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Para innovar hay que cuestionar todo. El consejo, aplicable a la vida y en particular a los negocios, parte de Santiago Madalena, abogado de Guyer & Regules que descubrió esta máxima al recorrer El ADN del innovador, de los autores Jeff H. Dyer, Hal B. Gregersen y Clayton M. Christensen.

Para el profesional, si bien la innovación es un tema ya explorado «en muchos libros», el texto lo enfoca desde un lugar nuevo de «desmitificación» al asegurar que «no se trata de un gen que tienen dos o tres elegidos», sino de habilidades «que pueden desarrollarse y estimularse, tanto en uno mismo, como en un equipo de trabajo u organización».

Para ello, el texto oficia de una «especie de guía práctica» para desarrollar habilidades de innovación sintetizadas en cinco puntuales: asociación, cuestionamiento, observación, networking y experimentación. «Son las principales características que encontraron en un estudio sobre líderes transformadores del mundo empresarial. El libro desarrolla en cada una de ellas qué conductas podemos tomar en el día a día de nuestra actividad para transformarlas en hábitos y desarrollar nuestra mente creativa», acotó.

Rescató una de las tantas frases de empresarios innovadores que incluye el libro: «cuestiona lo incuestionable», del indio Ratan Tata. A su entender, resume una de las habilidades fundamentales para la innovación: el cuestionamiento permanente. «Esta característica es de las que más se repite en el estudio de los innovadores: según los autores. se trata de ver al mundo como una interrogación, no trabajar maquinalmente y desafiar los mapas mentales (ya sea productos, servicios, procesos, etcétera)». El libro también remarca la importancia de valorar habilidades de innovación en niños.

El profesional, que llegó al texto por reseñas web y porque ya había leído otro título de uno de los autores (Clayton), indicó que su lectura le ayudó a «hacer preguntas disruptivas y cuestionar el statu quo sin preocuparse luego de que las ideas que se propongan como respuestas a esas preguntas puedan fracasar».

La próxima lectura del abogado será Ruido, del psicólogo Daniel Kahneman.