La confianza en Uruguay y los entretelones que dejó la emisión de un bono global al 2060 por US$ 1.298 millones

El gobierno de Uruguay recibió una muestra de confianza de los mercados financieros internacionales con la fuerte demanda que tuvo un bono en dólares con vencimiento al año 2060.

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Ministerio de Economía y Finanzas (MEF)
Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
Foto: Estefanía Leal

Redacción El País
El gobierno salió ayer a los mercados internacionales en busca de fondos frescos en lo que es una estrategia de prefinanciar vencimientos de deuda que ha trascendido gobiernos y es una auténtica política de Estado (tras la crisis de 2002, se busca tener en “caja” el dinero para cubrir pagos de deuda durante 13 meses). En esta ocasión, Uruguay emitió un bono global en dólares con vencimiento en el año 2060 y recompró algo de deuda que vence a corto plazo. Es la segunda salida a los mercados internacionales en el año después del hito que implicó emitir en mayo un bono en Unidades Indexadas y reabrir otro en pesos.

En aquella ocasión el gobierno había hecho una operación de deuda inédita al emitir un bono global en Unidades Indexadas y reabrir otro en pesos en forma simultánea (lo que se conoce como dual tranche) y así colocar deuda por el equivalente a US$ 1.800 millones.

El gobierno recibió un espaldarazo de los mercados internacionales con una demanda que más que triplicó lo emitido, en medio de la discusión sobre un plebiscito que propone varios cambios en jubilaciones y que puede generar un terremoto económico-financiero para Uruguay.

En la mañana de ayer, Uruguay anunció la emisión de un nuevo bono global denominado en dólares, con vencimiento final en 2060, amortizable en tres pagos anuales en 2058, 2059 y 2060 (vida promedio de 35 años). Al mismo tiempo, lanzó una oferta de recompra de tres bonos globales en dólares, de vencimientos en 2025, 2027 y 2031. La misma le ofrecía al inversor la posibilidad de vender su bono a la República Oriental del Uruguay por efectivo (denominadas “ofertas no preferidas”), o de presentarlo como parte de pago del nuevo título que se emitía (“ofertas preferidas”).

Ya en ese momento de la mañana, fuentes del mercado estimaban que el nuevo bono de Uruguay tendría un tamaño que superaría los US$ 1.000 millones.

Finalmente, la emisión total alcanzó a US$ 1.298 millones, de los cuales US$ 1.250 millones fueron a cambio de efectivo (tal como adelantó El País ayer en la tarde), “emitiéndose el remanente para recomprar algunos de los bonos elegibles establecidos en la oferta”, señaló el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) anoche en un comunicado.

Los inversores tuvieron gran avidez por el título de deuda uruguaya, ya que la demanda más que triplicó el monto emitido. El libro de órdenes de los inversores en su máximo, superó los US$ 4.500 millones, indicó el MEF.

Esta fuerte demanda de inversores, permitió al gobierno achicar el interés que pagará por el nuevo bono. Hay una “negociación” con los inversores donde eso ocurre.

La "negociación" con los inversores

Este tipo de "negociación" se da en cada emisión de deuda.

En este caso, durante la mañana y parte de la tarde, los bancos colocadores que participaron en esta operación -HSBC Securities (USA Inc.), Itaú BBA USA Securities Inc. y Santander Capital Markets LLC- fueron recibiendo la demanda de los inversores.

El gobierno indica una referencia de salida de la tasa de interés a la que podría emitirse el nuevo bono en dólares. En este caso, la referencia inicial fue 145 puntos básicos por encima de lo que paga un bono del Tesoro de Estados Unidos a un plazo similar (es decir a 35 años).

Si hay mucha demanda (como ocurrió ayer), el gobierno puede “apretar” la tasa (es decir, ofrecer pagar un poco menos) y allí habrá inversores que seguirán adelante, otros demandarán menos monto de lo inicialmente previsto y otros se bajarán.

Una vez definida la tasa final (fue 115 puntos básicos por encima de un bono del Tesoro de Estados Unidos a un plazo similar), se consolida el libro de órdenes con los inversores que finalmente aceptan comprar el título de deuda.

“Esto representa el spread (diferencial de tasas de interés con las de Estados Unidos) más bajo que pagó Uruguay en su historia para el plazo referido”, destacó el MEF.

Con ese diferencial, el rendimiento del bono fue de 5,293% anual, con un cupón de 5,25% anual.

Por otro lado, “la concesión que pagó el gobierno por encima de la curva soberana fue nula. Ello se desprende porque el bono global uruguayo de referencia, existente en el mercado secundario al plazo más cercano (con vencimiento final en el año 2055), tenía una prima de riesgo de 110 puntos básicos al momento del anuncio de la transacción, y a su vez, el premio por extender el plazo cinco años más, se estimó en 5 puntos básicos, totalizando el spread de 115 puntos básicos que finalmente se concretó en la nueva emisión”, remarcó el ministerio.

Es decir, el bono de vencimiento más largo de Uruguay hasta este era el de 2055, que paga al inversor 110 puntos básicos por encima de lo que paga un bono similar de Estados Unidos (considerado libre de riesgo). Por extender cinco años más el vencimiento (a 2060) se estimó que se pagan 5 puntos básicos más, totalizando los 115 mencionados. Esto es porque a mayor plazo, hay más riesgo que asume el inversor y se lo “premia” pagándole un retorno mayor.

El director de WealthMan Corredor de Bolsa, Nicolás Coccino dijo a El País que la “muy buena demanda” que tuvo el bono, se reflejó en esos “solo 5 puntos básicos” por encima del rendimiento del bono que vence a 2055.

“El timing fue muy bueno, venimos de agosto que fue hasta ahora el mes del año con mayor rally (aumento de precio de un activo sostenido) de los mercados y además se espera que setiembre tenga una agenda cargada de nuevas emisiones de deuda en América Latina”, señaló Coccino.

Por tanto, el gobierno “aprovechó bien las tasas bajas del momento antes que ajusten (al alza) por la gran oferta de otros créditos que se espera en el mes, concluyó.

El gobierno destacó nuevos inversores

El MEF destacó que “en un contexto de volatilidad y de amplia oferta registrada en los mercados globales, la demanda de los inversores superó ampliamente el monto ofrecido”.

Además, resaltó que se lograron varios objetivos, como el hecho de que el gobierno “logró emitir un nuevo bono en el tramo largo de la curva, algo que no hacía desde 2018”.

“El libro de órdenes estuvo compuesto por una base inversora de alta calidad y diversificada, con un total de 154 cuentas participantes”, añadió. Esto es relevante porque a mayor diversificación, más oportunidades para emitir nueva deuda cuando se requiera, entre otros aspectos.

Además, entre los inversores hubo cuentas que acompañaron por primera vez a Uruguay, provenientes de países como Irlanda, Corea del Sur, Emiratos Árabes, Singapur, Taiwán, Luxemburgo, entre otros, remarcó el MEF.

“Esta nueva emisión confirma, una vez más, la confianza que los inversores, tanto locales como internacionales, tienen en la fortaleza macroeconómica de Uruguay”, concluyó el comunicado.

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