Por la Contadora Patricia Prezioso - Manager de Consulting en EY Uruguay

Las Nuevas Normas Globales de Auditoria publicadas el 9 de enero de 2024 por el Instituto de Auditores Internos (IIA), establecen un marco para la práctica profesional a nivel mundial para la auditoría interna y entrarán en vigor el 9 de enero de 2025. Las organizaciones ya están habilitadas para comenzar a adoptar estas Normas, que sirven como base de evaluación y mejora de la calidad de dicha función.

Las nuevas normas introducen 5 Dominios que constituyen la base de la práctica efectiva en Auditoría Interna:

Estos 5 Dominios a su vez se estructuran en 15 Principios que proporcionan una guía esencial para las funciones de Auditoría Interna, y 52 Estándares que brindan los requisitos detallados para reflejar las mejores prácticas en la función.

Estos cambios están diseñados para permitir una Auditoría Interna eficaz y alineada con las necesidades dinámicas del entorno empresarial actual:

• Reforzar el rol de la función de Auditoría Interna dentro de la organización para proporcionar un aseguramiento razonable sobre la eficacia del gobierno corporativo, la gestión de riesgos y los controles internos.
  
• Reconocer a la tecnología y el análisis de datos con un papel cada vez más importante en la Auditoría Interna.
  
• Contar con una visión holística sobre los riesgos y los controles de la organización realizando un trabajo en conjunto con otras funciones de aseguramiento, como la gestión de riesgos y el cumplimiento.
  
• Fortalecer la función de Auditoría Interna para contribuir al logro de los objetivos organizacionales, a partir de la identificación de áreas de mejora y la evaluación de la calidad de la función de la unidad, de manera continua.
  
• El Auditor Interno debe ser capaz de planificar estratégicamente las revisiones de Auditoría Interna y administrar los recursos de manera efectiva, comunicando claramente los resultados al Comité de Auditoría Interna.

Implementar estas normas ofrece a las empresas una oportunidad única para reforzar su estructura organizativa, su capacidad de respuesta ante los desafíos y su modernización tecnológica. Con una auditoría interna más estratégica y tecnológicamente avanzada, las organizaciones pueden esperar una mayor transparencia, una mejor gestión de riesgos y una comunicación más efectiva, lo que se traduce en una ventaja competitiva sostenible en el mercado.

La implementación eficiente de estos cambios es una tarea a realizar entre los equipos y líderes de Auditoría Interna, junto a la dirección y los comités de auditoría de la organización. Según la madurez de la organización y de su función de auditoría interna, los desafíos pueden ser muy distintos. Desde EY estamos apoyando a las organizaciones para capitalizar estos cambios logrando un enfoque crítico y ágil que mejore la cobertura de los riesgos.