Las decisiones financieras se suelen tomar a conciencia y en absoluta tranquilidad, más si uno es joven y recién se está adentrando en el mundo de las finanzas personas. Ahora, ¿qué ocurre cuando eso no pasa y se toma una mala decisión en el camino? ¿Cómo puede afectar a tu bolsillo a corto plazo?
En este finanzas de bolsillo abordaremos dichas problemáticas y las soluciones o pasos a seguir para mejorar esas conductas y en consecuencia, tu situación financiera a corto plazo.
Comencemos con las prácticas y situaciones cotidianas que bien se podrían tanto llevar a cabo como también evitar para no comprometer tu capital. En ese marco, Marcela Romero, coordinadora del programa de planificación financiera en BECA Advisors, sostuvo que lo importante es siempre llevar un registro de lo que se gasta, para así poder identificar aquello que no vale la pena. En ese caso, el primer paso para optimizar nuestra relación con el dinero es visualizar cuánto de nuestros ingresos perdemos en gastos innecesarios, tales como el café, golosinas, gastos cotidianos que atentan contra la estabilidad financiera.
A su vez, Gastón Beker, financial advisor en Gletir Corredor de Bolsa, destacó que es de orden prioritario poder discriminar los gastos fijos que tenemos y que sabemos que no podemos aludir, como es el caso de un alquiler o cuota de un club, por ejemplo, dado que son de mayor implicancia en relación con un gasto que seguramente no valga la pena.
En el caso de que se necesite un ancla por no haber logrado este objetivo inicial la tarjeta de crédito siempre está para ayudar en situaciones adversas. Ahora, ¿cuándo se convierte en un arma de doble filo?
Yamandú Arburúas, responsable de producto cuentas en banca minorista de Banco Itaú, opinó que la tarjeta de crédito puede ser una opción al momento de enfrentar una situación de imprevisto o ayudarnos en situaciones adversas. Asimismo, la deuda puede ser una herramienta positiva cuando se planifica y se controla, según dijo a El País. En ese caso, para evitar que se convierta en un arma de doble filo, existen varias prácticas que nos pueden ayudar, por ejemplo: elegir la fecha de pago cercana a la recepción de ingresos, establecer un límite máximo de gastos mensuales, reservar las compras en cuotas para compras grandes, seleccionar un número de cuotas razonable según el monto de consumo y evitar tener muchas tarjetas de crédito en uso al mismo tiempo que puedan confundirnos en la administración de los pagos a realizar.
En ese sentido, Beker agregó que la tarjeta de crédito no debe ser tomada como una ampliación a nuestra capacidad de compra, sino que es una herramienta que nos habilita a adquirir cosas sin salirnos de nuestra capacidad de pago, por lo que no deberíamos gastar más con la tarjeta de lo que verdaderamente podemos afrontar.
Por su parte, Alejandra Crosignani, economista y formadora financiera de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), indicó que pagar con tarjeta de crédito siempre es contraer una deuda, por lo que se convierte en un compromiso a afrontar durante los próximos meses. “Si no se cuenta con los recursos económicos para consumir algo, dividir los pagos no ayudará, porque de todos modos se continúa sin tener los medios”, explicó.
Alternativas ante los problemas financieros
Es bueno contar con alternativas para solventar problemas financieros. En ese sentido, Romero dijo que ahorrar es importante, pero que si no se invierte dicho colchón financiero, el mismo “se va a desinflar rápidamente”. Por ello, las inversiones nos permiten no perder poder de compra y que los ahorros nos generen una renta adicional. Crosignani sostuvo que “todos sabemos hacer algo especial que se puede convertir en un ingreso extra. Si no lo sabemos, podemos aprender y emprender para generar un ingreso extra además del fijo”.
Las inversiones pueden ser un ancla de ayuda a la hora de generar más dinero mensualmente, ahora, ¿cómo debemos asesorarnos para saber sobre ellas y si la inversión en sí es redituable para que nuestro dinero no se esfume rápidamente?
En este caso, Beker dijo que sin dudas una buena inversión nos ayuda a alcanzar metas u objetivos financieros de manera más rápida, pero para saber si la misma es acorde a lo que uno necesita es fundamental ponerse en contacto con un asesor por las distintas vías que existen; WhatsApp, teléfono, redes y correo electrónico para ver el caso puntual de cada persona, ya que “es importante conocer las características de cada inversor para asesorarlo de la mejor manera y encontrar el portafolio de inversiones que mejor se adecúe a su perfil”.
Romero, por su parte, destacó que hoy en día uno puede elegir varios instrumentos de inversión, en diferentes monedas y regiones que se adapten al estilo individual de cada ahorrista. “Cada construcción de una canasta de inversión debe respetar las individualidades y necesidades de cada persona. El asesoramiento debe enfocarse en brindar educación, experiencia, claridad y calma para la persona que quiere hacer una inversión”, explicó.
Pensemos de manera hipotética que dicha inversión no logró el rédito que la persona tenía en mente y en el proceso perdió bastante dinero de su bolsillo. ¿Cómo se puede afrontar este problema? una forma simple pero que requiere de mucha disciplina es el ahorro para emergencias, es decir, un colchón de dinero basado en el ahorro previo para situaciones de imprevisto, como bien puede ser la mencionada anteriormente.
Tecnología como ancla de nuestras finanzas
La tecnología presenta opciones si quiero cuidar mi patrimonio y no tirarlo por la borda. Una forma efectiva de lograrlo es crear una planilla de Excel con el detalle de nuestros ingresos y gastos. Además, allí también se pueden agregar, si se desea, los estados de cuenta del banco de manera mensual, por lo que uno puede calcular los gastos que realizó cada mes para así intentar disminuirlos para el próximo. Otra manera de no caer en malas conductas financieras es utilizar apps para la organización de finanzas. Permiten visualizar tendencias, facilitan la carga de datos y brindan información sobre el comportamiento financiero personal para así poder mejorarlo.
Arburúas dijo que siempre pueden surgir imprevistos o emergencias, por lo que necesitamos tener dinero disponible, por lo que, en estos casos, “anticiparnos es clave”. Por eso, el tener hábito de ahorro nos ayudará a tener respaldo y tranquilidad en estos casos.
“Un buen comienzo es tomar el ahorro como una conducta y no como lo que sobra a fin de mes. Conociendo nuestro presupuesto, podemos apartar un monto todos los meses, sin importar cuánto, para ir generando un fondo para estas situaciones imprevistas y evitar complicaciones”, aseguró a El País.
Por otro lado, Beker sostuvo que el ahorro es fundamental para cualquier situación de vida que requiera de un mayor desembolso de dinero al que percibimos comúnmente. En ese marco, dijo que dicho ahorro nos puede ayudar a solventar otras situaciones adversas, no sólo la pérdida de un activo invertido, ya que puede usarse a la hora de perder un trabajo.
Crosignani, en tanto, dijo que es clave contar con un fondo de reseerva. Si la persona no lo tiene, la misma tiende a “buscar algún mecanismo de préstamo de dinero al instante, por lo que se genera una ola de nieve de deudas”. según explicó a El País.
La regla del 50/30/20 para ordenar finanzas
Esta regla supone destinar 50% de los ingresos a los gastos básicos (vivienda, transporte, créditos), un 30% a los deseos (compras, hobbies, ropa) y el 20% restante destinarlo para el ahorro. Ahora, ¿la misma funciona?. Según Crosignani, esta funciona “muy bien” cuando se aparta primero para el combustible de los objetivos financieros (el ahorro), cumpliendo así con el hábito para sostener esta regla. En ese caso, si no se puede llegar al 20%, recomienda separar menos, pero nunca dejar de hacerlo para “no parar de alimentar tus objetivos”.
“El hábito para sostener esta regla necesita un disparador visual o emocional. Luego precisa la acción en sí, esto es, un encuentro financiero con mi gestión financiera personal, y hacer estos encuentros simples y agradables. Pueden ser de diferente frecuencia: quincenales o mensuales, dependiendo de cada situación. Se pueden usar apps, planillas, papel, lo que resulte fácil y sostenible para gestionar tus finanzas y que estas finalmente cuenten con una recompensa, lo que reforzará el comportamiento de mantenerlos en el tiempo”, explicó Crosignani a El País.
A su vez, Romero dijo que es clave realizar esta práctica para así poder llegar a fin de mes con “oportunidades para optimizar nuestros gastos a través de la visualización de lo que gastamos anteriormente”.