Informe
Se dispara la venta de harina de maíz, bebidas y condimentos típicos de venezuela, que están conquistando también a los uruguayos.
Los venezolanos protagonizan una nueva ola inmigratoria en Uruguay, tan reciente como exponencial. Su arraigo en comunidades cada vez más numerosas u2014esta vez a miles de kilómetros de distancia de sus tierras natalesu2014 ha situado a Uruguay como un inesperado mercado para marcas y productos típicamente caribeños.
En las góndolas de autoservicios, en tiendas naturistas pero también en grandes superficies se puede encontrar un ingrediente básico de la cocina venezolana como la harina marca Pan u2014de maíz (blanco, amarillo y dulce) precocidou2014, con la que se elaboran platos clásicos como arepas, cachapas, tamales, garnachas, bollitos y empanadas.
La demanda vino de la mano de los inmigrantes, quienes en muchos casos comenzaron emprendimientos gastronómicos con una carta basada en las comidas tradicionales del Caribe.
Se estima que en Uruguay residen más de 6.000 venezolanos.
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Camilo Ortiz llegó desde Venezuela hace un par de años y abrió un bar, al que bautizó Pepito, en homenaje al clásico sándwich venezolano. En Uruguay encontró sin problemas los ingredientes para preparar el emparedado, sin embargo, una vez que decidió ampliar su menú con arepas u2014«lo más venezolano que existe»u2014 descubrió que en Uruguay no había la materia prima base de la receta, la harina Pan.
Emprendedores como Ortiz recurrían entonces a sustitutos en sus recetas o, con algo de suerte, compraban los remanentes de esta harina que sus compatriotas habían traído de algún viaje reciente para revender. El faltante del producto y la avidez del público evidenciaron la aparición de un mercado de nicho pero con potencial.
«Cuando este producto llega a Uruguay se potencia la venta de arepas, no solo con nosotros sino con muchos locales y puestos en las ferias que empiezan a abrir», relató Ortiz. En Montevideo, casi una decena de locales brindan una propuesta gastronómica típicamente venezolana; lo mismo ocurre en unos seis puestos en la feria de Tristán Narvaja.
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En crecimiento.
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Al compás de la llegada de inmigrantes venezolanos u2014se estima que la diáspora en Uruguay supera ya las 6.000 personasu2014, las ventas de las empresas que ofrecen estos productos han crecido sensiblemente.
José Rivas vio aquí una oportunidad de negocio. Oriundo de Venezuela, desde hace unos tres años se dedica a la importación de alimentos y bebidas venezolanas en el mercado doméstico. Las ventas de su importadora aumentaron un 40% en comparación a 2017, estimó. El producto «estrella» es sin dudas la harina Pan; cada tres meses trae un contenedor con 18.750 kilos.
Importaciones Rivas hoy despacha a unos 50 puntos de venta en Montevideo y el Interior, entre kioscos, minimercados, bares y restaurantes.
«En el último año comenzamos vendiendo 5.000 kilos de harina (Pan) mensuales, hoy por hoy vendemos 18.000», destacó Reinaldo Díaz, ejecutivo de ventas de la empresa E&I International.
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Una de las puertas de entrada al mercado han sido las tiendas naturistas. Es que esta harina de maíz no tiene gluten, lo que la hace más saludable y apta para el consumo de personas celíacas, subrayó Rivas.
De hecho, ese nicho ayuda a explicar el incremento en las ventas del producto.
«En el último año comenzamos vendiendo 5.000 kilos de harina mensuales, hoy por hoy vendemos 18.000», destacó Reinaldo Díaz, otro venezolano que trabaja en importaciones.
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La empresa E&I International, donde es ejecutivo de ventas, ha participado en ferias de productos sin gluten, así como en publicaciones para consumidores celíacos. Además, la harina Pan está en proceso de certificación con el sello de la Asociación de Celíacos del Uruguay (Acelu).
La compañía inició su actividad enfocada en la colonia venezolana afincada en el país, pero ha «apostado a introducir los productos al uruguayo», señaló Díaz.
A su favor juega la masiva comunidad de venezolanos. «Tenemos 6.000 u2018embajadoresu2019 diciéndole a los uruguayos u2018consume esto que es muy ricou2019 y eso nos ha abierto mucho las puertas», analizó Díaz. Esa apertura incluye a algunas de las principales cadenas de supermercados.
«Como empresa de retail que busca aggiornarse a las nuevas realidades, para nosotros es importante que los inmigrantes puedan encontrar en nuestras góndolas productos que los identifiquen y hagan sentir cómodos en nuestro país», definió Rosario Díaz, portavoz de Grupo Disco.
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Grupo Disco (Disco, Devoto y Géant) ha ampliado la oferta de productos caribeños más allá de la harina Pan, lo más solicitado junto a las tortilllas de harina. El catálogo incluye agua y leche de coco de origen brasileño, la línea de productos Ice Tea y jugos tropicales como el Jumex de Ananá y Coco, entre otros sabores.
«Todos estos productos comenzaron a importarse hace un año aproximadamente, con el fin de seguir estando a la vanguardia, acompañando las tendencias mundiales, con una oferta de alimentos que otorguen la mayor satisfacción a las necesidades de nuestros clientes, tanto uruguayos como extranjeros», valoró Rosario Díaz, portavoz de Grupo Disco. «En general, y como empresa de retail que busca aggiornarse a las nuevas realidades, para nosotros es importante que los inmigrantes puedan encontrar en nuestras góndolas productos que los identifiquen y hagan sentir cómodos en nuestro país», recalcó la vocera.
El grupo también importa frutas como mango, mamão (papaya), mamão calimosa, lima, y plátanos de Ecuador, que forman parte de la dieta alimenticia de los caribeños. «Los plátanos de Ecuador han incrementado su consumo en el último año, y podemos inferir que se relaciona con la llegada de inmigrantes», analizó la vocera.
La variedad de productos venezolanos disponible en el mercado se está ampliando a condimentos, frutas, refresco, malta y ron, entre otros insumos.
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Ortiz, de Pepito Bar, dijo que desde hace un par de semanas se vende en plaza ají dulce, un condimento típico de la cocina venezolana. «Se está vendiendo un producto muy similar llamado ají campanita», apuntó.
Díaz, en tanto, diversificó sus importaciones con dos bebidas: Maltín Polar, una malta cremosa y dulce, y el refresco Frescolita. También trae snacks de arepa y hojas de plátano (se utilizan para preparar hallaca, una especie de tamal). La firma importó para las fiestas de fin de año 1.250 kilos del hojas de plátano y se agotaron en menos de 24 horas. Díaz traerá una nueva partida en diciembre.
De cara al verano, los importadores anuncian que traerán cervezas venezolanas. Rivas piensa además en sumar patés.
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En la decisión de importar productos influye el potencial de mercado, pero también los costos, afectados por los impuestos que gravan a la mercadería, que procede en su mayoría de EE.UU.
Díaz aclaró que la intención no es competir con los productos uruguayos. La carga impositiva tampoco lo permite. «Pero hacemos lo posible para que el producto pueda tener un mejor precio y rotar lo más rápido posible», matizó.
Pese a todo, el negocio sigue floreciente, con un mercado nostálgico asegurado. En Venezuela hay «una situación (política y económica) muy difícil, entonces, dudosamente las personas vayan a regresar. Quizás a mediano o largo plazo. En lo inmediato es un negocio que puede funcionar porque hay público y demanda», razonó Rivas. Si los venezolanos se marcharan del país, los consumidores uruguayos de productos sin gluten «serían el mercado alternativo», concluyó.
Esfuerzo por el Ron premium
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Para sentirse como en casa, los venezolanos apelan a los sabores. Esto aplica para la gastronomía pero también para el consumo de (marcas de) bebidas de su país. Tal es el caso del ron premium Diplomático, una de las marcas más destacadas de la categoría y muy apreciada por los bartenders del mundo.
El ron Diplomático está presente en Uruguay desde fines de 2016 y tiene a la firma Alambique como importadora. Franco Porcile, brand ambassador de Diplomático y jefe de marketing de la importadora, explicó que la comunidad venezolana en Uruguay hace el esfuerzo para comprar el producto, que ofrece cuatro variedades a valores que van desde $ 850 a $ 10.000. Frente a ello, los venezolanos optan por hacer encargos colectivos para conseguir un mejor precio. «Es muy común que en fechas importantes como fin de año, Navidad, Día del Padre, o en verano, se junten y pidan packs de 18, 20 o hasta 40 botellas, dependiendo del grupo y del estatus económico», indicó Porcile.
«Es muy común que en fechas importantes como fin de año, Navidad, Día del Padre, o en verano, (los venezolanos) se junten y pidan packs de 18, 20 o hasta 40 botellas (de ron Diplomático)», indicó Franco Porcile, de la empresa Alambique.
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Las ventas de esta marca premium en el mercado local crecen a ritmo lento porque «el uruguayo todavía no se anima a gastar tanto en un producto nuevo», explicó. Culturalmente, el consumidor también tiende a priorizar el precio sobre la calidad. En ese marco, «al no haber tanta venta (los supermercados) están susceptibles de poner productos caros que rotan menos».