El economista español José Juan Ruiz advirtió sobre las dificultades que afronta la negociación entre los países del Mercosur y la representación de la Unión Europea para avanzar en un acuerdo de asociación, que se discute desde el año 2019. Consultado por El País en Madrid, donde el profesional expuso sobre las relaciones entre Europa y América Latina en un foro internacional organizado por Banco Santander, expresó igualmente que “hay diferencias importantes entre ambos bloques” que complejizan la negociación.
No se perdió el tren
Ruiz es economista por la Universidad Autónoma de Madrid y preside desde hace dos años el Real Instituto Elcano, uno de los más destacados think tanks de habla hispana. Para el experto, las señales acerca de que cumplido el semestre de Brasil y España como presidentes en los respectivos bloques el tratado Unión Europea-Mercosur se aleja definitivamente, “no son de recibo”.
Dijo no afiliarse a la postura de que “el tren pasa una vez y se pierde”, aunque admitió que ha pasado mucho tiempo y muchas oportunidades “no se aprovecharon; todos esperábamos más en este último período”, reconoció.
“No creo que Europa o el Mercosur vayan a tirar un esfuerzo de 25 años”, añadió, si bien el cierre del período de presidencia española “deja atrás una etapa en la que había expectativas de avanzar”. También admitió que Europa “ha centrado su atención en otros asuntos”, en referencia fundamentalmente a la invasión rusa a Ucrania.
La Unión Europa renueva en 2024 no solamente la presidencia rotatoria del consejo, sino la mayoría de sus autoridades ejecutivas y también el parlamento europeo. Además, define sus estrategias para el próximo quinquenio.
“En el próximo semestre presidirá Bélgica y el siguiente Hungría, que no es de los países más próximos a un acuerdo con el Mercosur, pero más allá de los impulsos de la presidencia, no hay que sobredimensionarla. Acá hay cuestiones institucionales que tienen su dinámica propia y por tanto, la negociación con el Mercosur seguirá”, subrayó.
Razones que alejan
Sin embargo, Ruiz considera el acuerdo como “difícil y ambicioso”, por las condiciones de ambos bloques.
“Primero, se intenta alcanzar un acuerdo comercial entre una zona muy protegida, con dos de las economías más proteccionistas del mundo -como Argentina y Brasil-, con la zona económica más abierta del mundo, la Unión Europea”, explicó Ruiz.
En segundo lugar, dijo que el acuerdo es entre “una zona como la Unión Europea, con el mercado agrícola más protegido” y “las grandes potencias de producción de alimentos en el mundo”.
“Y en tercer lugar, la gran potencia de producción y exportación de manufacturas, con países en los cuales el desarrollo siempre ha estado históricamente vinculado a la generación de un desarrollo industrial”, añadió.
De todos modos, Ruiz advirtió que las cuestiones vinculadas con la especialización sectorial han ido cambiando, “por tanto podríamos llegar a colaboraciones en acuerdos de cadenas de valor en que se exploten las ventajas comparativas de cada uno de los países, y los países pueden ser de América o de Europa”. Calificó ese camino de “muy trabajoso, pero en el que hay mucha gente dispuesta a trabajar en Europa”.
Consultado sobre las diferencias centradas en las cuestiones ambientales, especialmente con Brasil, justificó la postura europea en el entendido que “el tema climático es lo más importante que tiene la humanidad en frente, no se trata de cuestiones nacionalistas ni de excusas, y Europa le da mucha importancia”.
Se trata de “un bien público global, y si bien los intentos de apoderarse de ciertos activos tienen su base en la soberanía nacional y hay que respetarla -en referencia a Brasil y la forestación- realmente lo que hay que buscar son los mecanismos de cooperación que permitan encuadrar esa mirada global con el derecho nacional”.
“Está claro que sin un acuerdo claro acerca de la Amazonía, es muy difícil poder llevar a cabo una descarbonización y eso necesariamente debe estar en la mesa de negociaciones”, resaltó.
Trampolín a la región
Ruiz fue el editor, junto con el uruguayo Ernesto Talvi y el argentino Carlos Malamud, del informe “Por qué importa América Latina” (julio 2023), donde se destacaba que la ratificación del acuerdo UE-Mercosur no significaba un fin en sí mismo, “sino el punto de partida para un proyecto más ambicioso que servirá a los intereses estratégicos y económicos” de la UE y América Latina.
“Si el acuerdo UE-Mercosur llega a buen puerto, la UE tendrá acuerdos con un 94% del PIB de América Latina, comparado con un 44% de EE.UU. y 14% de China. Se trataría de un logro nada desdeñable, ya que la UE sería la potencia mundial con una mayor presencia y vínculos más profundos con la región”, según el informe.
Sostienen también que el acuerdo UE-Mercosur sería además el trampolín para una integración UE-América Latina más ambiciosa y profunda y la vía para impulsar una integración intrarregional en América Latina, un objetivo que ha sido esquivo desde hace décadas.
Caída de la deforestación
La ministra de Medio Ambiente de Brasil, Marina Silva, afirmó el jueves que los recién divulgados datos sobre la caída en la deforestación en la Amazonía en el último año ayudarán a cerrar el acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur. “Estos resultados serán muy importantes, incluso para la finalización del acuerdo”, dijo Silva tras presentar las últimas cifras de deforestación, que apuntan a una caída del 22,3% entre agosto de 2022 y julio de 2023. La ministra consideró que, antes del cambio de gobierno, el pasado 1° de enero, Brasil estaba “en la lona” por los muchos “reclamos internacionales” respecto a la laxa agenda ambiental del exmandatario Jair Bolsonaro (2019-2022). “El mundo sabe del esfuerzo que está siendo hecho”, añadió. [EFE]