El estilo de liderazgo del CEO de Google, ¿un problema para el gigante tecnológico?

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Sundar Pichai. Exconsultor de McKinsey se convirtió en el CEO de Google en 2015, casi 10 años después de su ingreso en la empresa.

LIDERAZGO 

En la interna de la compañía ven grietas en el éxito de la empresa por el temor al riesgo y las lentas decisiones de Sundar Pichai

Las semillas de la caída de una empresa, se dice en los negocios, se siembran cuando todo va bien. Es difícil argumentar que las cosas no van muy bien para Google. Los ingresos y las ganancias registran nuevos máximos cada tres meses. Su empresa matriz, Alphabet, tiene un valor de US$ 1,6 billones. Google se ha arraigado cada vez más en la vida de los estadounidenses comunes.

Pero a una clase inquieta de ejecutivos de Google les preocupa que la compañía esté mostrando grietas. Dicen que su fuerza laboral es cada vez más franca. Los problemas de personal se están extendiendo al público. El liderazgo decisivo y las grandes ideas han dado paso a la aversión al riesgo y al incrementalismo. Y algunos de esos ejecutivos se van y dejan que todos sepan por qué.

«Me siguen preguntando por qué me fui ahora. Creo que la mejor pregunta es ¿por qué me quedé tanto tiempo?», escribió Noam Bardin en su blog tras dejar Google en febrero. Bardin se unió en 2013 cuando la empresa adquirió el servicio de mapas Waze. «Los desafíos de la innovación», indicó, «solo empeorarán a medida que disminuya la tolerancia al riesgo».

Muchos de los problemas de Google, según ejecutivos que han pasado por la empresa, provienen del estilo de liderazgo de Sundar Pichai, el afable y discreto CEO de la compañía.

Quienes cuestionan a Pichai consideran que Google sufre muchos escollos de una empresa grande y madura: una burocracia paralizante, un sesgo hacia la inacción y una fijación por la percepción pública

Quince ejecutivos actuales y anteriores de Google, que hablaron bajo condición de anonimato por temor a enojar a Google y Pichai, dijeron que la compañía estaba sufriendo muchos de los escollos de una empresa grande y madura: una burocracia paralizante, un sesgo hacia la inacción y una fijación por la percepción pública.

Un portavoz de Google dijo que las encuestas internas sobre el liderazgo de Pichai eran positivas. La compañía se negó a poner al CEO disponible para comentarios, pero organizó entrevistas con nueve ejecutivos actuales y anteriores para ofrecer una perspectiva diferente sobre su liderazgo.
«¿Sería más feliz si él tomara decisiones más rápido? Sí», dijo Caesar Sengupta, un exvicepresidente que trabajó con Pichai durante sus 15 años en Google. Se fue en marzo. «¿Pero estoy feliz de que casi todas sus decisiones sean correctas? Sí».

Pasos al costado

Sundar Pichai en una conferencia de Google.
Sundar Pichai en una conferencia de Google.

Los ejecutivos de Google que se quejan del liderazgo de Pichai lo reconocen y dicen que es un líder reflexivo y afectuoso. Apuntan que Google es más disciplinada y organizada hoy: una empresa más grande y administrada de manera más profesional que la que Pichai heredó hace seis años.

Durante su tiempo como líder de Google, ha duplicado su fuerza laboral a 140.000 personas, y Alphabet triplicó su valor. No es inusual que una empresa que ha crecido tanto parezca inactiva o no esté dispuesta a arriesgar lo que la ha hecho tan rica. Pichai ha tomado medidas para contrarrestar eso. En 2019, por ejemplo, reorganizó Google y creó nuevos órganos de decisión, por lo que menos resoluciones necesitaban su aprobación.

Bajo la gestión de Pichai, Google elevó su plantilla a 140.000 personas y triplicó su valor hasta los US$ 1,6 billones

Pero Google está perseguido por la percepción de que sus mejores días han quedado atrás. Otras compañías de tecnología de Silicon Valley dijeron que nunca había sido más fácil persuadir a un ejecutivo de Google de que renunciara a un salario de siete cifras por una oportunidad en otro lugar.

En 2018, más de una docena de vicepresidentes de Google intentaron advertir a Pichai en un correo electrónico que la empresa estaba experimentando importantes problemas de crecimiento. Dijeron que había problemas para coordinar decisiones técnicas y que a menudo se pasaba por alto el feedback de los vicepresidentes.

Los ejecutivos escribieron que Google demoraba demasiado en decisiones importantes, lo que dificultaba hacer algo, según cinco personas con conocimiento del correo. Aunque no criticaban directamente a Pichai, el mensaje era claro: Google necesitaba un liderazgo más decisivo en la cima.

Desde entonces, varios de los ejecutivos que firmaron el correo renunciaron para trabajar en otros lugares. Al menos 36 vicepresidentes de Google dejaron la empresa desde 2020, según perfiles de LinkedIn.

Una crítica de ejecutivos actuales y anteriores es que las lentas deliberaciones de Pichai se sienten como una forma de ir a lo seguro y llegar a un «no».

Los ejecutivos de Google propusieron adquirir Shopify como una forma de desafiar a Amazon en el comercio online hace unos años. Pichai rechazó la idea porque pensó que Shopify era demasiado caro, dijeron dos informantes.

Pero esas personas señalaron que nunca habían pensado que Pichai tuviera el estómago para un trato y que el precio era una justificación conveniente y, en última instancia, equivocada. Shopify ha multiplicado casi por 10 su valor en los últimos años. Jason Post, un portavoz de Google, dijo: «Nunca hubo una discusión seria sobre esta adquisición».

Fricciones internas

Google. Su casa matriz, Alphabet, se une a la lista de grandes empresas tecnológicas que tienen trabajadores organizados en un gremio.
El descontento público de grupos de trabajadores de Google con decisiones de la compañía y su política hacia las minorías suma un nuevo frente de batalla para el CEO.

La renuencia de Pichai a tomar medidas decisivas sobre la volátil fuerza laboral de Google ha sido notable.

En diciembre, Timnit Gebru, codirectora del equipo de IA ética de Google y una de sus empleadas negras más conocidas, dijo que fue despedida después de criticar el enfoque de Google sobre la contratación de minorías y escribir un artículo que destaca los sesgos incorporados en su inteligencia artificial. Al principio, Pichai se mantuvo al margen.

Luego de que 2.000 empleados firmaron una petición protestando por su despido, Pichai envió un correo electrónico prometiendo restaurar la confianza perdida, sin dejar de impulsar la opinión de Google de que Gebru no fue despedida. No llegó a ser una disculpa y se mostró como una complacencia de relaciones públicas para algunos empleados.

David Baker, exdirector de ingeniería del grupo de confianza y seguridad de Google que renunció en protesta por el despido de Gebru, dijo que «la falta de valor de Google con su problema de diversidad es, en última instancia, lo que evaporó mi pasión por el trabajo. Cuanto más seguro se ha vuelto financieramente, mayor es su aversión al riesgo».

Algunas críticas a Pichai se pueden atribuir al desafío de mantener la cultura franca de Google entre una fuerza laboral mucho más grande que antes, dijeron los ejecutivos de Google a quienes la compañía pidió hablar con The Times.

«No creo que nadie más pueda manejar estos problemas tan bien como Sundar», dijo Luiz Barroso, uno de los ejecutivos técnicos más senior de la compañía.

Las discusiones para adquirir el rastreador de actividad Fitbit, que se cerró en enero, tomaron aproximadamente un año mientras Pichai luchó con aspectos del acuerdo, dijo Sameer Samat, un vicepresidente de Google. Samat, que presionó para lograr la compra, dijo que Pichai había identificado problemas potenciales que no había considerado.

«Pude ver cómo esas múltiples discusiones pueden hacer que alguien sienta que somos lentos para tomar decisiones», reconoció Samat. «La realidad es que se trata de decisiones muy importantes».

Un jefe nada "mesiánico"

Pichai, un exconsultor de McKinsey, se unió a Google en 2004 y rápidamente demostró su habilidad para navegar en una empresa llena de egos. En 2015, cuando Google se convirtió en Alphabet, asumió como CEO de Google. En 2019, también pasó a supervisar Alphabet cuando Larry Page, cofundador de Google, renunció como CEO.

Pichai no se ha propuesto actuar como un «mesías»: un jefe autocrático y descomunal que a menudo es ensalzado en la industria de la tecnología, pero que puede volver tóxica la oficina, dijo Aparna Chennapragada, una exvicepresidenta de Google.

Pichai también ha tomado decisiones difíciles e impopulares, como reducir los «proyectos vanidosos» que no aportaron al negocio, agregó.

Su énfasis en el equipo ha logrado que sus delegados decidan más sin él. Pero fue decisivo cuando más importaba: al decirle al personal que comenzara a trabajar desde casa ante el avance de la pandemia de COVID-19 en EE.UU.

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