieras que afectaron nuestra economía, existen alternativas para incrementar nuestros excedentes mensuales por fuera del sueldo y generar dinero para pagar las mismas, aunque esto puede llevar un tiempo, dependiendo de las exigencias y deudas que cada uno presente. Además de utilizar nuestros ahorros para pagar dedudas, uno puede optar por un trabajo extra (dependiendo de su carga horaria), o se puede emprender (una de las más elegidas por los jóvenes).
Otro punto clave, según Thomsen, es que el profesional o la institución con quien elijas asesorarte esté certificada y avalada por el BCU.
También es importante tener en cuenta una correcta organización de nuestras finanzas para así generar buenos hábitos financieros con el paso del tiempo y no caer en hábitos nocivos que nos lleve a perder dinero en gastos innecesarios.
En ese sentido, usar la regla del 50/30/20 es una opción más que viable para lograr ese objetivo. Es decir, que el 50% de los ingresos estén destinados a los gastos necesarios, el 30% a los deseados y el restante 20% al ahorro, que luego se convertirá en inversión para seguir generando capital.
Santiago Jauregui, portfolio manager de Gletir, destacó que si bien es una regla con un concepto simple, es particularmente valiosa. En este caso, recomendó reducir ese 30% de los gastos deseados a 25% o incluso 20%, para así poder aumentar el 20% destinado al ahorro. “Gran parte de la gestión patrimonial de un individuo consiste en balancear las necesidades presentes con las necesidades futuras, y uno de los principales sesgos que las personas tienen a nivel general es sobreponderar el consumo presente por encima del consumo futuro, lo que desemboca en ‘tirar un problema para adelante’”, explicó.
Romero, en tanto, dijo que lo importante, en este caso, es planificar y tener un hábito de separar mis ingresos en función de mis necesidades, y siempre respetar mi cuota de ahorro (no gastar y después ahorrar, sino ahorrar y gastar lo que me sobre).
Visualizar y ordenar gastos para ser eficiente con mi economía
Consultados sobre esta interrogante, Marcela Romero de Beca Advisors aseguró que la visualización y la organización de los gastos apuntan a la eficiencia y a no “perdernos” en el desorden y en el gasto sin saber si lo necesito y puedo o si de esa manera estoy comprometiendo mis ahorros o mis ingresos para llegar a fin de mes. “Esa hoja de ruta es necesaria para ayudarme a que el hábito se instale y pueda cumplir con mis objetivos de mediano y largo plazo”, agregó.
Por otro lado, Santiago Jauregui de Gletir dijo que es clave poder organizar nuestros gastos ya que a fin de cuentas los problemas financieros “funcionan de la misma forma que una bola de nieve”: si uno no enfrenta los desbalances financieros que puedan surgir a lo largo de la vida, esos problemas no desaparecen solos. Por el contrario, se tiran y se agrandan para más adelante.
“Por ejemplo, quien a lo largo de su vida no ahorra para la jubilación, está expuesto potencialmente a un problema (que solemos subestimar cuando ese momento está lejos en nuestras vidas). Cuando uno se jubila, habitualmente percibe una jubilación por debajo del sueldo pre-jubilatorio. Sin embargo, el presupuesto de la persona sigue siendo el mismo, por lo que hay que prever ese tipo de necesidades futuras”, explicó.