Redacción El País
El Banco Central (BCU) estimó que la economía uruguaya creció 3,5% en 2024 (los datos se conocerán en marzo) y proyecta un guarismo similar para 2025, al tiempo que calculó que el llamado “atraso cambiario” (por el que reclamaron gremiales agropecuarias y de exportadores) se redujo notablemente en el último trimestre del año pasado.
Además, prevé un “escenario inflacionario más riesgoso” para los próximos dos años, según el Informe de Política Monetaria del banco emisor correspondiente al cuarto trimestre divulgado este jueves.
“De acuerdo con indicadores de alta frecuencia y proyecciones de corto plazo de los servicios (técnicos del BCU), se espera que el nivel de actividad se expanda en los próximos dos trimestres en términos desestacionalizados, impulsado por el consumo privado”, señaló el informe.
“Se espera una expansión desestacionalizada del Producto Interno Bruto (PIB) en el cuarto trimestre de 2024, en el entorno de 1,5%” (los datos se conocerán recién en marzo).
Según el Central, “en el escenario de referencia, la economía confirma su dinamismo en 2024, tras los impactos negativos de 2023 (sequía, cierre de la refinería de Ancap, balanza turística y la finalización de obras de UPM II) y crecería en el entorno de 3,5% en el promedio del año”.
“Este ritmo se mantendría en 2025, mientras que la variación del PIB en 2026 se aproximaría a su crecimiento tendencial (2,5%); en ambos casos, impulsados por el gasto privado”, añadió.
El informe explicó que del lado de la demanda, “las exportaciones netas serían el principal factor de crecimiento en 2024, debido a la reversión de los efectos de la sequía sobre los cultivos y la actividad pecuaria. El gasto privado también contribuiría al crecimiento, al influjo de la recuperación de la masa salarial y la disolución de la fuga de consumo hacia Argentina observada en 2023, a lo que se agrega, a partir del último trimestre de 2024, el ciclo a la baja de tasas por parte de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos”.
“Siguiendo este último factor, el gasto privado se proyecta como el principal motor de crecimiento de la economía para 2025 y 2026. Mientras tanto, se espera que el gasto público contribuya en forma levemente negativa en 2025 ante la ausencia de un presupuesto en el primer año de gobierno, al tiempo que se supone que juega en forma neutra en 2026”, agregó.
De todas maneras, el BCU recordó que “esta proyección está enmarcada en un alto nivel de incertidumbre, asociado en buena medida al desempeño de la región, la que mantiene desequilibrios macroeconómicos persistentes”.
Dolar atrasado
Durante 2024 en varias ocasiones gremiales agropecuarias (por ejemplo la Asociación Rural en la Expo Prado 2024 de setiembre) y de exportadores reclamaron por lo que entendía era un “atraso cambiario”. El BCU prefiere decirle desvío del Tipo de Cambio Real (dólar ajustado por inflación) respecto al nivel que indican los fundamentos de la economía, ya que entiende que el “atraso cambiario” se da en tipos de cambio fijo (régimen que Uruguay abandonó en junio de 2002).
En el informe divulgado ayer, el Central dijo que “a partir del mes de setiembre se verificaron presiones al alza del dólar en el mercado doméstico, con orígenes a nivel regional, internacional y en la coyuntura local. En este contexto, no se registraron intervenciones por parte del BCU”.
“Esta depreciación nominal del peso contribuyó al aumento del Tipo de Cambio Real Efectivo (TCRE), el que se depreció 5,7% en el cuarto trimestre (el dato de diciembre es preliminar) con respecto al inmediato anterior, al impulso de la relación con Argentina y China. Por otra parte, el TCRE bilateral, con respecto a países competidores de los productos uruguayos, registró una depreciación de 3,1% en la misma comparación”, indicó el reporte del ente regulador.
En el último trimestre, el Tipo de Cambio Real de Fundamentos (TCRf) estimado por los servicios técnicos (promedio de tres versiones de modelos macroeconómicos) se depreciaría levemente con respecto al trimestre anterior. Por lo tanto, la brecha de TCR se reduciría cerca de cinco puntos porcentuales en el trimestre, acumulando a la reducción estimada también en el trimestre previo”, añadió.
Así, “a fines de 2024, la brecha de TCR se estima en torno a 8% (promedio de tres estimaciones) o 4% (promedio de cinco metodologías, incluyendo filtros estadísticos)”, afirmó el BCU. Esto es, el “atraso cambiario” bajó desde el entorno de 15% en 2023 a 8% a fin de 2024.
Hacia adelante, el BCU proyecta una relativa estabilidad, ya que el TCR se ubicaría 7,1 puntos porcentuales por debajo de su nivel de fundamentos en 2026.
Inflación
Respecto a la inflación, que en diciembre quedó por 19° mes consecutivo dentro de la meta del BCU de entre 3% y 6%, la autoridad monetaria dice que la “senda proyectada de inflación corrige al alza en el punto de partida y en la mayor parte del horizonte de política monetaria (siguientes 24 meses), aunque se mantiene siempre dentro del rango meta”. A fin de 2026, se ubicaría en el centro del mismo: 4,5%.
“Por otra parte, la confianza de que la inflación promedio del horizonte de política monetaria (es decir, de los 24 meses proyectados) se encuentre dentro del rango, se reduce desde un 65% estimado en el informe anterior al actual valor de 58%, dando cuenta de un escenario inflacionario más riesgoso”, concluyó.
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