Innovación
El negocio de los electroencefalogramas portátiles
Muchas veces se requiere una vincha para sujetarse el cabello o como accesorio estético, pero esta no es una vincha cualquiera. Se trata de «muse», un dispositivo portátil, liviano y con electrodos que se coloca sobre el cuero cabelludo y mide las ondas cerebrales; esto permite detectar el nivel de estrés o relajación de su portador en tiempo real y mostrárselo en el celular.
«Con una mayor toma de consciencia de su ansiedad, la persona puede regularla con autocontrol o mediante técnicas de relajación», explicó Leandro Castelluccio, sociólogo, máster en neurociencias y socio de Naxon Labs, un emprendimiento uruguayo dedicado al desarrollo de dispositivos portátiles para el bienestar y la salud mental.
Si la persona está muy estresada o dispersa, la vincha activa un biofeedback auditivo intenso (por ejemplo, el sonido de la lluvia fuerte) para relajarse. Si está en estado neutral o calmado, un suave trinar de pájaros acompaña. El sistema aporta, además, un informe con métricas sobre la evolución de la ansiedad-relajación en el tiempo.
Esta historia no queda ahí, sino que recién empieza, porque Naxon Labs toma las vinchas muse -fabricadas por la canadiense Interaxon- como base para nuevos desarrollos de software en el área médica. «En esencia, la vincha es un electroencefalograma que ayuda al mindfulness y a las fases del sueño, pero también tiene potencial para otro tipo de usos, como el mejor seguimiento de enfermedades mentales y el monitoreo de la epilepsia y de eventos neurológicos en pacientes en CTI a partir de sus movimientos neuronales», ejemplificó Castelluccio.
Bajo esa premisa, Naxon Labs desarrolló, en alianza con Eager Works (una empresa que trabaja en inteligencia artificial), una plataforma de nuevas aplicaciones y usos del software original en bienestar y salud mental, para ofrecerlas a otros investigadores.
Quiénes son
La inspiración del proyecto surgió a partir de los estudios en neurociencia cognitiva de Castelluccio en Inglaterra en 2017, que lo llevaron a fundar Naxon Labs dos años después con sus socios: Federico Romano (especializado en neurofisiología) y Martín Machín (ingeniero en informática, asesor, inversor ángel, cofundador del ecosistema Pyxis).
Inicialmente, el emprendimiento recibió el apoyo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) para desarrollar un prototipo para leer la información neuronal de forma más práctica, inalámbrica y económica que los grandes electroencefalogramas tradicionales que se utilizan en los hospitales y clínicas. Luego vieron otras potencialidades.
Hoy en día, comercializan el software desarrollado sobre las vinchas muse a algunas universidades y clínicas privadas de EE.UU., Canadá, Europa e India. «Esos mercados están más familiarizados con la neurociencia. Vendemos la licencia del software y concretamos unas 400 suscripciones anuales, pero el potencial de negocio es enorme. Solo hay que pensar que Interaxon vende 40.000 dispositivos por año. En América Latina, los mercados no conocen mucho el tema, se requiere evangelizar para luego ofrecer la solución», dijo Castelluccio.
La empresa está desarrollando una herramienta para que la persona pueda elevar su estado mental de negativo a positivo a través de la música adecuada u otros estímulos que se descargan con el nuevo software.
No obstante, en Uruguay han surgido interesados. «Ingenieros de la Universidad ORT han utilizado nuestro software para desarrollar ensayos de comandos mentales para que personas con parálisis pueden movilizar objetos con brazos robóticos. Pasantes de la Universidad de Montevideo también han adelantado proyectos de investigación con nosotros», señaló el emprendedor.
El nuevo desarrollo
Desde enero, Naxon Labs está avanzando en otra línea: la clasificación neurotecnológica de emociones (como alegría, tristeza, dolor, nivel de concentración), en un intento de ir más allá del producto original.
El objetivo es que la persona pueda elevar su estado mental de negativo a positivo a través de la música adecuada para ello u otros estímulos que se descargan con el nuevo software. La herramienta puede asistir a los psicólogos y psiquiatras, y también es de utilidad en las empresas de marketing para testear si a los consumidores les resulta más atractivo un producto que otro a la hora de lanzarlo al mercado, o algún spot publicitario.
«La tecnología de neurociencia es escasa en el mundo. Existen detectores de emociones, pero muy básicos. Nuestra meta es ampliarlos y llevarlos al consumo masivo, donde el mercado es mucho mayor que el círculo científico al que ahora nos dirigimos mayoritariamente», concluyó el vocero.