FINANZAS DE BOLSILLO
Definir el motivo del endeudamiento, armar un presupuesto y que las cuotas a pagar sean menores al 30% del ingreso percibido, son algunas de las recomendaciones.
El mercado de créditos al consumo mostró una fuerte caída en el 2020 debido al impacto de la pandemia del COVID-19. Es que en momentos de crisis económica y de alta incertidumbre, algunas personas tienen más cautela a la hora de pedir un nuevo crédito y prefieren esperar a tener la certeza de que podrán pagar las cuotas y enfrentar el compromiso crediticio con responsabilidad.
Sin embargo, hay casos en los que no hay otra alternativa que solicitar un préstamo, por lo que, a continuación se brindarán algunos consejos para saber qué tener en cuenta a la hora de pedirlo.
“El crédito es una herramienta espectacular que me puede ayudar mucho, pero mal tomado puede hacer mucho daño, me puede hundir”, explicó la especialista en finanzas y presidenta de CFA Society Uruguay, Bárbara Mainzer.
Por lo tanto, ¿qué hacer y qué no hacer al tomar un crédito? Lo primero que se debería hacer es contestar la siguiente pregunta: ¿para qué me endeudo? Si la respuesta es: para llevar adelante un emprendimiento, para hacer una reforma en la casa, o porque me quedé sin ingresos por la crisis por ejemplo, entonces la situación es una. Si la respuesta es que la persona se endeuda para comprarse el par número 15 de zapatos, la realidad es otra.
Luego de definir la respuesta a esa pregunta y una vez que el crédito fue tomado, la clave es la organización. Para este punto, Mainzer recomendó armar un presupuesto en el que se detallen los ingresos y egresos del titular del crédito, a modo de asegurarse de que puede pagar la cuota mensual.
“Y si un día gasto más en otros rubros, el presupuesto me sirve para ver dónde puedo bajar el gasto, porque el crédito lo tengo que pagar de todas formas”, explicó la especialista.
Otra recomendación más allá del presupuesto es armar un calendario de pagos que servirá para que la persona no se atrase en el pago de las cuotas.
Los créditos a los hogares están dados mayormente en pesos uruguayos y este es un punto fundamental según Mainzer y una lección que el país ha aprendido: endeudarse en la moneda en la que la persona recibe sus ingresos.
De forma alternativa también son recomendables los préstamos cuyas tasas están expresadas en Unidades Indexadas (UI) dado que generalmente son mejores porque van evolucionando en relación a la inflación.
Otra de las sugerencias al evaluar tomar un crédito es que la persona estudie el monto que deberá pagar en cada cuota. La recomendación es no aceptar el préstamo si la cuota mensual supera el 30% de los ingresos percibidos.
Si eso ocurre, “voy a entrar en dificultad de pago”, dijo Mainzer.
Este punto lleva al siguiente consejo: cuidar la historia crediticia. ¿Qué implica esto? Cuando una persona va a pedir un préstamo a cualquier empresa, antes de que lo apruebe, consulta al Clearing de Informes o a la Central de Riesgos del Banco Central para saber qué tan buen pagador es ese consumidor.
“Y si yo no cumplí en tiempo y forma en el pasado, o no me van a prestar o si me prestan lo van a hacer a tasas mayores”, dijo Mainzer. Es por esto que es importante que si la persona tiene dificultades para pagar su cuota, muestre voluntad de pago.
¿Qué pasa si las cuotas no se pagan en fecha?
¿Qué pasa si la persona que pidió un préstamo no paga en fecha las cuotas? Según explicó Mainzer, lo que ocurre es que la empresa de créditos le aplicará tasas de mora. Al firmar el contrato “yo firmo un vale y básicamente lo que pasa es que me pueden embargar. Respondo con todos mis bienes y hasta me pueden hacer un juicio”, explicó la especialista. ¿Compro en cuotas con la tarjeta de crédito o saco un préstamo? Según Mainzer esto depende del tipo de compra. Si es un pequeño importe o una compra de urgencia, la mejor opción es la tarjeta de crédito. Empero, si el importe es mayor, probablemente sea más conveniente pedir un préstamo.
En línea con esto, se recomienda construir reputación con una institución. ¿Qué significa esto?
“Si ustedes tienen una empresa a la que usualmente le piden prestado y le devuelven en tiempo y forma, ya se hacen cliente habitual y esa empresa sabe que usted es un buen pagador, y en ese sentido, muy probablemente le ofrezcan mejores condiciones” en el préstamo, explicó la especialista.
Por último, Mainzer brindó otros consejos que tienen que ver con priorizar los créditos que tengan el menor costo, y si la persona cuenta con más de un crédito, debería intentar pagar primero los de mayor tasa.
Asimismo, es recomendable que la persona pueda brindar garantías e información a la empresa que le prestará la plata. Para hacerlo, lo que se aconseja es sacar un crédito con descuento de sueldo, dado que con seguridad la tasa a pagar será significativamente menor.
¿Quiénes son los mejores y peores deudores?
Los mejores deudores son los que acceden a las mejores tasas. Esto, según Mainzer, ocurre principalmente con los jubilados, los empleados públicos, las mujeres y la franja etaria de personas que tienen entre 40 y 75 años.
De forma contraria, los “peores deudores”, es decir, donde se encuentra la mayor morosidad es en las personas de entre 18 y 25 años, y principalmente en el caso de los hombres. Para poder conseguir un buen préstamo, Mainzer recomendó aprovechar las promociones y descuentos que brindan las empresas de préstamos. Asimismo, señaló que es buena idea buscar créditos por internet a tasas bonificadas. A modo de ejemplo mencionó el crédito online para jubilados del Banco República.
LA PREGUNTA DEL EXPERTO: ¿Cuál es la visión del Banco Central en relación a los préstamos personales y al consumo?
LA RESPUESTA: Estos préstamos son más fáciles de obtener que los hipotecarios, son de menor cuantía y generalmente tienen mayor costo que aquellos. Su costo se mide a través de la tasa de interés, que generalmente es mayor que la que se aplica a un crédito hipotecario.
La institución financiera, para concedérselo, estudiará su capacidad de pago (le pedirá justificación de sus ingresos y declaración de bienes) y normalmente no le pedirá una garantía real salvo en el caso de los automóviles que se “prendan” a favor de la institución que presta. De todos modos, tenga en cuenta que si no paga, podrá ser embargado y entonces tendrá que responder por el pago del crédito con todos sus bienes.
El préstamo personal es un producto que le permite recibir una determinada cantidad de dinero (capital del préstamo) de la institución que presta (en Uruguay puede ser un banco, una empresa administradora de créditos o de servicios financieros o una cooperativa de intermediación financiera) y a cambio, usted se compromete a devolver dicha cantidad junto con los intereses correspondientes en cuotas.
Estos préstamos se conocen como préstamos personales debido a que generalmente para concederlos, no se exige garantía específica que los respalde. Por esa razón, son más caros.
(Fuente: Banco Central)