El FMI y el BID recomiendan medidas para que América Latina consiga aumentar su crecimiento potencial

En el marco del evento “Perspectivas económicas para las Américas 2024”, organizado en Asunción, los organismos multilaterales aportaron sus visiones sobre como aumentar el espacio fiscal y reducir deudas.

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Fondo Monetario Internacional (FMI)
Fondo Monetario Internacional: Rodrigo Valdés dijo que el consumo está creciendo en casi toda la región.
Foto: AFP

En un mundo en el que las tasas de interés vienen bajando y los commodities están más estables, pero donde persisten los riesgos geopolíticos y las restricciones en el comercio internacional, América Latina, que viene creciendo a un ritmo muy débil, debería acelerar sus políticas económicas.

¿Cómo hacerlo? Rebalanceando sus políticas monetaria y fiscal, actualizando agendas en función de las nuevas realidades, logrando consolidación, protegiendo la inversión que es escasa y el gasto social que creció, aumentando la credibilidad de las instituciones (de los bancos centrales y ministerios de Economía), manejando los créditos ante condiciones cada vez más exigentes, y en especial acelerando el crecimiento del PIB a través de reformas que vayan haciendo los gobiernos, entre otras medidas transversales a muchos países.

De esto trató el evento “Perspectivas económicas para las Américas 2024”, organizado en Asunción del Paraguay con autoridades del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Central de Paraguay (BCP) y del BNP Paribas de Brasil.

Sede del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington D. C.
Sede del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington D. C.
Foto: La Nación (GDA)

Según Rodrigo Valdés, economista y director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, esta región debería tener en cuenta que la baja de la inflación -que ha tenido unas “últimas millas” más largas de lo esperado- en muchos países corre el riesgo de elevarse nuevamente (ya sea por ajuste de tarifas, política fiscal o impacto de shocks externos), lo que los pone en una situación de vulnerabilidad, considerando además sus actividades económicas ralentizadas. Advirtió que las altas tasas de inflación complican mucho los negocios.

En ese contexto, Valdés propuso aumentar la productividad, por ejemplo, disminuyendo la informalidad laboral, creando compañías más grandes (América Latina se caracteriza por sus pequeñas y medianas empresas) y haciendo un “rebalanceo” de sus políticas monetaria y fiscal, pero también yendo más allá de las mismas.

“Desde hace más de 20 años nuestros países han tratado de acelerar el crecimiento potencial, privatizando bancos cuando la estructura pública era muy grande, o abriéndose al mundo las economías más pequeñas. Y está bien, pero eso ya se ha hecho y ahora se requiere enfrentar cosas más complejas, como mejorar la gobernanza de los gobiernos -lo que incluye agilizar permisos para facilitar las inversiones- y controlar la corrupción para que realmente impere la ley. La estructura del comercio también está lejos de ser perfecta, y se necesitan políticas climáticas ante hechos adversos”, afirmó.

“En los últimos años surgieron nuevos temas en la agenda y los PIB sufren más cuando no hay adaptación”, agregó, apuntando a la importancia de digitalizar procesos.

“Hay que hacer reformas y en forma acelerada. Si no, sobrevienen políticas populistas y es difícil salir de ahí. Por eso nuestro lema es acelerar el crecimiento”, reafirmó.

Recomendó que los bancos centrales vuelvan a la “normalización” cuanto antes (en comparación con los tiempos de pandemia y sus secuelas) e instó a que alcancen consolidación fiscal para tener margen de maniobra ante futuros shocks, del que hoy adolecen.

Mencionó a Uruguay al señalar que el país, al igual que Paraguay y Perú, tuvieron shocks climáticos -en especial a fines de 2022 y principios 2023 en el caso uruguayo- que desviaron su crecimiento potencial, pero que actualmente volvieron a su ciclo.

Dólares. Foto: FMI
Dólares. Foto: FMI

Deudas

Erick Parrado, economista jefe y gerente general del departamento de Investigación del BID, recomendó ser “más finos en el manejo de la deuda” y hacer un mejor uso de los recursos.

Recordó que América Latina está pagando en intereses, en promedio, entre el 10% y el 12% de todos sus ingresos fiscales, cuando los países más desarrollados pagan entre el 2,5% y 3%. “Es un montón de dinero. Imagínense si pudiéramos ahorrar esos recursos para dirigirlos a gasto social, inversiones o infraestructuras”, reflexionó Parrado.

Al hacer referencia a la necesidad de utilizar mejor los recursos disponibles, destacó que para ello se requieren reformas que no dependan de los ciclos políticos y que se debería priorizar la educación, la reeducación y las tecnologías como inteligencia artificial para aumentar la productividad. “En muchos países crecemos porque hay más trabajo o algo más de inversión, pero no porque seamos productivos, advirtió.

Poco espacio fiscal

En la medida en que no existe -o hay muy poco- espacio fiscal en estos países, los expertos insistieron en que la solución pasa por la consolidación rápida y la atraer inversiones.

Plantearon que las reformas deberían orientarse al aumento de los ingresos fiscales. “Esto se logra no solo aumentando impuestos, sino combatiendo la evasión y la elusión fiscal”, puntualizó Parrado.

Asimismo, recomendó ser más eficientes en los gastos ante subsidios energéticos en sectores que no los necesitan, o bajando salarios muy altos en el sector público, entre otras cosas que deberían reverse para aumentar los ingresos y bajar las deudas del Estado.

El FMI sostiene que existen exoneraciones tributarias en esta región que fueron bien dadas en su momento por situaciones coyunturales y que se han mantenido sin sentido. “Hay que discutirlas cada tanto tiempo, porque allí hay mucho dinero”, dijo Valdés.

En otro orden, Parrado consideró que “los países no deberían estar cómodos cuando sus niveles de deuda son bajos, porque es algo a favor (o no) dependiendo de la velocidad de acumulación de ésta”, dijo.

Tanto el FMI como el BID defienden la recomendación de que los países desarrollen una agenda paralela para aumentar el PIB y puedan enfrentar los problemas sociales, según sus necesidades, debido al poco espacio fiscal existente.

“Para lo fiscal, es mejor tener un crecimiento alto. No es lo mismo tener un 2% que un 4% de incremento”, lanzó.

En cuanto a las reglas fiscales, Parrado recomendó especialmente “que sean de calidad y que se cumplan”.

Por su parte, Carlos Carvallo, presidente del Banco Central de Paraguay, destacó la relevancia de la autonomía de los bancos centrales y ministerios de Economía para despertar confianza por parte de los diversos actores económicos y que el sistema funcione.

Gente de compras en Montevideo
Gente de compras en Montevideo.
Foto: Leonardo Mainé

“Cautela”

Fernanda Guardado, economista jefe para América Latina de BNP Paribas (quien ocupó altos cargos en el Banco Central de Brasil) hizo referencia a la actual cautela de los bancos centrales de esta región, en espera de ver qué pasa en la Reserva Federal (Fed) y los bancos centrales europeos, atentos a que no se produzca depreciación del tipo de cambio ni salida de capitales como sucedió en el pasado.

“Hay que ver qué sucede con las tasas de interés; también hay que tener cautela sobre los precios internacionales de los alimentos, que sufrirán mayor alto impacto por eventos climáticos como sequías e inundaciones”, afirmó.

Es por eso que los expertos recomendaron “vivir con la volatilidad de los commodities” y tener una visión a largo plazo: cuando el precio está alto ahorrar para estar preparados cuando bajen. Eso estabiliza los gastos fiscales a futuro.

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