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La pandemia cambió el ritmo de vida de Maldonado y Punta del Este. Asociado durante años a un concepto de turismo en temporada, la llegada de empresarios, emprendedores y trabajadores sobre todo del sector tecnológico transformó este destino en un lugar para vivir todo el año.

Y para invertir.

Uno ejemplo de ello es Lighthouse, un cowork de capitales argentinos que, tras un desembolso de US$ 100.000, abrirá en junio en la intersección de Zelmar Michelini y la avenida Franklin Delano Roosevelt, en una zona donde se desarrolla un megacomplejo que incluye edificios y un nuevo shopping.

Detrás del proyecto están los argentinos Claudio Garber y Matías Wepfer, socios fundadores de Realtok, una startup creada hace un año que se distingue por democratizar el acceso al mercado de inversiones inmobiliarias integrando la tecnología blockchain y el mundo artístico con NFT.

«Un amigo argentino que se fue a vivir a Uruguay y tiene una empresa tecnológica en Montevideo nos comentó que tenía parte de su equipo en Punta del Este pero no había un espacio para que trabajaran juntos. Ya estábamos investigando proyectos de cowork y coliving y durante unos meses estudiamos ese mercado. Detectamos la demanda y decidimos crear el cowork», explicó Wepfer.

Lighthouse no será un espacio común sino que tendrá una «pata cripto» (ver recuadro) y de fuerte promoción de cuatro pilares: bienestar personal, sustentabilidad, arte y cultura.

La propuesta se divide en tres áreas, detalló Wepfer. En la planta baja, de unos 100 metros cuadrados (m2), se instalará una cafetería a la calle que tendrá la particularidad de ofrecer propuestas saludables de productores orgánicos de Maldonado.

En el primer piso, de unos 400 m2, se ubicará el área de cowork que se subdivide en un ambiente de oficinas abiertas con espacios flexibles para unas 40 personas, oficinas privadas (comenzarán con dos: una para cuatro y otra para ocho personas) y una sala para crear contenidos digitales como videos o podcasts. «Contará con cámaras, micrófono y luces profesionales para crear contenidos digitales y se podrá alquilar por separado», aclaró Garber.

La última planta, también de 400 m2, será abierta y se colocarán unas «gradas» para que se generen actividades para la comunidad, como talleres, yoga, pilates y charlas de tecnología, entre otros, porque el diferencial será «crear comunidad», destacaron los emprendedores.

Los espacios se pueden alquilar por mes en tres formatos: viajeros (US$ 70), escritorios flexibles (US$ 250), escritorios fijos (US$ 500) y oficinas (US$ 2.500; ocho personas). Todos los formatos incluyen acceso a las áreas comunes como cocinas o living y crédito para el uso de las salas.

El cowork funcionará todos los días en un horario tentativo de 7:00 a 22:00, que puede variar de acuerdo a la demanda.