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El grano cosechado en la localidad sureña de Loja conquista a cadenas internacionales como Starbucks y busca conquistar a los paladares sibaritas del país y del mercado exterior
Un reducido grupo de 200 agricultores elaboran un café de especialidad respaldado por la reciente denominación de origen de la provincia sureña de Loja, que busca situar a Ecuador en el mapa de los cafés gourmet y pujar por un nicho propio en esta competitiva región.
«Lo que hace diferente al café de Loja es su ecosistema, la huerta lojana donde se asocian cítricos, forestales y plátanos que logran una variación benéfica y lo convierten en un producto exótico», explicó Manuel Romero, productor de café con planta de procesamiento propia, laboratorio, fábrica y cafetería de catas ubicada en esta ciudad, considerada la capital del café de Ecuador.
Al frente del emprendimiento recién inaugurado, Café Indera, Romero reconoció que para Ecuador es difícil competir con gigantes de la industria como Brasil y Colombia.
Su nicho es otro: seducir a un mercado internacional ávido de ese grano especial que ha llevado al café lojano de alta calidad producido por pequeños agricultores a las estanterías de cadenas como Starbucks.
De vieja tradición cafetalera, en Loja se contabilizan entre 12.000 y 13.000 productores, repartidos en 15 de los 16 cantones que conforman esta provincia fronteriza con Perú.
Entre ellos, apenas 200 forman parte de la denominación «Lojano, Café de Origen» propia de la especialidad, que requiere ciertas normativas y que ha convertido a este café ecuatoriano en un selecto producto, además exportable, que se propone conquistar a los sibaritas en el mercado local y exterior.
En Loja se contabilizan entre 12.000 y 13.000 productores de café
«La idea es que con la denominación de origen los productores podamos masificar el café de alta calidad», indicó Romero.
A esta iniciativa se han sumado la Mesa Provincial del Café, organismo que articula entidades públicas, privadas, cooperación internacional, academia y entidades financieras, así como el concurso la Taza Excelencia, celebrado por primera vez en Ecuador en 2021 y que concluyó con un podio completamente lojano.
«Como país productor no estamos en el mapa internacional, pero ciertas particularidades de Loja como sus microclimas y recursos bioforestales han hecho que se dispare el interés», advirtió Romero, quien destacó la calidad de las variedades geisha, sidra, típica mejorada, villalobos o san salvador, cosechadas en la provincia.
Entorno ideal
Las condiciones en las que se emplaza Loja, situada en el rango de la línea ecuatorial, a una altura de 2.100 metros en la cordillera de los Andes, con los rayos del sol perpendiculares y lluvias características, terminan de otorgar esa diferenciación y reconocimiento al café.
En su finca de 4,5 hectáreas donde produce unos 100 quintales anuales, Pablo Eguiguren produce tres tipos de grano: natural, que se seca con la cereza completa; «honey», que lo hace con la miel que produce el mismo grano de café; y el lavado, al que se le extraen los azúcares en el proceso de fermentación.
Las condiciones climáticas de esta localidad andina son favorables para la producción de café
«Cada uno tiene diferentes características en taza, dependiendo del mercado al que estás orientado», aclaró Eguiguren, administrador de la finca El Aguacate, que exporta principalmente a China.
Loja aglutina 6.000 haciendas productoras y muchas se han volcado a cultivar café de especialidad desde que estalló el boom cafetero hace 10 años.
«La idea es diferenciarnos y que el mundo reconozca este rincón de Ecuador como un origen exótico donde se producen unos cafés espectaculares», resumió el emprendedor.
Academia quiere elevar la calidad de la industria
En la búsqueda por obtener mejores granos, cosechas más eficientes y una mejor producción, la academia desempeña un papel fundamental. «A través de la 'Escuela del Café‘ se busca formar a esta cadena de caficultores, productores, comercializadores, exportadores, transferir conocimientos y tecnificar muchos procesos», indicó Jhon Rodríguez, docente de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Técnica Particular de Loja.
En un pequeño invernadero de la universidad, Pablo Acosta, director del Departamento de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, investiga cómo producir plántulas (planta de semillero) de calidad y de forma masiva a través de mallas biodegradables. «Planteamos la propagación de plantas directamente en sustratos, que van a crecer en un medio amigable de manera que las raíces no tengan torceduras y los tallos tengan vigorosidad», señaló Acosta.