INFORME
La inflación, la falta de dólares y la restricción a las importaciones dificultan los negocios de compañías que cruzaron el charco en busca de expansión; pese a la coyuntura, algunas logran crecer
Este contenido es exclusivo para nuestros suscriptores.
La idea de cruzar el charco y triunfar en Argentina siempre ha atraído a empresas uruguayas. Pero hoy, la coyuntura -con una crisis económica reflejada en una inflación del 70%, la traba a las importaciones y la escasez de dólares- hace que aquella premisa quede en suspenso o se haya convertido en una lucha por sobrevivir para los que ya abrieron en el país vecino.
«Los momentos de crisis en Argentina son parte de la vida diaria», señaló Héctor Liberman, director de la empresa uruguaya de interiorismo Walmer, presente desde hace 30 años en Buenos Aires.
La fuerte cultura de consumo y el tamaño del mercado hacen que Argentina sea una «cantera importante de trabajo» para Walmer. Allí tiene cuatro locales que aportan el 60% o 70% de los ingresos, el resto viene del negocio en Uruguay.
Las restricciones a las importaciones, agregó Liberman, son un problema para empresas como la suya que dependen de las compras en el exterior, si bien en su caso por su «trayectoria, comportamiento y cantidad de personal, hay alguna concesión». Pero para sortear estas dificultades, la empresa decidió formar una pequeña planta de ensamblado y realiza algo de fabricación local para abastecer el mercado.
A pesar de la coyuntura adversa, la empresa crece. «Curiosamente el mercado explota porque la gente sale a consumir. Acá se dio un efecto pospandemia, sumado a una ‘ventaja cambiaria’ para el que tiene dólares, hablo de productos de alto estándar y público ABC1. En consecuencia, seguramente estemos vendiendo más pero con menor resultado al final», estimó Liberman.
Otra empresa uruguaya que se las ingenia para trabajar en Argentina es Zenit, que vende equipaje, mochilas y artículos de camping, entre otros rubros.
La compañía abrió en Córdoba hace ocho años, tiene un megastore y dos tiendas más, pero hoy le resulta «imposible trabajar» en el país, aseguró el CEO Alejandro Schein.
Aunque hay demanda, «las barreras de ingreso son altísimas» por la disparidad entre el dólar oficial y el «blue», lo que dispara el precio de los productos importados. Eso, siempre y cuando puedan entrar al país.
En respuesta, la empresa autorizó a su franquicia argentina a «desarrollar y producir localmente y comprar en plaza lo mejor que se pueda para subsistir, de modo que cuando se reabra el mercado podamos entrar nuevamente», dijo Schein.
«La decisión que tomamos fue aceptar las reglas de juego y quedarnos con las cosas interesantes del país, que tiene un consumo muy importante y bastante sofisticado en cierto nivel», valoró Santiago Campo, gerente general de The Chemist Look.
La firma de cosmética The Chemist Lookapostó a desarrollar sus productos en Argentina ya en 2020, luego de que un año antes el bloqueo a las importaciones le impidiera ingresar sus líneas de cuidado para la piel por algunos meses.
«La decisión que tomamos fue aceptar las reglas de juego y quedarnos con las cosas interesantes del país, que tiene un consumo muy importante y bastante sofisticado en cierto nivel», valoró Santiago Campo, gerente general de la compañía.
La idea de desarrollar en Argentina -la marca diseña sus productos y terceriza la fabricación- se concretó porque The Chemist Look ya tenía un pie allí desde 2018. De lo contrario «era difícil pensar en llegar al mercado», explicó Campo. También influyó la aceptación que había logrado la marca. El gerente recordó que cuando reanudaron las importaciones en 2019, antes de empezar a producir allá, vendieron toda la partida en 24 horas.
El plan de desarrollar en Argentina tomó más fuerza por el crecimiento de marcas que producen en el país en detrimento de las importadas porque no siempre tienen stock.
Para The Chemist Look hoy el mercado argentino supone el 40% de su facturación y crece cada año. «¿Qué pasaría si Argentina fuera más estable? Seguramente nos iría muchísimo mejor», analizó Campo. «Pero no deja de ser un país súper atractivo para nosotros», recalcó. La marca prevé crecer este año un 50% respecto a 2021.
Latienda de service de celulares Mobidoc cruzó a Argentina en 2018 tras comprobar el potencial de negocio. Hasta entonces recibía a empresas de ese país que venían a Uruguay para reparar sus equipos.
Cuando Mobidoc abrió en Buenos Aires los proveedores brindaban crédito en moneda local a tasas muy bajas, una realidad muy distinta a la actual. «Hoy casi nadie te da crédito y lo poco que te dan son más que nada importadores que te cobran al dólar oficial», comparó Martín Sterenstein, cofundador de la tienda y líder de la operación en Argentina.
La particular y cambiante realidad del país llevó a Mobidoc a dividir sus negocios y equipos en dos empresas distintas, comentó el empresario.
La tienda, que tiene un importante perfil de clientes corporativos, se encuentra hoy con planteos de pago a 30, 60 y 90 días, lo que dificulta la operativa. Y el consumidor final, ante la pérdida de poder adquisitivo, duda más a la hora de solicitar el service. «También tenés que ofrecer cuotas sin interés», acotó Sterenstein. Al final, los clientes terminan optando por la reparación porque comprar un teléfono sale más caro.
Pese a todo, Mobidoc viene creciendo su negocio, pero el dato también está afectado por la inflación. A su vez, «hay una parte que se come el margen porque tampoco podés subir el precio al ritmo de la inflación», matizó Sterenstein.
Planes para crecer
El escenario actual en Argentina no invita a pensar en grandes inversiones o apuestas de riesgo. Según Campo, la oportunidad podría ser más favorable para una firma uruguaya si la empresa ya tiene presencia en el país vecino, si su producto se puede fabricar allí o si consigue un socio local.
En el contexto actual, Walmer no prevé aperturas. «Con poder abastecer cuatro locales nos damos por satisfechos. El crecimiento vendrá después», afirmó Liberman.
De todos modos, hay quienes confían en expandirse.
Zenit proyecta quintuplicar su operación en Argentina, una vez que se flexibilice el ingreso de productos. «Hoy no estamos trabajando para crecer, sino para sobrevivir», aclaró Schein.
Mobidoc, que tiene dos locales en Buenos Aires, aspira a sumar un tercero el año próximo.
Sterenstein recibe consultas de emprendedores uruguayos interesados en cruzar el charco. Su mensaje es de aliento por la potencia del mercado, pero recomienda tomar recaudos.
«Es una linda plaza y un país, espectacular, pero tenés que estar dispuesto a vivir meses muy malos y saber pasar estas olas de inestabilidad y cambio».
Uruguay suscita interés en el país vecino
La crisis en Argentina y el buen manejo de la pandemia en Uruguay han llevado a que inversores y empresarios de distintos sectores del país vecino decidan cruzar el charco.
Fuentes de la Embajada de Uruguay en Argentina dijeron a El Empresario que allí reciben «constantemente» pedidos de información de empresas argentinas que tienen interés en instalarse en Uruguay. El espectro abarca a compañías de logística, tecnología, startups, retail así como firmas que exportan bienes y servicios.
La representación uruguaya mantiene reuniones con los interesados para informarles sobre los beneficios fiscales y tributarios que ofrece el país.
Como reflejo de esta tendencia, en el marco del evento Pensar Mar del Plata, realizado en julio, unas 30 empresas argentinas hicieron consultas a los representantes consulares uruguayos, informaron desde la embajada.