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El grupo, junto a otros inversores, volcará US$ 30 millones en la construcción de una nueva planta en Canelones; el diferencial de la empresa es su innovador sistema constructivo modular de viviendas.
Un innovador modelo constructivo modular creado por la empresa Vantem, conquistó la atención y los millones del fondo Breakthrough Energy, fundado por el empresario y filántropo Bill Gates.
En concreto, el fondo decidió invertir en la matriz global de Vantem, ubicada en EE.UU. para incentivar una expansión global que incluye una nueva planta de la filial en Uruguay.
Detrás de esta decisión está el sistema de construcción de casas modulares que Uruguay ayudó a desarrollar, en base a unos paneles con diseño patentado. «Estos intercalan una capa aislante entre dos paneles estructurales de material», explicó Humberto Moreira, director de Vantem Uruguay.
La inversión de Breakthrough Energy (fondo creado para combatir el cambio climático y del que también participan Jeff Bezos, Jack Ma, Richard Branson y Kleiner Perkins) en Vantem, tendrá impacto en Uruguay. La filial local recibirá parte de ese monto (la cifra es reservada), y junto a otras inversiones, captará US$ 30 millones que irán destinados a la nueva planta ubicada en Barros Blancos, Canelones.
Hasta 2021, Vantem funcionaba en un espacio de 3.500 metros cuadrados (m2). Desde enero, y tras ejecutar la primera parte del monto, se mudaron a la nueva locación de 13.500 m2, y ya planean sumar otros 12.000 m2.
La firma local, de capitales 50% de EE.UU. y 50% uruguayos, comenzó a operar en Uruguay en 2017, y sus primeras obras datan de 2018. Hasta el presente suma cerca de 250.000 m2 construidos, entre los que destaca el hotel modular para la empresa UPM.
Con las nuevas instalaciones, la empresa da un paso más y a su sistema de construcción de paneles le suma el de armado de casas por módulos en la propia planta, con lo que podrán generar viviendas de «emisión cero».
Según Moreira, los paneles Vantem resultan cuatro veces más eficientes en materia de consumo energético por su mayor aislación térmica. La innovación está en sus paredes. Son dos placas cementicias (similar a un hormigón) en cuyo interior se coloca el material aislante, dijo. En tanto, al hacer el 95% de la producción dentro de la fábrica (armar la casa con el mobiliario y la pintura) y luego trasladarla al lugar definitivo, se hace «más eficiente el proceso, reduce el impacto de huella de carbono en un 75% y en un 50% el plazo de construcción». «Esto se traduce en que, a misma calidad de vivienda, los costos bajan entre 25% y 30%», estimó.
Moreira destacó que los edificios resultantes son asequibles, energéticamente eficientes y capaces de resistir huracanes, terremotos e incendios forestales. Y con la adición de paneles solares pueden ser de emisiones cero.
Hoy, la planta puede producir entre 10 y 15 viviendas por mes. En la segunda mitad del año ejecutarán la segunda fase de la inversión para automatizar la producción con nueva maquinaria de EE.UU. «La meta a 2024 es alcanzar una capacidad productiva de 50 viviendas al mes y emplear 200 personas en forma directa», indicó.
Esto les permitirá ampliar sus mercados y llegar al sur de Brasil, Argentina y Paraguay.