ENTREVISTA
El presidente de Sevel Uruguay se refirió a la gran demanda de su modelo pick up, que coexistió con dificultades en la cadena de suministro por la pandemia, y habló de la apuesta de Fiat por los SUV
Nació en Torino (Piemonte, Italia). Doménico Cappelli tiene 50 años, estudió Economía en Argentina y cursó una doble maestría en EE.UU. en Boston University (en general management y en sistemas de información). Es accionista y presidente de Sevel Uruguay, empresa que representa a marcas muy arraigadas en Uruguay, como Fiat, y otras de alta gama como Jeep, Dodge, Ram y Chrysler. Dice que a nivel mundial crece la demanda de los SUV porque las familias buscan mayor comodidad y Fiat se sumó a la tendencia con el reciente lanzamiento de su modelo Pulse, al que sumará otros en 2023. Tiene tres hijos, uno estadounidense, una argentina y el menor es uruguayo. Sus hobbies son golf, bici, tenis, kitesurf y hace poco empezó a aprender a volar avionetas.
La empresa surgió en 1984 en Uruguay como representante de la marca Fiat y además producía localmente, pero eso fue cambiando. ¿Qué pasó?
Sí, Sevel Uruguay era parte de Sevel Argentina. Allá se abrió el mercado y Sevel Argentina dejó de existir. Entonces, Sevel Uruguay se separó con nuevos accionistas y quedó totalmente independiente. Además, se dejó de producir por el contexto de mercado. En ese momento, por costos y economías de escala no era viable producir en Uruguay comparado con Argentina y Brasil. En 1996 se vendió la planta industrial y se empezaron a concentrar los esfuerzos en la parte comercial, como importadores, trayendo esencialmente de Brasil y en cierto momento también de Europa, pero nuestros proveedores principales son Brasil, Argentina y ahora EE.UU.
¿Con qué misión viene usted a Sevel Uruguay en 2005?
Tenía 33 años. En Roma yo estaba en una empresa de distribución y generación eléctrica italiana, Enel, y llegó un momento en que se estaba expandiendo en Europa del Este. Ya me habían puesto en esos proyectos y había serias probabilidades de ir a vivir entre Bulgaria, Rumanía, etcétera. Mi esposa es Argentina, no le gustó mucho ese plan y por un tema familiar decidimos volver al Río de la Plata. Vine como director operativo general para llevar adelante las operaciones de Sevel, a trabajar con nuestro socio Juan Carlos Gorini.
En los noventa, el Fiat Uno o el Premio eran autos muy valorados por los uruguayos. ¿Cómo evolucionó el arraigo de la marca desde entonces?
Fiat es una marca muy querida, sigue siéndolo. Tuvo sus momentos con productos más (o menos) exitosos, pero siempre tuvo algún caballito bien fuerte, como el Uno. La marca fue evolucionando con nuevos modelos y perdió un poco el estigma que tenía, de ser el primer auto o el auto de batalla para dar al hijo. Ahora tiene tecnología, motores excelentes, buena calidad... fue creciendo. Evolucionó con las necesidades del mercado.
De todos los vehículos utilitarios livianos que se venden en Uruguay, el Fiat Strada es el modelo más vendido. ¿A qué lo atribuyen?
Bajo el paraguas de Stellantis (N. de R.: grupo que surge de la fusión de Fiat Chrysler y Groupe PSA) hay muchas pick up mucho más grandes que Strada, pero se lanzó acá la nueva Strada en diciembre de 2020 y fue un éxito arrollador. También en Brasil. Nadie imaginaba que tendría tanta aceptación. Fue un éxito, pero también un gran dolor de cabeza, porque coincidió con la pandemia y la faltante que sigue habiendo de materias primas, de chips, de interrupciones en los procesos de producción debido al covid-19 y las normas de sanidad. Todo esto no daba una continuidad y hubo clientes que esperaron con mucha paciencia y bastante enojo. Algunos nueve o 10 meses, cuando lo normal antes eran 45 días. Por suerte nos pusimos al día. Al Strada lo llamo «auto» por más que muchos lo consideran un vehículo comercial.
¿Por qué? Es una pick up.
Porque vemos que ciertos vehículos nacen de una forma y son usados de otra. La pick up Strada es polivalente porque es un utilitario, pero hablando con mis vendedores y la red de concesionarios y compartiendo experiencias en Brasil se ve mucha gente, especialmente parejas jóvenes, que dejan el auto chico y se vuelcan a la versatilidad de la Strada. Si tienen un niño chico con cochecito, para hacer 100 kilómetros no entra todo en el auto. Entonces, se volvió una alternativa al auto clásico.
En pandemia hubo mayor demanda de las familias por autos 0 kilómetro. ¿Cómo creen que continuará la demanda en los próximos años?
Se va a estabilizar. Por suerte Uruguay manejó muy bien el tema pandemia. La gente con mayor ingreso se dio el gusto de cambiar el auto, hubo mucho turismo interno, pero en el futuro todo eso se va a normalizar y tendría que haber una baja o mantenerse el mercado.
«El automóvil a combustión por un rato va a seguir»
Fiat no fue pionera en autos híbridos o eléctricos, pero se propuso que en 2030 todos sus modelos estén electrificados. ¿Qué planes tienen para Uruguay?
Es cierto, Fiat se subió al carro más tarde que otras marcas y quizás otras estaban mucho más atrasadas, pero lo tomó seriamente y ahora el proyecto es que todos los modelos tengan una versión a futuro híbrida o eléctrica. Hay un tema como siempre de costos. En la electrificación si no hay un apoyo de los gobiernos el auto se vuelve casi de lujo, porque tiene costos muy altos de producción. Habrá un mix: el auto a combustión por un rato va a seguir y se encontrará la proporción ideal en el futuro. Ahora se está trabajando en el hidrógeno para transporte de carga y aparecerán nuevas alternativas al motor a combustión o puramente eléctrico. Con Fiat veremos cuál es la evolución; cuando estén disponibles los vamos a ofrecer. Jeep ya tiene los modelos híbridos o PHEV y los estamos analizando, pero por un tema de disponibilidad de producción en origen (hay mercados que absorben toda esa oferta) no hemos logrado entrarlos aquí.
¿Qué factores pesan más al elegir al vehículo?
El auto sigue siendo una compra bastante emocional. Antes era muy masculina, pero ahora es familiar y democrática. El auto debe ser lindo y responder a varias necesidades. Hasta los hijos opinan qué les gusta, buscan que tenga puertos USB para enchufar celulares, que tenga pantalla grande para CarPlay o Android Auto... Pero seguridad y buen motor diría que están al mismo nivel que todo lo demás. La seguridad define la compra de un auto.
¿Qué pasa con los precios?
El último año y medio o dos subieron. Es un tema oferta y demanda. Los proveedores son el cuello de botella en este momento, de chips como de otras partes. Los costos también suben por tema de nafta y fletes, que tuvieron aumentos muy fuertes los últimos dos años. Además, los países más grandes absorben o pagan cualquier cosa para tener los autos.
En 2011 empezaron a comercializar las marcas de alta gama Jeep, Chrysler, Dodge y Ram. ¿Cuánto pesan en Sevel?
Es importante. Por la fusión entre Fiat y Chrysler tenemos esas marcas. Los modelos más vendidos son la Compass (que tuvo un facelift hace poco) y la Renegade. Son de origen brasileño. Le siguen la Ram 1500, la Ram 2500, la Jeep Gladiator, Wrangler, la Grand Cherokee. Esas son de EE.UU.
Son modelos de alta gama, grandes y llamativos para un país como Uruguay, donde se suele cultivar el bajo perfil.
El gusto del consumidor va evolucionando. No podemos comparar el mercado uruguayo con el brasileño y el argentino, son diferentes, pero les gusta el auto. Y es un lindísimo país natural, entonces Jeep ofreció modelos acordes a las dimensiones que se necesitan en estas latitudes, como el Compass. No es necesario caer en modelos grandes como una Grand Cherokee para tener el confort o libertades que ofrece Jeep.
También dentro de Fiat tienen una línea de trekking y hace poco lanzaron el Fiat Pulse, una SUV pequeña. ¿Qué resultados dio?
El segmento SUV es el que más crece a nivel mundial y nos sumamos a la tendencia. Jeep vive de los SUV desde que nació; Fiat vio este crecimiento y empezó a ofrecer versiones que se adaptaran a las necesidades del mercado latinoamericano. La línea trekking nació con el Palio y la Strada, para enfrentar las autopistas y caminos en Sudamérica, que tienen muchos pozos. El SUV también te da un auto más levantado, mejor visibilidad y mayor espacio, porque las valijas también crecieron. El paso siguiente a la línea trekking de Fiat fue el Pulse, con una línea muy moderna y una tecnología en el motor de primer nivel. Stellantis eligió Punta del Este para el lanzamiento para consolidar la importancia de Uruguay en sus mercados.
Stellantis integra otras marcas, como Peugeot. ¿En Uruguay la representación sigue siendo independiente?
Totalmente diferente. Somos importadores que recibimos los input de Stellantis de producto, precio, etcétera, pero después hacemos nuestras políticas de comercialización.
¿Pulse compite en el mismo segmento que Nissan Kicks o Volkswagen Nivus?
Sí. La segmentación varía ligeramente de país. En Argentina o Brasil comparan con otros, pero acá en discusiones con el brand manager de Fiat regional se ha llegado a esos posicionamientos. Esos son los competidores más directos.
¿Buscan reeditar el liderazgo de Fiat en utilitarios livianos?
Siempre es difícil llegar al liderazgo, pero más difícil es mantenerse. Hay una serie de nuevos lanzamientos que nos ayudarán en este curso. Hay un proyecto para fin de año o quizás ya en 2023. No puedo adelantarle mucho.
Con una empresa aparte, trajeron la marca china Jetour, que ha logrado posicionarse en Uruguay. ¿Cómo surgió?
Estábamos buscando alternativas y cuando una de las personas que trabaja conmigo nos trajo el análisis nos gustó, quedamos sorprendidos. Es un vehículo que responde muy bien a las necesidades de Uruguay: SUV, con tres filas de asientos para familias, con buena tecnología. Estamos muy contentos; la aceptación fue mayor a lo esperado.
¿El uruguayo perdió el miedo al auto de origen chino?
Todos podemos traer o importar, pero hay que dar un respaldo. Vender el auto es la parte más simple si tenés un buen producto, pero después hay que dar respaldo con repuestos, logística, entrenamiento del personal a nivel técnico… Con los años hubo un filtro natural en Uruguay y ciertas marcas desaparecieron o tienen niveles de venta irrisorios. La gente las desechó.