NEGOCIOS
Pese al impacto de la pandemia y la presencia dominante de Amazon, pequeñas tiendas están proliferando en el mercado, incluyendo además en su oferta literaria voces más diveresas
La gente le dijo a Lucy Yu que era un momento loco para abrir una librería en Chinatown, Nueva York. Era principios de 2021 y la pandemia había devastado el barrio, obligando a cerrar decenas de tiendas y restaurantes. El auge de los crímenes de odio contra los asiáticos había sacudido a los residentes y comerciantes locales.
Pero Yu creía que una librería era justo lo que necesitaba la zona.
Recaudó US$ 20.000 en GoFundMe, suficiente para alquilar un local en Mulberry Street en el centro de Manhattan. Una subvención del vecindario le dio US$ 2.000 para estanterías y libros. Y en diciembre, abrió Yu and Me Books, que se especializa en títulos escritos por y sobre inmigrantes y personas de color.
La tienda fue rentable en cuatro meses, comentó la emprendedora.
Yu and Me Books es una de las más de 300 nuevas librerías independientes que surgieron en EE.UU. en los últimos dos años, en un renacimiento sorprendente y bienvenido después de una crisis pandémica temprana. Y a medida que ha crecido el número de tiendas, el negocio de venta de libros, tradicionalmente blanco, también se ha vuelto más diverso.
Hace dos años, el futuro de la librería independiente parecía sombrío. Cuando el coronavirus obligó a los minoristas a cerrar, cientos de pequeños libreros en EE.UU. parecían condenados. Las ventas de librerías cayeron casi un 30% en 2020, según mostraron datos de la Oficina del Censo de EE.UU. La industria editorial estaba preparada para recibir un golpe en su ecosistema minorista, uno que podría remodelar permanentemente la forma en que los lectores descubren y compran libros.
Más de 300 librerías independientes han abierto sus puertas en los últimos dos años en EE.UU.
En cambio, sucedió algo inesperado: los pequeños libreros no solo sobrevivieron a la pandemia de coronavirus, sino que muchos están prosperando.
«Es un poco impactante cuando piensas en la situación desesperada en la que se encontraban las tiendas en 2020», comentó Allison Hill, directora ejecutiva de la Asociación Estadounidense de Libreros, una organización comercial para librerías independientes. «Vemos una recuperación como nunca antes».
La asociación tiene 2.023 comercios afiliados en 2.561 ubicaciones, frente a los 1.689 a principios de julio de 2020. Parte del crecimiento refleja la renovación de membresías de las tiendas existentes que pospusieron hacerlo el año pasado en medio de la incertidumbre causada por la pandemia. Pero también ha habido un aumento fuerte y sostenido de nuevas librerías, y más de 200 propuestas adicionales se están preparando para abrir en el próximo año o dos, afirmó Hill.
Muchas librerías también han visto un aumento en las ganancias. En una encuesta de libreros a principios de este año, la asociación encontró que alrededor del 80% de los consultados dijeron que vieron mayor actividad comercial en 2021 que en 2020, y casi el 70% manifestó que sus ventas el año pasado fueron más altas que en 2019, explicó Hill.
En Blue Willow Bookshop en Houston, los ingresos aumentaron un 20% en 2021 y la tienda ganó más dinero el año pasado que en 2019, según la propietaria, Valerie Koehler. Mitchell Kaplan, fundador de Books & Books, una cadena independiente del sur de Florida, sostuvo que las ventas aumentaron más del 60% en 2021 en comparación con 2020.
Supervivencia

Muchas de las nuevas tiendas que abrieron durante la pandemia están a cargo de libreros no blancos, entre ellos The Salt Eaters Bookshop en Inglewood, California, que se especializa en libros escritos por y sobre mujeres negras, niñas y personas no binarias; Libros Bookmobile, una librería móvilpropiedad de latinas en un autobús escolar reconvertido en Taylor, Texas, que almacena ficción en español e inglés, y Reader's Block, una librería propiedad de negros en Stratford, Connecticut.
El rápido crecimiento de las librerías físicas es especialmente sorprendente en un momento en que enfrentan una competencia aplastante de Amazony otros minoristas online. Muchos libreros también se enfrentan a una nueva incertidumbre derivada de un panorama sombrío para la economía en general: escasez de mano de obra, errores en la cadena de suministro, aumento de los alquileres y las tasas de interés, costos más altos de los bienes y una recesión inminente que podría reducir el gasto de los consumidores.
Pero un resultado inesperado del covid-19 fue la forma en que muchas comunidades se unieron en torno a sus librerías locales en tiempos de crisis. Cuando las compras en persona se desplomaron durante el confinamiento, las librerías ampliaron rápidamente sus operaciones de ventas en línea y encontraron otras formas de mantener a sus clientes, incluida la recogida en la acera, la entrega a domicilio, las tiendas emergentes al aire libre y las librerías móviles. Resultó que los lectores estaban ansiosos por los libros impresos durante la pandemia, y el aumento en las ventas continuó hasta 2021, cuando los editores vendieron casi 827 millones de ejemplares físicos, un aumento del 10 % con respecto a 2020, según NPD BookScan.
Refugio comunitario
En una tarde reciente en Chinatown, un flujo constante de compradores hojeó y conversó con Yu en su tienda, que vende unos 2.000 títulos y se encuentra en un tramo de Mulberry Street cerca de una funeraria, una tienda de dumplings y una tintorería. En la parte trasera del local, los clientes se acomodaron en un acogedor rincón de lectura.
Un comprador le preguntó a Yu si podía recomendar un libro de cocina para un regalo de inauguración; la librera le entregó un montón de opciones. Otro cliente, la autora Ava Chin, que trabaja en un estudio de escritura en el vecindario, se detuvo para ver si había llegado un libro que había pedido. Yu lo encontró: Vidas rebeldes, hermosos experimentos, de Saidiya Hartman.
Chin, cuya familia ha vivido en Chinatown durante generaciones, señaló que la tienda se ha convertido en un lugar de reunión para los locales con mentalidad artística y literaria, una especie de centro literario asiático-estadounidense. Su calendario repleto incluye una lectura de poesía bilingüe con el poeta Yam Gong, el lanzamiento de un libro de la escritora y ensayista Larissa Pham y una sesión de firma de libros con la novelista Marie Myung-Ok Lee.
En un momento en que han aumentado los crímenes de odio contra los asiáticos, la tienda también se ha convertido en un refugio seguro, destacó Chin. En marzo, la tienda realizó un evento de sensibilización y distribuyó más de 1.000 alarmas de seguridad y botes de gas pimienta.
«No es solo una tienda; realmente es un espacio comunitario de facto», remarcó Chin. «Creo que no nos dimos cuenta de que necesitábamos una librería hasta que la tuvimos».
Razones detrás del auge
La nueva cosecha de librerías puede ser producto de cambios más amplios en la economía impulsados por la pandemia, ya que las personas reevaluaron sus vidas y cambiaron de profesión, y los locales comerciales se volvieron más asequibles. La asistencia del gobierno a las pequeñas empresas ayudó a muchas librerías a sobrellevar el cierre, y los cheques de estímulo permitieron que algunas personas dejaran sus trabajos y emprendieran.
Julie Ross renunció a su empleo en recursos humanos en Google este año para abrir Pocket Books Shop, una «librería indie queer y feminista», en Lancaster, Pensilvania.
Varios otros nuevos libreros dijeron que estaban motivados por el deseo de crear más visibilidad para diversos libros y autores. Nyshell Lawrence, una librera en Lansing, Michigan, tuvo la idea de abrir en 2017, luego de visitar una tienda local y descubrir que tenía muy pocos títulos escritos por mujeres negras. En enero abrió un espacio de 130 metros cuadrados en el Lansing Mall. Su propuesta, Socialight Society, tiene una selección curada de 300 títulos de autores negros, en su mayoría mujeres, y tiene una selección más amplia en su sitio web.
«La gente está buscando una comunidad donde reciban recomendaciones de personas reales. No solo estamos basando las cosas en algoritmos», puntualizó Lawrence.