El nuevo poder explicado hace más de 2000 años

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La democratización de la información empoderó a los consumidores.

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Foto: Archivo El País

No es una noticia el hecho de que los consumidores o usuarios han ido ganando terreno y poder con respecto a las marcas. El mensaje unidireccional entregado en un momento creado por la marca ya no es igual de efectivo y pasan a ser los momentos creados por las personas los que importan a las marcas. Hay mucha información disponible pero además hay un factor clave y determinante en esta "inversión" de roles y es el poder que paulatinamente han adquirido las personas gracias al fenómeno que podríamos resumir como democratización de la información.

Este libre flujo de información, ideas, opiniones y saber que empodera a los usuarios o consumidores ha puesto en jaque a las marcas que no entienden a su público pero también ha evidenciado un mal manejo del poder por parte de aquellos que no lo entienden o simplemente son presas de la inmediatez y un sentido de pertenencia basado en la estandarización del pensamiento.

"Es desafortunado actuar impulsivamente cuando se tiene poder" Confucio - Libro del cambio

Esto pasa muy seguido hoy en día y muchas veces las opiniones se forman en base a un titular y terminan convirtiéndose en una bola de nieve gigante que arrasa todo a su paso hasta que se diluye y todo queda como si nada. Así nos parezca o no, estas avalanchas de subjetividades son de alguna forma moldes para nuestro accionar en sociedad, lo que lamentablemente se ha transformado en una ecuación binaria de bien y mal, de estás acá o estás allá.

Acá es dónde nuevamente la sabiduría oriental, ayudada por nuestro lento proceso evolutivo vuelve a dar en el clavo.

"Cuando todo el mundo sabe que lo "bueno" es "bueno", esto no es bueno" - Lao Tse

Cada vez son más las veces que las marcas se disculpan con los consumidores y tratan de seguirles “la idea” mientras el ego se alimenta del éxito y se prepara para dar una nueva batalla en nombre de la humanidad inocente, solo protegida por unos pocos centros de opinión.
No está mal que se corrijan errores ni tampoco está mal dejarlos en evidencia, lo que está mal es perder de vista que muchas veces estamos frente a una sola opinión, quizás las más fuerte, pero no por eso la más acertada.

Podemos estar en desacuerdo y tenemos derecho a no sentir miedo por estarlo, así es como creo que se construyen las estructuras más sólidas. Es difícil ser imparcial pero no es difícil tratar de ver el mundo un poco más allá de nuestras narices.

"Vuelve antes de haber ido demasiado lejos y tendrás buena fortuna" Confucio - Libro del cambio

Defendemos la igualdad diferenciando. Luchamos por los derechos cercenando otros. Repudiamos la violencia con actos violentos. ¿No estamos siendo un poco contradictorios?

¿Tenemos derecho a definir lo que debe opinar otra persona? ¿Podemos excluirla de nuestra lista de personas válidas solo por una opinión o perspectiva diferente? ¿Con que argumento entonces nos embanderamos con la igualdad?

Hace unas semanas una marca bajó un comercial (al punto de que ya es hasta difícil de encontrar) porque un grupo de opinión entendió que el mensaje era racista. Sin lugar a dudas una interpretación posible (de otra forma no habría existido) pero que si analizamos con un poco más de frialdad, lejos de la inmediatez y despojados de la necesidad de pertenencia, podemos ver que se descontextualizó el mensaje. Pero lo más preocupante o llamativo es que el argumento antirracista parte de la base de que hay un orden cromático. Si somos iguales el orden no es la prioridad.

Así es como perdemos de vista los objetivos reales y usamos nuestro poder sin discreción, quizás solamente para ponernos a prueba y ver qué tan lejos podemos llegar. Quizás tampoco estamos viendo más allá del árbol y perdemos de vista el modelo que estamos generando a futuro, y se parece más a un pasado dónde las distintas opiniones eran motivo suficiente para odiarse.

"Lo ortodoxo también se vuelve heterodoxo, lo bueno también se vuelve malo" Lao Tse

Vivimos con los demás y los demás viven con nosotros así pensemos diferente. Las marcas son parte de nuestras vidas y nuestras vidas son parte de las marcas así no nos guste lo que hacen. Esa es la realidad y no podemos disociarnos pero quizás, tampoco lo necesitamos.

"Augura buenos presagios trabajar juntos para progresar" - Confucio - Libro del cambio.

* PIMODes una agencia de publicidad que desarrolla estrategias de comunicación integral con corazón digital.

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