Uno de los grandes logros del Uruguay en las últimas décadas ha sido el Parque Tecnológico del LATU, que «cumple 30 años el año que viene y se ha ido transformando en algo que funciona igual que los grandes parques tecnológicos que hay en el mundo», dijo a el presidente del organismo, Ruperto Long.
Concretar esta iniciativa de promover la cultura emprendedora,desde la investigación, la ciencia y la tecnología «era un sueño cuando comenzamos». Fue un proceso en el cual se observaron «casos como el Technion en Haifa, en Israel, o el Silicon Valey en Estados Unidos».
Se pensó en algo que fuera una «mezcla empresarial de laboratorios, investigación, empresas de tecnología, incubadoras, espacios de difusión de la ciencia para los jóvenes y centros educativos». Algo que parecía «un sueño imposible pero que hoy es una realidad que se fue construyendo ladrillo a ladrillo».
Se trata de una «mezcla tecnológica de todos esos elementos para poder generar el desarrollo tecnológico, se da una especie de fertilización cruzada en la cual unos alimentan a los otros». Este entrecruzamiento hace que las ideas «se enriquezcan y comiencen a verse los resultados».
Las 20 hectáreas de lo que era el parque tecnológico inicial están completas a full y estamos construyendo el último edificio que es de innovation app y se empezó a construir en otro predio», comentó Long.
Afirmó que «es posible. Uruguay puede jugar en las grandes ligas en materia de tecnología. No es un sueño ni una utopía, es una realidad».
El nuevo edificio quedará operativo en febrero o marzo del próximo año, informó el jerarca.
La construcción «tiene un diseño original, es diferente a los demás edificios y confiamos en que sea otro punto más de atracción».
EMPLEO
La cantidad de gente que podría tener un excelente empleo con buen ingreso y estabilidad en el rubro tecnológico y científico, si se aprovecharan todas las posibilidades en este sector, ronda las 10 mil personas.
«La apuesta principal que hicimos hace 30 años fue la creación de Espacio Ciencia para incentivar la investigación científica y tecnológica en los niños».
Si bien la cantidad de gente que se dedica a esta área es alto a nivel regional, es bajo comparado con la de los países desarrollados. «Seguramente hay gente que si se la pudiera motivar, podría seguir estas orientaciones y también podrían haber más mujeres que siguieran carreras científicas y técnicas», estimó Long.
También existe la posibilidad de atraer personas del exterior, para lo cual hay dos opciones: «una son los uruguayos que en su momento fueron al exterior: tenemos varios casos de personas muy calificadas que habían emigrado y que hoy están trabajando en el propio LATU. Y también hay gente capacitada en otros países que piensan que Uruguay puede ser un buen lugar para vivir, o sea que podemos atraer gente, algo que ha pasado en los últimos tiempos con personas provenientes de Argentina, Venezuela y Cuba».
INCUBADORA
En cuanto a si se pueden generar nuevos «unicornos» uruguayos, Long indicó que hace unos año «nos hubiera parecido una locura. Cuando uno va a otros países y ve el cartelito PedidoYa, siente cierto orgullo, es la pauta de que los uruguayos podemos lograr eso».
Igenio, la incubadora del LATU que ya tiene 22 años de actividad, «ha generado más de 200 empresas de las cuales 100 han sido exitosas, han creado valor, puestos de trabajo calificado -no menos de 1.500- y han producido exportaciones. Hay muchas historias de éxito que generan un efecto inspirador».
En cuanto a la inteligencia artificial generativa, Long puntualizó que el LATU «hizo un esfuerzo importante» para que Microsoft instalara aquí su primer laboratorio de IA de América Latina aquí y uno de los tres que tiene en el mundo (Beijing y Munich). «Estamos convencidos de que este es un tema que se viene y del cual no queremos ser un furgón de cola, queremos estar adelante en el pelotón», concluyó Long.