Guiados por los valores de Don Bosco, sacerdote y educador italiano, hace 13 años cuatro exalumnos de casas salesianas se atrevieron a emprender una propuesta innovadora en la Ciudad de la Costa. La inquietud que tenían era la de crear un espacio diferenciado y comunitario de enseñanza. Así, con trabajo y dedicación nació el primer Colegio Salesiano de esta localidad. Un proyecto que inició con poco más de 50 alumnos y actualmente supera los 520.
“Somos una gran comunidad educativa y pastoral. Acá los aprendizajes se generan desde lo humano y desde lo que aportan las familias cuando traen sus vivencias, necesidades, deseos y expectativas. Y cuando hablamos de familias, por supuesto que nos referimos también a los niños”, afirma María Baccino, coordinadora pedagógica del área de Inicial.
El estilo salesiano de educar, cuenta Baccino, se caracteriza por la familiaridad y afectividad como claves para un ambiente de contención y bienestar, donde día a día se busca transmitir seguridad en el proceso formativo de cada estudiante. La institución cuenta con cuatro directores, lo cual permite que los temas que acercan las familias tengan un trato personalizado.
De esta manera trabajan con una comunicación de ida y vuelta donde comparten criterios educativos y actividades integradoras para que los padres y educadores participen y disfruten del aprendizaje de los pequeños, especialmente desde los primeros pasos de su formación.
“Somos un colegio de puertas abiertas, que recibe y escucha a la familia y tratamos de que siempre se sienta acompañada y a gusto. Entre todos hacemos que cada proceso sea mejor y por eso el aporte de cada estudiante y cada familiar que se suma al colegio viene a brindar una mirada constructiva. Si la familia tiene situaciones o inquietudes, siempre estamos para recibirlos”, afirma Pierino Rava, directivo fundador encargado del área de Inicial y Primaria.
Para los directores, coordinadores y funcionarios que construyen la institución, la educación inicial es una etapa a la que les prestan especial atención, ya que entienden que es el período dónde se construye la base de una formación sólida.
“La educación inicial tiene un lugar privilegiado dentro de la institución porque creemos que es una etapa muy importante. Por eso, tenemos metodologías de aprendizaje que responden a la realidad de este siglo XXI donde ellos son nativos. Cuando terminen su educación formal van a estar en un mundo que nosotros todavía no conocemos, hoy los cambios se hacen más vertiginosos y tenemos que ir preparándolos para esta nueva realidad”, apunta Rava.
“Ponemos foco en los aprendizajes activos, que ellos sean constructores de su conocimiento, que estén involucrados plenamente en el aprendizaje, que sean curiosos y estén motivados para aprender, descubrir y conocer. Para que, además, desarrollen una mirada profunda con respecto al mundo en que viven”, complementa.
Para esto, la institución se destaca por su rica propuesta pedagógica, que tanto en el horario curricular como en la extensión horaria optativa, se nutre de variadas actividades como clases de inglés, psicomotricidad, catequesis, educación física, huerta, natación y expresión musical. También trabajan con métodos reconocidos de enseñanza como el método Singapur en matemáticas. Es una metodología centrada en el aprendizaje de las matemáticas que busca un nuevo enfoque que fomente el aprendizaje, teniendo como protagonista al alumno. Mediante el uso de materiales atractivos y en forma conjunta entre pares, esta metodología pone el acento en la resolución de problemas.
Además, ofrecen en su grilla de actividades talleres educativos de temas variados como espacio literario, música y expresión corporal.
“El colegio cuenta con docentes especializados en cada disciplina, quienes junto al equipo psicopedagógico, la coordinadora y el director, trabajan alineados para acompañar la trayectoria educativa de cada alumno y sus familias con una mirada pastoral”, apunta Baccino.
Por otro lado, la ecología está muy presente en los espacios de enseñanza y en el colegio la trabajan desde una perspectiva integral: “trabajamos el cuidado del medio ambiente, el reciclaje y claves que los hacen ir tomando conciencia sobre el cuidado de nuestra casa común. Tenemos espacios de patio en contacto con la naturaleza y vamos generando experiencias en grupo con mayor profundidad”, comenta Rava.
“Aprovechamos estos espacios para que sean generadores de aprendizaje, forman parte de nuestras estrategias didácticas en innovación educativa que cada año cobran más fuerza y eso es importante porque centra a los niños, ellos son los propios protagonistas de sus aprendizajes”, enfatiza Baccino.
En ese sentido, también promueven actividades interdisciplinares como los campamentos que no solo fomentan la integración, sino también una serie de herramientas formativas que se gestan en la socialización de los pequeños, forman identidad y sentido de pertenencia. “Son experiencias privilegiadas a lo largo de toda la escolaridad. Estos encuentros son muy significativos y le damos mucho lugar a prepararlos porque son experiencias comunitarias y formativas que involucran a todos”, dice Rava.
Al poner especial foco en la etapa inicial de enseñanza, la institución también cuida los procesos de cambio y avance de nivel de los pequeños, para que los mismos sean encarados de manera leve y positiva. Así, para el pasaje de un nivel al siguiente y, en especial en el pasaje a primaria, se despliegan actividades preparatorias que facilitan y propician vivencias positivas en esos momentos de transición.
“El colegio es una gran casa donde conviven los tres grandes sectores de inicial, primaria y secundaria. Lo que hacemos es dar continuidad y profundidad al proceso educativo de cada alumno, articulando entre los sectores", comenta Baccino.
“Generamos propuestas desde el pienso y desde la planificación con un equipo psicopedagógico, son propuestas de acompañamiento a los niños donde empezamos primero dialogando, preguntándoles cuáles son sus expectativas o qué es lo que piensan, partiendo de ellos y sus sentimientos con respecto a eso. A partir de ahí empezamos a trabajar en intercambios, vamos generando propuestas recreativas y pedagógicas donde se encuentran los niños de inicial y de primaria a través del juego. Después se va haciendo progresivo, hay un intercambio en actividades donde mezclamos los grupos y donde puedan charlar para que puedan ir bajando la ansiedad y quitando miedos”, profundiza la coordinadora.
“El proyecto educativo del colegio llega hasta bachillerato, entonces es una propuesta de educación integral a la cual se da una continuidad desde que tienen dos años, por eso alentamos a las familias que cuanto más chiquito los ingresen, más van haciendo todo este proceso que tenemos planificado de formación integral, pasando por primaria y terminando en secundaria. Porque estas experiencias florecen y toman otra dimensión y potencialidad, no solamente por la etapa vital, sino también por todo el acumulado que venimos haciendo a lo largo de estos años”, explica Rava.
Crecer desde adentro
Todos los años el centro educativo elige una consigna para profundizar a lo largo del año. La de este 2023 fue “Crecer desde adentro” y está cargada de un significado que los acompaña en el proceso educativo desde una reflexión y un sentir. “Nosotros profundizamos la propuesta y tratamos de hacer una reflexión entre los educadores. Es un trabajo de mucha introspección, investigación e intercambio entre todos nosotros y lo vamos traduciendo a la práctica y llevando a todos los proyectos del año”, cuenta Baccino.
Actualmente el colegio sigue creciendo en infraestructura y trabaja en obras edilicias que promoverán nuevos espacios físicos. Y, hasta en ese proceso, todos participan: “hay una casa nueva pegada al colegio, que le da continuidad y que hizo que se reorganizara justamente la parte de educación inicial. Y lo que vamos haciendo es darle identidad a ese espacio. Pudimos construirlo entre todos. Hay cuatro salones nuevos y también un entorno que lo hemos armado con los niños y las familias. En el jardín armamos canteros nuevos con flores y plantas, trabajamos mucho el cuidado y el amor por la naturaleza en esta instancia. También armamos un gran mural donde los niños y sus familias formaron parte y eso es lo que va generando esa identidad y esa pertenencia al colegio”, recuerda la docente.
“Tenemos perspectivas de seguir creciendo y mejorando no solamente en lo edilicio, hacia el afuera, sino también desde adentro porque la propuesta educativa cada vez se va consolidando más, la vamos generando como un proceso colectivo”, finaliza Rava.
La institución se enorgullece de brindar una educación integral que abarca aspectos curriculares, emocionales, sociales y espirituales inspirados en el legado de Don Bosco y en los valores salesianos como la empatía, la solidaridad y la responsabilidad. Todo eso brinda una formación sólida para que los estudiantes tengan la base que les ayudará a ser ciudadanos conscientes y compasivos en un mundo cada vez más diverso y desafiante.