La economía se recupera y pasa el nivel pre-pandemia, ¿qué estuvo detrás y qué se puede esperar?

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Banco Central del Uruguay. Foto: Estefanía Leal.
Fachada del edificio sede del Banco Central del Uruguay, BCU, en Diagonal Fabini 777, Ciudad Vieja, Montevideo, ND 20210706, foto Estefania Leal - Archivo El Pais
Estefania Leal/Archivo El Pais

CUENTAS NACIONALES

En el cuarto trimestre de 2021 el Producto Interno Bruto (PIB) creció 5,9% interanual

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Luego que en 2020 registrara la peor caída desde el año 2002, la economía uruguaya logró recuperar su crecimiento y recomponerse tras el impacto que significó la pandemia delcovid-19. Pese a haber sufrido un agravamiento de la situación sanitaria en el primer semestre del año, los avances en el proceso de vacunación impulsaron la reactivación de las actividades y una cierta normalización de la movilidad que se fue consolidando sobre el segundo semestre.

Así, según los datos de Cuentas Nacionales divulgados ayer por el Banco Central (BCU), en 2021 el Producto Interno Bruto (PIB) creció 4,4% frente al año anterior, resultado que “reflejó una recuperación de la situación económica asociada a la emergencia sanitaria” la cual “afectó de forma significativa durante 2020 la movilidad de las personas y el normal funcionamiento de los establecimientos productivos”, señaló el informe.

El guarismo estuvo en línea con lo previsto por analistas y por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) que manejaba una estimación de que la economía había crecido 4,5% en 2021, una proyección que había sido revisada al alza el pasado 15 de febrero desde el anterior 3,5% estimado en la Rendición de Cuentas.

La directora de Asesoría Macroeconómica del MEF, Nicole Perelmuter dijo a El País que la recuperación económica en 2021 “fue generalizada entre los distintos sectores de actividad”, entre los que destacó al Comercio, Alojamiento y Suministro de comidas y bebidas (creció 7%) y a las Industrias manufactureras (aumentó 6,7%).

En este sentido, según indicó a El País el economista de CPA Ferrere, Martín Cassella, el crecimiento de Comercio, Alojamiento y Suministro de comidas y bebidas “estuvo impulsado principalmente por menores restricciones a la movilidad y sobre el final del año la reapertura de fronteras”.

Mientras que las industrias manufactureras estuvieron impulsadas por “la fuerte recuperación de la demanda externa”, la cual había sido reducida drásticamente en el 2020 por la pandemia.

En el cuarto trimestre de 2021, el PIB aumentó 2,0% en términos desestacionalizados (es decir frente al trimestre inmediato anterior), y el crecimiento ascendió al 5,9% respecto al mismo período de 2020.

“De hecho, la actividad no solo creció respecto a 2020 sino también respecto al último trimestre de 2019. Al comparar el PIB del último trimestre del 2021 respecto a igual periodo de 2019, el dato es 2,3% mayor; por lo cual superaría el nivel pre-pandemia”, remarcó Perelmuter.

En este sentido, la directora de la Asesoría Macroeconómica del MEF destacó que el crecimiento observado en el cuarto trimestre “está en línea con lo esperado y ratifica el proceso de recuperación de la actividad económica”.

De acuerdo con Cassella, en el último trimestre de 2021, “todos los sectores habían superado en nivel al último trimestre de 2019 con excepción de Salud, educación y otros servicios y Energía, gas y agua”.

Según se desprende del informe publicado por el BCU, los tres primeros trimestres del 2020 fueron revisados a la baja, por lo que la caída del PIB en ese año fue de 6,1%, versus el 5,9% informado inicialmente.

“No hubo mayores sorpresas, aunque sí hubo revisiones importantes hacia atrás en varios sectores de actividad”, dijo a El País Florencia Carriquiry, socia de la consultora Exante quien además añadió que “la economía mantuvo un buen desempeño en el cuarto trimestre del año pasado”.

La recuperación más rápida de la actividad económica en la última parte de 2021 deja un efecto de “arrastre estadístico” del 3,65% para 2022, según cálculos de El País.

Es decir, ese sería el aumento interanual si se tiene en consideración el aumento del PIB en el último trimestre de 2021 y si la economía estuviera estable en todo 2022.

“En términos generales el crecimiento fue muy bueno, con dos motores claros como la agroindustria y la construcción desde el lado de la oferta; y las exportaciones de bienes y la inversión desde el punto de vista de la demanda. Hay que destacar el repunte del consumo privado en la segunda mitad del año, aunque es el componente más rezagado. De hecho, en términos desestacionalizados aún no recuperó el nivel pre pandemia”, dijo el economista del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), Ignacio Umpiérrez.

El Centro de Investigaciones Económicas (Cinve) señaló que en términos anuales, el rubro Actividades de administración pública “registró una variación casi nula en 2021, mientras que todas las demás áreas de producción registraron crecimientos”.

Sin embargo, este centro de estudios dijo que al comparar “el PIB sectorial de 2021 con el de 2019, se observa una recuperación más bien concentrada en dos sectores: Servicios financieros, cuya producción superó a la de dos años antes en un 4,6%, y Construcción, cuyo PIB superó al de 2019 en 8,3%”.

Desafíos

De cara a 2022, el principal reto será el de “apuntalar la recuperación del consumo privado que está más atada a la evolución del salario real que al empleo”, indicó Umpiérrez.

“Si bien debería ser un trabajo de sintonía fina, con los datos de empleo y actividad creo que hay espacio importante para la rcuperación salarial”, añadió el economista del CED.

No obstante, dijo que “dada la trayectoria esperada de la inflación y de no haber ajustes nominales adicionales a lo ya pactado, es probable que 2022 sea otro año de caída muy leve del poder adquisitivo”.

Adicionalmente, Umpiérrez señaló que “podrían empezar a tensionarse la política salarial con la política monetaria y fiscal que hasta el momento venían bastante alineadas”.

A su entender, ese será un “dilema” que “seguramente” formará parte del “centro de discusión de la política económica” durante este año.

¿Qué se puede esperar para este año?

La proyección del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) para 2022 es que la economía uruguaya crecería 3,8%. En este sentido, Perelmuter manifestó que los indicadores adelantados de actividad económica “denotan que este proceso (de recuperación) habría continuado en el primer trimestre de 2022”.

Según explicó a El País el economista de la consultora KPMG, Marcelo Sibille, para 2022 el crecimiento económico continuará y dijo que lo hará “tanto por el componente inercial de la reactivación de 2021 como por el impulso que seguirá verificándose fundamentalmente por el lado de la inversión, con la ejecución de proyectos de gran magnitud que siguen en marcha”.

Desde KPMG mantuvieron la proyección de que el PIB crecería 4,3% promedio anual en 2022 aunque indicó que “habrá que ver cómo evolucionan algunos indicadores adelantados de actividad”, así como también analizar “cómo se procesa la incertidumbre global generada por la guerra en Ucrania” y “las eventuales alzas de precios estratégicos como el combustible”.

Desde CPA Ferrere, Cassella dijo que monitorean las eventuales consecuencias para Uruguay de la guerra entre Rusia y Ucrania, así como una mayor velocidad en la suba de tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos.

El nuevo escenario global caracterizado por la guerra también es motivo de análisis en Exante. Según Carriquiry el conflicto bélico “puede derivar en un crecimiento más desbalanceado al interior de la economía” uruguaya. “Por un lado, la disparada de precios de las materias primas pone un sesgo al alza en el desempeño previsto para el sector agroexportador, pero al mismo tiempo para otros rubros donde los precios de venta no han subido, el impacto de un menor dólar, encarecimiento de insumos y menor demanda global sería negativo”, explicó. Además, dijo que con una inflación más alta, “los ingresos en términos reales tendrán seguramente un peor desempeño” y “eso supone un sesgo a la baja en las proyecciones para las actividades de consumo interno”.

En 2021 Suben ventas al exterior y la inversión

El otro de los componentes de la demanda, la formación bruta de capital se incrementó en 2021. La mejora de la formación bruta de capital en el año fue de 14,6%, especialmente impulsado por el aumento en la formación bruta de capital fijo, es decir la inversión. Según indicó el economista de CPA Ferrere, Martín Cassella, durante 2021 “cabe destacar que se siguió observando el aumento en la tasa de inversión que veníamos señalando a lo largo del año pasado” al alcanzar el 18,8% del Producto Interno Bruto (PIB).

En tanto, la demanda externa aumentó por un crecimiento del volumen físico de las exportaciones (14,4%) e importaciones (20,9%) en bienes y servicios. El resultado fue un saldo de Balanza de Pagos menos positivo que el anterior. “Desde el punto de vista de la demanda externa, el aumento de las exportaciones de bienes y servicios fue más que compensado por las importaciones”, dijo Cassella.

Consumo aumentó pero sigue rezagado

Al evaluar el Producto Interno Bruto (PIB) desde el lado de la demanda, la interna registró un aumento a diferencia de lo que había ocurrido en 2020. En este sentido, el año pasado el gasto de consumo final aumentó 3,4%, con un incremento del gasto de consumo final de los hogares de 2,3% y de gasto de consumo final del gobierno de 8%. “Hay que destacar el repunte del consumo privado en la segunda mitad del año, aunque es el componente más rezagado. De hecho, en términos desestacionalizados aún no recuperó el nivel pre-pandemia”, indicó el economista del CED, Ignacio Umpiérrez.

En línea con esto, el economista de CPA Ferrere, Martín Cassella dijo que el consumo de los hogares “se mantuvo rezagado, con un nivel de actividad menor al del último trimestre de 2019”.

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