La envidia y su impacto directo en nuestros ahorros

La comparación con otros estilos de vida puede llevarnos a realizar gastos muy innecesarios.

Compartir esta noticia
Dinero
Ahorrar dinero.
Foto: Freepik.

En la sociedad actual, es común compararnos con los demás en diferentes aspectos de la vida, incluidas nuestras finanzas. La envidia financiera es un sentimiento poderoso que puede surgir cuando percibimos que otros tienen más éxito económico que nosotros. Esta emoción compleja puede tener un profundo impacto en nuestras percepciones de éxito y bienestar, afectando nuestra salud financiera y emocional en el proceso. Por ello, en este Finanzas de Bolsillo abordaremos el tema de la envidia financiera y su influencia en nuestras vidas económicas y emocionales.

Analizaremos a la envidia como principal distorsionadora de nuestras percepciones del éxito, lo cual deriva en una búsqueda insaciable de riqueza material y hace que nos comparemos constantemente con los demás, práctica que puede llevarnos a tomar decisiones financieras poco saludables, impulsivas e incluso perjudiciales para nuestro futuro económico.

Envidia y relación con el dinero

La envidia es una emoción compleja y poderosa que experimentamos cuando percibimos que alguien más posee algo que deseamos fervientemente y no tenemos. Relacionada con el dinero, la envidia financiera se refiere específicamente a la envidia que surge en el ámbito económico. Esto ocurre cuando vemos a otras personas con una mejor posición financiera, mayores ingresos, inversiones exitosas o un estilo de vida lujoso y experimentamos sentimientos de envidia al comparar su situación con la nuestra.

Puede llevarnos a sentirnos descontentos con nuestro propio nivel de riqueza y a desear tener lo que ellos tienen, incluso si no es necesariamente lo que realmente queremos o necesitamos. La envidia financiera puede desencadenar una serie de comportamientos y actitudes no saludables en relación con el dinero, como el endeudamiento excesivo para mantener una apariencia de éxito, gastos innecesarios para igualar el nivel de vida de otros o la búsqueda de inversiones arriesgadas con el objetivo de obtener ganancias rápidas.

Para no caer en el endeudamiento, Marcela Romero, coordinadora del programa de planificación financiera en BECA Advisors, sostuvo que lo importante es siempre llevar un registro de lo que se gasta, para así poder identificar aquello que no vale la pena. En ese caso, el primer paso para optimizar nuestra relación con el dinero es visualizar cuánto de nuestros ingresos perdemos en gastos innecesarios, tales como: el café, golosinas, alguna compra por mero capricho o gastos cotidianos que atentan contra la estabilidad financiera.

Envidia y las redes sociales

En la actualidad, la envidia financiera sigue siendo una emoción compleja y relevante, pero su influencia se ha intensificado en la era de las redes sociales y la hipercomunicación. Plataformas como TikTok, Meta (anteriormente Facebook), Twitter e Instagram nos exponen constantemente a imágenes y narrativas de éxito, riqueza y logros económicos de otras personas, lo que puede generar sentimientos de envidia y deseo de tener lo mismo que los demás. Ahora, ¿cómo puede afectar a nuestra economía esta persuación por tener algo que se encuentra en las redes? Romero opinó que cuanto más nos dejamos tentar por los gastos innecesarios, más nos alejamos de nuestro plan de ahorro e inversión, es decir, de nuestra meta financiera final.

“Los algoritmos ´leen´ lo que nos atrae para después caernos con una enormidad de posibilidades, pero si no lo reconocemos y nos dejamos llevar, van a crear caos en nuestras finanzas”, agregó.

En ese marco, la presión social y la necesidad de pertenencia en el mundo digital pueden incentivar el consumo basado en la comparación y el deseo de ser vistos como exitosos por nuestros seguidores.

Beneficios y alternativas para con el ahorro

Existen diversos beneficios que se presentan en la palma de la mano si uno logra seguir un camino adecuado y sin sobresaltos para conseguir ahorros a través de nuestro capital personal. Uno de ellos es la reserva de emergencia, ya que el ahorro proporciona un colchón financiero en caso de emergencias inesperadas, como gastos médicos o reparaciones urgentes, evitando recurrir a deudas costosas. El logro de metas también ayuda a alcanzar objetivos a largo plazo, como por ejemplo comprar una casa, financiar la educación o jubilarse cómodamente, proporcionando los recursos necesarios para cumplir estas aspiraciones. Otro beneficio es la estabilidad financiera. El ahorro brinda seguridad y estabilidad económica al crear una base financiera sólida, reduciendo el estrés causado por la incertidumbre financiera. La inversión y crecimiento es otro beneficio clave, ya que los ahorros pueden convertirse en capital para inversiones productivas, estimulando el crecimiento económico al financiar proyectos y emprendimientos.

Por último, el ahorro nos puede ayudar a enfrentar situaciones económicas difíciles, ya que provee recursos para superar recesiones y mantener el nivel de vida en tiempos de adversidad. En cuanto a las alternativas, uno puede cuidar sus ahorros y organizarlos a través de una planilla de Excel. Además, allí se pueden ir cargando los estados de cuenta de manera mensual para ir monitoreándolos.

Es importante reconocer que lo que vemos en las redes sociales es solo una versión cuidadosamente editada y seleccionada de la vida de las personas, y no siempre refleja la realidad completa. La envidia financiera generada por las redes sociales puede ser engañosa, ya que no conocemos las luchas internas y desafíos financieros que pueden estar enfrentando aquellos a quienes envidiamos.

Para manejar la envidia financiera en la era de las redes sociales, es crucial cultivar una mentalidad consciente y reflexiva, ya que nuestro valor no está determinado por nuestras posesiones materiales o la cantidad o comentarios de nuestros seguidores.

Envidia y su impacto en el ahorro

La envidia puede tener un impacto negativo en el hábito de ahorrar al hacernos comparar constantemente nuestras finanzas con las de otras personas en nuestro entorno cercano. Al notar esa aparente prosperidad en algún familiar o comprañero de trabajo, una persona puede comenzar a sentir envidia y una sensación de insatisfacción con su propia situación financiera, por lo que se siente tentado a igualar el estilo de vida de los demás, aunque eso implique gastar más de lo que puede permitirse.

En ese sentido, uno comienza a realizar compras impulsivas y a gastar dinero en lujos innecesarios para demostrar que puede estar a la par de su círculo cercano. Dicha envidia financiera lleva inevitablemente a la persona a descuidar su hábito de ahorro, ya que en lugar de destinar una parte de sus ingresos al ahorro para el futuro, se concentra en mantener una apariencia de éxito material en el presente.

En ese marco, Alessandra Crosignani, economista y formadora financiera de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), dijo a El País que el ahorro y el cuidado del dinero no se pierden mientras sean un hábito para quien lo practica.

Ahorrar es apartar dinero cada vez que se recibe un ingreso, y si es un extra, apartarlo todo. Para esto es imprescindible tener bien definidos los objetivos financieros, porque el ahorro es el combustible para alcanzarlos en el corto, mediano y largo plazo”, explicó.

Por esa razón, es crucial saber distinguir los gastos que podemos realizar en verdad, sin la necesidad de comprometer nuestro hábito de ahorro o por qué no, nuestro ahorro para emergencias, destinado únicamente a situaciones de extrema necesidad. [En base a La Nación/GDA]

¿La tarjeta de crédito puede comprometer nuestro hábito de ahorro?

Ante la búsqueda por ostentar un estilo de vida que no tenemos, uno puede usar medios de pago que nos permitirán realizar esas compras que deseamos, aunque eso implique endeudarnos a futuro. Uno de esos medios es la tarjeta de crédito. Crosignani dijo a El País que con medios de pago menos tangibles (como las tarjetas de crédito) , los resultados de las investigaciones de la economía comportamental confirman que tendemos a gastar más. “Cuando usamos efectivo la tangibilidad es absoluta y tenemos una muy buena idea visual de cuánto estamos gastando, por lo que el cerebro experimenta la pérdida de dinero. Pero a medida que la experiencia de pago transita hacia lo intangible, el dolor del desprendimiento disminuye, debido a que el cerebro recibe la gratificación del producto adquirido y siente menos el desprendimiento del dinero porque se realiza con un medio de pago casi intangible”, explicó. Por su parte, Romero destacó que dicha práctica también puede afectar nuestras finanzas. “La ilusión de que puedo gastar más de lo que genero me lleva a que, cuando llega la fecha de pagar lo que debo, tenga que pagar el monto mínimo o menos del total de la deuda. De esa forma voy a alimentantar deudas con intereses que suelen ser muy onerosos”, sostuvo.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar