FINANZAS DE BOLSILLO
Tres especialistas explican los diferentes puntos que se deben analizar en la situación económica del hogar previo a tomar la decisión de pedir un crédito
En el mes de marzo, las entidades financieras dieron US$ 305 millones en préstamos personales, según datos del Banco Central (BCU). A su vez, durante el primer cuatrimestre del 2019, el Área Defensa del Consumidor recibió 963 consultas bajo la categoría “servicios financieros”. Estás representan el 21,5% del total de las solicitudes de asesoramiento.
Más allá de las cuestiones técnicas que se deben tener en cuenta a la hora de pedir un préstamo, el solicitante también debe analizar su economía personal. Sobre esto, Nelson Chicurel, contador público y licenciado en administración de empresas, entiende que “lo ideal sería que esta fuera una decisión racional, pero las personas lo suelen solicitar cuando lo necesitan de verdad y, por ejemplo, no llegan a fin de mes”.
En cuanto a la cantidad de cuotas en las que se debe sacar un préstamo personal, se debe tener en cuenta el beneficio para el cual se adquirió, explicó Magdalena Perutti, contadora pública y directora de asesoramiento financiero en KPMG. “Si una familia toma un préstamo para amortiguar los gastos de inicio de clases en 18 cuotas, es un inconveniente. La razón es simple: al año siguiente, cuando se necesite volver a invertir con el mismo fin, todavía se estará con el pago del préstamo anterior”, ejemplificó. En un contrato más corto, por ejemplo, las cuotas de un crédito con el objetivo de comprar ropa de invierno no deberían sobrepasar la duración de la estación.
La tasa de interés es uno de los puntos más importantes según Chicurel. “Se debe tener cuidado ya que puede resultar que se pague una cantidad mayor a la prestada por el servicio financiero”, afirmó.
Es que según la información del BCU a mayo, la tasa media de interés para préstamos a familias por hasta 365 días sin autorización de descuento (esto es, sin descuento de la cuota en el sueldo) llega a 180%. ¿Qué implica eso? Que hay financieras que pueden cobrarle hasta tres veces (sí, tres veces) el monto prestado. ¿Es esto usura?
Según el Monitor del Mercado del Crédito al Consumo (MMCC) realizado por la financiera Pronto!, para marzo del 2019 el 81% de la población encuestada tenía créditos vigentes. Si se tiene en cuenta el informe de diciembre de 2018, el indicador cayó un 4%. El estudio también arrojó que el promedio de préstamos que mantienen las personas que cuentan con algún tipo de endeudamiento es 2,2. Esta cifra ha tenido una leve subida de 0,1 desde setiembre de 2018 a marzo del presente año. Se debe tener en cuenta que la muestra tomada por el estudio abarca personas del segmento socioeconómicos de rangos C-2 a E (medio, medio-bajo y bajo) y utilizan un sondeo personalizado con familias ingresadas al sistema.
En cuanto a la posibilidad de contraer algún crédito en un plazo breve de tiempo, un 14% dijo que sí lo planea al momento de realización de la encuesta, según el informe MMCC de marzo. Asimismo, ese porcentaje bajó ya que en diciembre 2018 se encontraba en un 20%.
En un nivel personal lo principal a analizar cuando se pide un préstamo, según Chicurel, es la estabilidad laboral. Explica que en este momento la cantidad de préstamos solicitados sufrió una baja como consecuencia del aumento de la desocupación. “Por lo tanto, si no se está seguro de que puede mantener el trabajo, no es un buen momento para endeudarse. En caso de que quede desocupado, sería un gasto fijo más que se le suma a los que ya tiene el hogar”, alertó.
En la misma línea, el posible deudor debe analizar el tipo de ingreso que tiene. En caso de que sea un salario fijo, tiene una mayor estabilidad y no habría grandes inconvenientes, según Chicurel. Sin embargo, el experto advierte que, en los casos de sueldos variables, la persona debe mirar cómo es el flujo de ingresos y determinar si pronostica la posibilidad de que baje en el corto o largo plazo.
En cuanto a las monedas en las que se solicitan los préstamos, el 74% de ellos fueron pedidos en pesos uruguayos, un 24,8% en dólares y un 1,3% en unidades indexadas, según datos de marzo del 2019 del BCU.
Según Emilio Díaz, gerente de segmentos particulares y producto de BBVA, uno de los aspectos a tener en cuenta a la hora de solicitar un préstamo personal es el tipo de moneda. “En caso de que el solicitante cobre en pesos, es conveniente que el crédito sea igual”. Perutti agrega: “Lo que se busca con esto es evitar que el deudor sufra las consecuencias de un cambio brusco del valor de la moneda en la que se pidió”.
A su vez, en el mercado también existe la opción de pagar los créditos en unidades indexadas. “Por cómo funciona este valor de cambio, siempre son una buena opción a evaluar”, explicó Díaz. Unas 448 millones de unidades indexadas fue el monto total prestado en esta moneda y todas bajo la modalidad de préstamos mayores a 30 días, según datos de marzo del BCU.
Medir la capacidad de repago del crédito que tiene el hogar es esencial a la hora de tomar la decisión, según Perutti. Díaz aconseja lo mismo y recomienda listar los gastos fijos mensuales, sumarlos y ver cuál es el margen que se tiene para poder pagar una cuota. A su vez, advierte que se debe dejar un margen por si surge algún imprevisto. Chicurel agrega que grandes gastos a futuro en la familia deben ser tomados en cuenta como, por ejemplo, la educación privada de alguno de sus integrantes.
En caso de que no se hagan bien los cálculos, Perutti advierte que se puede generar un efecto ‘bola de nieve’. Esto se produce cuando la familia no tiene dinero para pagar la deuda y decide tomar un segundo préstamo para sobrellevar los gastos. “A su vez, si no se corta con la cadena se puede producir un ahogamiento financiero en la familia. Aunque suene tentador tomar un crédito para pagar un viaje o un cumpleaños, la realidad es que el valor de la cuota sí o sí debe ser un excedente en el balance familiar”, aclaró. “Parece algo obvio pero a veces, en la necesidad de conseguir el dinero, no tome en cuenta que la cuota que deberá pagar entre de manera cómoda en el presupuesto”, concluyó Díaz.
Lo que hay que ver además de la tasa de interés
Además de las tasas de interés, hay que mirar otros costos a la hora de tomar un crédito. ¿Cuáles son? Se trata de aquellas prestaciones que sin ser los intereses compensatorios ni moratorios deben ser pagadas al acreedor en una operación de crédito. Como ejemplo se pueden mencionar las comisiones, los seguros, los gastos de administración y los gastos de envío. Estas partidas pueden considerarse para determinar una tasa que las incluya, además del interés y nos permita así determinar el costo financiero total del préstamo. La tasa que las incluye se la conoce como tasa de interés implícita o tasa interna de retorno. Es un factor que no siempre se suele tener en cuenta y suele ser “la letra chica” del contrato.
¿Qué se debe ver antes de pedir una tarjeta?
Además de para pedir un crédito, hay que conocer qué se debe tener en cuenta a la hora de solicitar una tarjeta de crédito. En un Finanzas de Bolsillo anterior desde el Departamento de Comunicación del Banco Central señalaron a El País que es “relevante” que quien pretenda solicitar una tarjeta de crédito conozca todo lo necesario sobre ellas. Parte de la información que resulta imprescindible conocer tiene que ver con las “clases de tarjetas, formas de pagos, tipos de interés aplicables, comisiones, qué hacer si se pierde la tarjeta o si se la roban”. Es importante que, previo a que una persona solicite una tarjeta de crédito, conozca cuál es su historial crediticio. Esto se puede solicitar a Equifax (el viejo Clearing de Informes) en Luis A. de Herrera 1248 escritorio 232, en el complejo WTC, Edificio Avenida de 9 a 17:30 horas. También se puede chequear laCentral de Riesgos del BCU
La pregunta: ¿Cuándo se configura la usura?
La respuesta: cuando los intereses superan el tope legal
La ley de Tasas de Interés y Usura (Ley 18212, de 5 de diciembre de 2007) ha fijado para los préstamos de dinero un tope a las tasas de interés, incluidas las compensaciones, gastos de administración, comisiones y otros que se cobran por un crédito o préstamo. Cuando los intereses y/u otros cargos cobrados en una operación de crédito o préstamo superan los topes máximos fijados se configura usura, delito que se encuentra penado.
Se le llama usura a los intereses y/u otros cargos cobrados en una operación de crédito o similares, que superan los topes máximos fijados por la ley.
Dicha ley establece las tasas máximas que le pueden cobrar al otorgarle un crédito, tanto los bancos como las cooperativas, las empresas administradoras de crédito, los prestamistas o las personas físicas en general. En el cálculo de esa tasa máxima se deben incluir no sólo los intereses, sino también las compensaciones, comisiones, gastos u otros cargos.
¿Cuáles son los topes? Para créditos menores a 2 millones de Unidades Indexadas ($ 8.352.600 actualmente) 55% sobre las tasas medias de interés (actualmente llegan hasta 180%) y para préstamos iguales o mayores a 2 millones de Unidades Indexadas, el tope es de 90% por sobre las tasas medias de interés.
Es decir, que actualmente una tasa de interés de 200% es absolutamente legal. [Fuente: Banco Central]