Para aquellos que desconocen la historia, en Jardines del Hipódromo, estadio del Danubio Futbol Club, existía la única palmera a nivel mundial ubicada dentro de una tribuna. Los de la franja tuvieron esta fiel hincha durante décadas. El estadio de Danubio se inauguró en 1957, poco después, un grupo de chiquilines encontraron en la calle una palmera y la plantaron en un pozo que estaba enfrente a la tribuna local y con el tiempo se convirtió en una postal de esas que quedan prendidas en las retinas para siempre para todos los que pisaron este escenario. En el año 2000, se construyó la tribuna visitante, que antes era una especie de talud con pasto y escalones, pero sin gradas. Esa edificación respetó a la palmera y la dejó en su lugar histórico. En el año 2004 esta palmera sobrevivió un incendio que ocasionaron hinchas visitantes.

Sin embargo, tras décadas de constituir una referencia, tras décadas de constituir el fondo curioso de los recuerdos fotográficos de ese club y de quienes visitaron esa cancha, la palmera se está muriendo y la causa de esto no es la cuantía de sus años. Ante esta situación, existe 1 chance en 100 de que este ícono pueda sobrevivir.

Como muchos han escuchado, el Picudo Rojo (Rhynchophorus ferrugineus) ha impactado letalmente a esta palmera, así como a muchas otras en todo el país, y podría convertir en cementerios de palmeras varios lugares icónicos de nuestro territorio, como ser el ingreso a la ciudad de Colonia del Sacramento, los palmares de Castillos o la Rambla de Montevideo.

¿Quién podría imaginar esos paisajes sin esos característicos troncos y hojas? ¿Quién podría imaginar el riesgo que corren algunas tradiciones, como la asociada a la zona esteña, y la “caña con butiá”?

Entonces, vale reflexionar, ¿cómo llegamos a estas situaciones?

Este escarabajo migra, en gran medida, asociado a la acción del ser humano, debido al traslado de material vegetal o vehículos infestados.

Los controles oficiales, llevados a cabo por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, están diseñados para evitar el ingreso de plagas como esta, así como otros riesgos para los sistemas productivos, la flora y fauna de nuestro país, y la inocuidad de los alimentos que consumismos. Sin embargo, la propagación de este tipo de plagas depende de nosotros, de cada uruguayo; cuando ingresamos o intentamos ingresar productos de manera irregular, evitando los controles previstos, estamos desconociendo la relevancia y el objetivo de los requisitos y los controles oficiales. Cuando sentimos gran satisfacción por ingresar plantas, semillas, animales y otros productos relacionados escondidos en bolsillos, bolsos o vehículos, estamos desconociendo nuestra gran responsabilidad y el daño que nuestras acciones pueden causar.

El incremento del tránsito transfronterizo, de los viajes internacionales y del comercio internacional, redundan en un aumento de las posibilidades de ingreso de plagas y enfermedades, desafiando a los sistemas de control oficial. El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca trabaja permanentemente en ajustar sus capacidades a las nuevas situaciones, pero debemos reconocer que la responsabilidad es compartida con cada ciudadano que ingresa al país. Es también nuestra, de cada uruguayo, la responsabilidad de proteger nuestro patrimonio, nuestros recursos, nuestro ambiente, cuidar nuestro presente y nuestro futuro.

Cuando ingreses al país, no ingreses productos no autorizados.

¡Evitemos que pase!

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