Fundada en Redditch, Inglaterra, ha fabricado máquinas capaces de responder tanto a las exigencias del ejército británico como a las de los entusiastas de las dos ruedas.
“Desde entonces, la marca ha mantenido su legado y su conexión con la aventura, los viajes y la libertad. Eso le permitió evolucionar y convertirse en una de las más queridas y respetadas del mundo del motociclismo”, señaló Amaury Layolle, gerente comercial de la compañía.
Hoy, Royal Enfield tiene su sede en Chennai, India, desde donde se desarrolla toda la estrategia e innovación de producto.
“Tener más de un siglo de historia significa que Royal Enfield ha logrado trascender modas y tendencias pasajeras, manteniéndose vigente durante más de 100 años”, aseguró el ejecutivo.
Esa trayectoria, sostuvo, refleja el compromiso de la marca con la calidad, la innovación y la pasión por las motos. “Implica una profunda conexión con la historia, pero también una capacidad de adaptación constante, que le permite seguir ofreciendo modelos que resuenan con los motociclistas de hoy, sin perder su esencia”, agregó.
Según el vocero, lo que distingue a Royal Enfield es su combinación de diseño clásico, ingeniería robusta y una experiencia de manejo que transmite libertad y aventura. “Son motocicletas pensadas para durar, que además fomentan un fuerte sentido de comunidad”, afirmó.
Comprar una Royal Enfield es, también, formar parte de una comunidad global de motociclistas unidos por la misma pasión. “Quienes eligen la marca comparten el gusto por el viaje, la exploración y el estilo de vida que rodea al mundo de las motos. Existe una conexión emocional con sus usuarios, que no solo adquieren una moto, sino también una forma de vivir”, explicó Layolle.
En Royal Enfield, la rigurosidad, la calidad y la atención al detalle son pilares en el diseño y la fabricación. “La compañía combina tradición artesanal con tecnología moderna, siempre con foco en mejorar la experiencia del motociclista”, remarcó. También destacó que la sostenibilidad y la responsabilidad social son valores centrales en el desarrollo de sus productos.
En los últimos años, la marca avanzó en el desarrollo tecnológico, incorporando mejoras como sistemas de inyección electrónica, control de tracción, frenos más eficientes y motores con menor impacto ambiental. “La ergonomía y la seguridad también evolucionaron, pero sin abandonar el diseño atemporal que define a Royal Enfield”, puntualizó Layolle.
A nivel global, Royal Enfield creció de forma sostenida. En América Latina, su presencia se consolida en mercados como Brasil, México, Argentina y Colombia. “La marca también ha expandido su huella en regiones clave como India, Europa, América del Norte y Australia”, indicó el vocero.
Esa expansión se apoya en una estrategia que combina productos accesibles con altos estándares de calidad, dirigidos a un público diverso que busca tanto funcionalidad como estilo. “El crecimiento estuvo acompañado por una red de concesionarios cada vez más amplia y una interacción constante con las comunidades locales”, añadió.
Royal Enfield ofrece una amplia gama de modelos, desde opciones más accesibles hasta motocicletas potentes y de alto rendimiento. Entre las más populares se encuentran la Classic 350, la Meteor 350, la Himalayan 450, la Interceptor 650 y la Continental GT 650.
“Son modelos ideales tanto para quienes se inician como para motociclistas más experimentados”, dijo Layolle. En cuanto al perfil de comprador, explicó que se trata de personas que buscan una moto con estilo clásico, durable y que ofrezca una experiencia auténtica de conducción.
“El cliente de Royal Enfield es alguien que valora la calidad, el diseño y, sobre todo, la posibilidad de integrarse a una comunidad global de motociclistas apasionados”, concluyó.