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La tienda de 2.700 m2 en Shangái es atendida por 400 empleados.

He Junwei viajó unos 160 kilómetros en un tren de alta velocidad para esperar una hora por una taza de café. Era uno de los cientos de chinos entusiastas de la cafeína reunidos para visitar lo que parece ser un tributo construido por Starbucks en su honor.

La compañía estadounidense abrió la semana pasada su mayor tienda del mundo en Shanghái: un «santuario» de 2.700 metros cuadrados, que es atendido por 400 empleados. Esta cafetería gigante representa una gran apuesta que se ha hecho en un país que hasta hace poco prefería el té. Starbucks ha abierto más de 3.000 tiendas en el país y planea tener 5.000 en cuatro años.

La compañía dijo que abre una tienda en el país a razón de uno cada 15 horas.

Dentro del Roastery Reserve de Starbucks, en el centro de la ciudad, los clientes observaron de cerca cómo se hace el café.

Las tuberías llevaban granos crudos a tostadores, luego a un recipiente de bronce de dos pisos de altura decorado con cientos de sellos y patrones chinos tradicionales.

Desde allí, los granos son canalizados a un equipo de docenas de baristas y el café es hecho a mano usando cafeteras al vacío. Al igual que otros lugares en China, esta cafetería también vende té y comida.

La tienda demuestra la fe, y el dinero que Starbucks está vertiendo en China.

Ese país es ahora uno de los principales impulsores de ingresos de Starbucks en un momento en que otras compañías extranjeras se quejan del entorno comercial del país.

Yum Brands, el dueño de Taco Bell y Pizza Hut, escindió su unidad de China, en parte, debido a las preocupaciones sobre su capacidad para crecer allí. Otros, como McDonald’s y Coca-Cola, también se han retirado de China.

Pero mientras que esas compañías se han topado con barreras, Starbucks ha logrado invertir mucho. Paga salarios más altos que muchos competidores y ha ofrecido subsidios de vivienda y beneficios de atención médica a sus trabajadores.

Los esfuerzos de la compañía han supuesto un aumento en la capacidad de generar confianza en China. El miércoles 6, cuando se inauguró la tienda, eso fue evidenciado por la cantidad de personas esperando para entrar.

La inauguración se celebró e un ambiente cavernoso, donde el estruendo de los granos crujiendo a través de las tuberías y los baristas calentando el café competían con la música tecno, fue diseñada para personas como He. «A veces me preparo en casa», dijo el entusiasta consumidor, «pero se siente solitario».

Un trabajador de logística de 22 años en la ciudad de Hangzhou, también hizo el viaje para agregar a su colección de tazas temáticas de Starbucks. «Aunque a muchos chinos mayores les gusta el té, simplemente me gusta el café», dijo. «Como dice el viejo refrán, una vez que el amor ha comenzado, nunca termina», remató.