Informe
Varias empresas turísticas ven al "nuevo" huésped como un potencial nicho un negocio y comienzan a ofrecer estadías largas como forma de paliar un mal año
El sector hotelero, uno de los más golpeados por la pandemia tras el cierre de fronteras, puede encontrar en esta crisis un aliado: el teletrabajo.
Según algunos operadores, en los últimos meses se ha notado un incremento de huéspedes que, afectados por el estrés de largos períodos de encierro debido al trabajo remoto, lo combinan con descanso y ocio.
Esto llevó a que algunos por iniciativa propia y otros a través de la plataforma Uruguay 365 ofrezcan la modalidad de «long stay» (estadía larga), que oscila entre siete y 30 días.
Para adecuarse a este «nuevo cliente», los hoteles sumaron servicios, y además de la obligatoria «buena conexión a Internet», reestructuraron espacios privados para trabajar, salas con proyección para reuniones virtuales, extendieron a áreas verdes el Wi-Fi, dotaron de mesas extras a las habitaciones e incluso de módems individuales en caso que la conexión no sea suficiente.
El objetivo: crear un nicho que no existía y paliar la baja temporada.
«La semana pasada tuvimos cuatro huéspedes que nos pidieron la sala de eventos y la personalizaron como si fuera su empresa con banners para teletrabajar», indicó Gabriel Guerra, gerente de ventas de AWA Boutique Hotel (Punta del Este). Este es un ejemplo claro de huéspedes que llegan al hotel para trabajar a distancia y disfrutar del descanso, aseguró. «Se abrió una oportunidad con el teletrabajo. Son varios que llegan buscando esto, pero son pocos quienes lo dicen directamente. Nos damos cuenta porque cuando vienen nos piden lugar para trabajar, terminan de desayunar y se quedan con sus computadoras o hacen hincapié en la calidad de Internet. Incluso nos han pedido acceso a salas de trabajo por la noche porque tienen que estar conectados con clientes de países con diferencia horaria. Varios que han arribado por el fin de semana, el lunes, luego del desayuno, nos avisan que deciden quedarse cuatro o cinco días más», dijo. Ante este «long stay», desde el hotel decidieron adaptar su business center con espacios privados para trabajar, reforzar su señal de Wi-Fi en otras áreas y disponer de una sala con pantalla y proyector para presentaciones, comentó.
«Ya pasaba antes de todo esto, pero a raíz de la pandemia fue más notorio, nos damos cuenta por la pregunta de la señal de Wi-Fi». Para Alejandra Safi, gerenta de ventas y marketing del hotel Horacio Quiroga (Salto) el incremento de público que llega a teletrabajar al hotel es una «oportunidad» que se gestó porque «hay gente que está agotada y quiere salir de su casa». «Lo notamos el año pasado, sobre todo en la zona de cabañas independientes frente al lago, que no tienen que compartir espacio con el hotel y y acceden a las actividades como piscina y parque acuático» dijo. El perfil va desde trabajadores que llegan solos hasta familias. «La semana pasada llegó una familia por siete noches, los padres teletrabajan y los jóvenes liceales tenían sus clases virtuales. También están los que llegan por el fin de semana y luego extienden su estadía unos días», acotó. Además de servicios del hotel, se dispuso para estos clientes módems individuales por si falla la conexión. «Al llegar, avisan y los dejamos en la reserva anotado como backup». También sumaron mesas en las habitaciones del hotel, lo que «no pasaba antes».
Hace un mes, una pareja de jóvenes llegó al Hotel El Mirador de Colonia por un fin de semana. Entre sus pedidos, solicitaron una mesa extra para una computadora en la habitación y preguntaron por la calidad del Wi-Fi. Al final se quedaron cuatro días y combinaron el descanso con el trabajo remoto. «Probaron teletrabajar y descansar, usaron la piscina climatizada, estaban al aire libre, hicieron caminatas y salieron a andar en bicicleta. Ese caso nos mostró que hay personas que necesitan salir del encierro, trabajar en otro lugar y combinar con el descanso», explicó Luz Mara Sande, gerente de ventas y marketing del hotel. A su modo de ver, es una modalidad que probablemente se comience a considerar a medida que se muestre más. Por ello se sumaron a la plataforma Uruguay 365, indicó. «A veces la necesidad está en las personas, que no saben cómo contemplarla o satisfacerla, y es una oportunidad de negocio para nosotros», arguyó. Para este modelo de negocio, el hotel ofrece dos tipos de estadías largas (siete o 14 días) y, además de la habitación, adecuó un salón con escritorios, pequeñas oficinas privadas y hasta áreas para trabajar en espacios abiertos.
El hotel Nobile Inn de Punta del Este sumó la propuesta de larga estadía en marzo de este año al ver «una tendencia creciente» y como forma de «contrarrestar el invierno», observó Valentina Figoli, gerenta de operaciones del hotel. «En marzo vimos más movimiento y comenzamos a trabajar la idea y luego nos sumamos a Uruguay 365», explicó. Agregó que desde entonces llegan clientes para descansar y trabajar. «Abril fue mejor que marzo y en mayo llegaron varios clientes a trabajar. Esta semana ya se concretó una reserva por 10 días y recibimos consultas para fines de mes e inicio de junio», detalló. «Llegan luego de haber visto la publicación de Uruguay 365, en las redes sociales y porque los contactamos con nuestra base de datos. Estamos evaluando sumarlo a la web», acotó. Esto llevó al hotel a adecuar sus instalaciones y, por ejemplo, agregar escritorios y sillones en su living y hasta destinar un piso entero a este público para «garantizar privacidad y tranquilidad». Las opciones que ofrece son de siete noches (US$ 98 por persona sin desayuno), 15 noches (US$ 188) y 30 días (US$ 315). «Estamos evaluando dejar la propuesta fija todos los años», adelantó.
Complejo del Barranco, una propuesta compuesta por nueve cabañas en el balneario La Pedrera, también lanzó una iniciativa de alojamiento de larga estadía. Fue un poco por iniciativa propia y otro poco por las consultas que recibía de diferentes clientes, reconoció su director, Jorge Flachussis. «Lancé una oferta económica por un mes de estadía a $ 9.500, que incluye el apartamento con aire acondicionado, conexión Wi-Fi, agua y luz», detalló. Si bien no captó huéspedes con esa oferta, sí atrajo consultas de interesados en estadías menores. «Me escribieron para venir cuatro días la semana que viene a teletrabajar. Ahora estoy evaluando lanzar estadías más cortas», dijo. Ese no fue el único caso. «El 1° de mayo una muchacha trabajaba en forma remota para una agencia de viajes con base en países europeos y el día de check-out decidió quedarse un tiempo más a trabajar desde acá. También hay parejas que llegan y solo uno teletrabaja», dijo. La experiencia de largas estadías no le es ajena a Flachussis. El año pasado su complejo alojó a varios extranjeros que se quedaron varios meses varados por la pandemia mientras esperaban vuelos de retorno.
A fines de 2020, una señal le indicaba a la española Belén Freire, propietaria de La Serena Suites (La Paloma, Rocha), que algo nuevo pasaba: aumentaban las consultas por largas estadías. A inicios de diciembre se concretaron dos: una por 30 días y otra por 20. «Eran dos gerentes de empresas, uno de Montevideo y otro de Tacuarembó, que decidieron desenchufarse del teletrabajo en sus ciudades y hacerlo a distancia, combinando eso con el descanso en el complejo y la playa», recordó Freire. Esos dos casos fueron el disparador de la idea y en febrero ofreció esta opción en su sitio web. En marzo concretó otra, esta vez por 10 días. «Fue una pareja, uno de ellos teletrabaja», recordó. Según Freire, esto era algo que «se veía venir». «Acá tienen el confort de un apartamento, cocina, buena señal Wi-Fi, y está a 200 metros del mar. Luego de trabajar pueden desconectarse», dijo. Así, hace una semana volvió a lanzar esta opción con descuentos de 20% por siete días y 30% por 15 días sobre la tarifa publicada, aunque aclara que, por ser una nueva modalidad, «es algo que se analiza caso a caso». A su entender, tras una temporada «muy mala», esto aparece «como una oportunidad».