Negocios
Con una inversión de US$ 1,5 millón el restaurante se instaló en Montevideo
El prestigioso restaurante Baco Vino y Bistró inauguró su primera franquicia fuera de Chile al desembarcar en Uruguay. De la mano de Sophie Le Baux y Matías Fasolo, Montevideo tiene su propia versión del reducto gastronómico chileno.
Tras una inversión de US$ 1,5 millón los emprendedores inauguraron su local sobre la calle Juan Zorrilla de San Martín 93 (Punta Carretas).
«Este edificio fue hecho pensado 100% para albergar un restaurante», aclaró Fasolo. Aunque el predio alojó por años El balcón del lobo, al adquirir la propiedad el proyecto se inició de cero y sumó la última tecnología. Esto incluye desde un equipamiento alemán de cocina hasta un cielo (techo) filtrante que permite tener una cocina abierta que evita que los olores lleguen al restaurante, entre otras prestaciones.
El sueño de este matrimonio se concretó en agosto, pero comenzó mucho antes, cuando ambos egresaron de una escuela de hotelería en Suiza.
«Nuestro objetivo era abrir un negocio propio. Trabajamos en Baco, que es de la familia de Sophie, pero si nos quedábamos en Chile no dejábamos de ser u2018la hija deu2019 o u2018el yerno deu2019 Le Baux», explicó Fasolo.
Canadá y Brasil fueron los primeros destinos que evaluaron, pero surgió la posibilidad de instalarse en Uruguay, un punto que los mantenía cerca de sus familias (que residen en Chile y en Argentina).
Enjoy, Sofitel, La Perdiz, Carrau & Cía fueron algunas de las empresas donde trabajaron hasta que se embarcaron en la creación de Baco Vino y Bistró. «Abrimos en marcha blanca, es decir, sin comunicar nada», reveló Le Baux. «Queríamos testear todo», acotó Fasolo.
«En el proyecto inicial, nuestro restaurante iba a llamarse Copas, pero el padre de Sophie nos propuso franquiciar Baco», recordó él. Tras aceptar la oferta, adaptaron el plan de negocios que tenían en mente.
","
«Conocíamos la propuesta de Baco. En 13 años se posicionó: hace 800 cubiertos por día y es el segundo en facturación de Chile», agregó.
«Adaptamos todo al gusto local», advirtió Le Baux y remarcó que solo trabajan con productos naturales que no contienen colorantes artificiales, conservantes ni glutamato. Tampoco ofrecen bebidas fantasías que contengan estos ingredientes.
«Todo es natural porque la cocina de Baco le da mucho énfasis al producto y lo altera poco», remarcó Le Baux. «Tenemos que tener materia prima muy buena, porque eso es lo que hace la diferencia», agregó.
En Montevideo, Baco abrirá todos los días con un horario corrido de 12:00 PM a 1:00 AM y siempre ofrecerá la misma carta.
«Nuestra meta es llegar a los 300 cubiertos diarios. Apostamos al volumen, a ofrecer precios accesibles, con una buena relación precio calidad», indicó.
«Tenemos una carta internacional con un toque que remite a la cocina francesa tradicional. Queremos ser conocidos por ser el restaurante del vino, hoy ofrecemos 90 etiquetas, todas sudamericanas», remató Fasolo.
Un referente que hace 800 cubiertos al día
Baco comenzó como un pequeño bistró y con los años no solo se remodeló, sino que se posicionó como uno de los mejores restaurantes de la capital chilena. En su local de avenida Nueva de Lyon, la casa hace un promedio de 800 cubiertos diarios. Su carta de vinos y platos de cocina francesa son dos de sus puntos fuertes. Además un sello de la casa es su gran cava, dirigida por el empresario Fréderic Le Baux.