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La pandemia del coronavirus también tuvo un impacto negativo en la inclusión social.
Es propósito del Banco Mundial reducir la pobreza y generar prosperidad compartida. “La exclusión social genera pobreza, así que promover la inclusión está en el centro mismo de nuestra misión para alcanzar un desarrollo económico y social sostenible”, dijo en diálogo con El País Celia Ortega, representante en Uruguay del Banco Mundial (BM).
“Estamos comprometidos a promover la diversidad en nuestro lugar de trabajo, esto es,?crear una cultura y prácticas que reconozcan, valoren y fortalezcan aquello que hace a cada individuo?único?en su sentido ?más amplio”, explicó.
En Latinoamérica el BM está buscando reclutar más profesionales de origen afro e indígena. Este aporte humano enriquece la perspectiva de los equipos técnicos ante los problemas de desarrollo y ayuda a diseñar a su vez soluciones más inclusivas. En ese sentido, el BM acaba de lanzar la primera convocatoria de Pasantías Inclusivas, que incorporará a 16 jóvenes a sus equipos por seis meses. “Esperamos lanzar una convocatoria para la oficina Uruguay en los próximos meses”, adelantó Ortega.
En la región, el BM tiene una agenda sobre inclusión social con tres pilares: investigación, visibilización y operaciones.
En términos de investigación, la institución ha realizado reportes regionales sobre población indígena?(2016), afro-descendiente?(2018), y sobre personas con discapacidad (2020). “Recientemente en Uruguay lanzamos un reporte sobre la inclusión de cuatro grupos:?afrodescendientes, personas con discapacidad, jefas de hogar y personas trans”. A pesar que Uruguay es el país más inclusivo de la región, estos grupos son los pobres de los pobres como consecuencia de la exclusión que viven en la educación, salud, en lo laboral en los servicios públicos más básicos, añadió.
Conocer esos datos es el primer paso para tomar decisiones eficaces para la reducción de pobreza. Por ejemplo, actividades fuertemente impactadas por el COVID-19 emplean un alto porcentaje de afrodescendientes (comercio minorista, servicio doméstico, construcción y transporte emplean un 59% de hombres y 46% de mujeres afro). Incluso antes de la pandemia un gran número de afro-uruguayos estaba desempleado (11% hombres y 14% mujeres, por encima del promedio nacional) y se concentraban más en el sector informal. Es probable que la pandemia haya ampliado estas brechas, indicó.
INCLUSIÓN Y POBREZA
En todos los países hay personas que sufren de exclusión?por ejemplo del mercado laboral por ser mujer?o tener?una?discapacidad, o de espacios y servicios por su?orientación?sexual. Por eso, “inclusión y reducción de la pobreza van de la mano,?pues implica ampliar las oportunidades para que todas las personas puedan participar plenamente en el ámbito de los mercados, los servicios y la sociedad”, dijo Ortega.
La pandemia y la crisis económica sin precedentes que ha generado, han puesto de manifiesto desigualdades y exclusión sistémicas, comentó Ortega.
Debido a la crisis, la cantidad de nuevas personas en situación de pobreza extrema podría aumentar entre 73?millones y 117?millones.?La pandemia evidenció cómo los grupos excluidos se vieron más afectados.