Redacción El País
La relación entre los bancos privados —nucleados en la Asociación de Bancos Privados (ABPU)— y el sindicato financiero AEBU se tensa al punto de que se cruzan acusaciones de “tergiversar” y "manipular" los costos que tienen las instituciones por la licencia sindical, que "quizás se olvidaron" de otros datos y de que falta transparentar “pagos en vehícuos y casas” para altos ejecutivos, así como las mismas licencias gremiales.

Pero, el problema viene desde hace meses. En mayo pasado, los bancos BBVA, Heritage, HSBC, Itaú, Santander y Scotiabank comunicaron la decisión de no renovar los convenios colectivos tras negociar y no acordar con AEBU una actualización de los mismo. El sindicato acusó allí a la ABPU de dar información "falsa" e "irresponsable"..

El pasado 31 de agosto vencieron los convenios colectivos en BBVA, Itaú, Santander y Scotiabank. Mientras AEBU dice que mantiene el diálogo con BBVA, Itaú y Scotiabank, en el caso de Santander, el sindicato denunció que “dos días después” de vencido el convenio “la dirección de la empresa comunicó a sus trabajadores, obviando al sindicato, una invitación a negociar individualmente con cada uno de ellos nuevas condiciones laborales”, según dijo el presidente de AEBU, Elbio Monegal.

La directora ejecutiva de la ABPU, Bárbara Mainzer había dicho al respecto al periódico La Diaria que el “Banco Santander respeta al sindicato y a los trabajadores sindicalizados. Santander —así como los demás bancos— está dispuesto a hablar cuando quieran”. Apuntó además que “hay muchos trabajadores que están contentos con las nuevas condiciones”.

Pero, la relación se tensó más luego que Mainzer dijera en El País el pasado miércoles que “el costo de las licencias sindicales, tanto de los que están en licencia permanente como aquellos que pertenecen a la comisión representativa de los bancos y toman licencia en el marco de su actividad gremial, supera los US$ 2 millones al año en los bancos privados”.

Agregó que según los convenios colectivos, puede haber hasta 10 personas de licencia sindical permanente, si bien hoy en los bancos privados hay 12, señaló. Mainzer dijo que “si se considera el equivalente a ocho horas de trabajo (en buena parte de los bancarios son 6 horas y 15 minutos más 15 minutos de descanso) el costo es de aproximadamente US$ 2,5 millones al año”.

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Ante eso, ayer AEBU emitió un comunicado en el que dijo que los bancos privados hacen “una manipulación deliberada de los datos, con la clara intención de desprestigiar la actividad sindical”.

“El costo real de las licencias sindicales en 2023 fue menos de la mitad de lo declarado por la ABPU (N. de R.: dice que fue US$ 1,16 millones en base a ocho horas), representando apenas el 0,35% de la masa salarial total de los bancos privados, incluidos los aportes a la seguridad social”, añadió.

“Para ponerlo en contexto, esta cifra es comparable a lo que un solo gerente general de un banco extranjero ganó durante ese mismo año”, contraatacó el sindicato.

“AEBU utiliza menos de una sexta parte de las licencias gremiales previstas en los convenios colectivos. Por lo tanto, este costo, ya laudado, no debería ser problemático para el conjunto de instituciones privadas extranjeras que reportan ganancias récord de forma constante”, espetó el gremio.

Según dijo Mainzer a El País, "no podemos estimar la licencia tomada porque al no cumplir con lo acordado en el convenio de notificar cuando las personas hacen uso de la licencia sindical, es algo que no se puede contabilizar ni controlar. No planteamos desconfianza, solo solicitamos transparencia y cumplimiento con lo establecido en el convenio".

Sobre transparencia, el sindicato llamó a la ABPU “a abrir un debate transparente sobre los verdaderos costos salariales en los bancos privados. No solo en torno a los derechos laborales, sino también respecto a los altos salarios, compensaciones, bonos, vehículos y viviendas asignados a los altos ejecutivos del sector financiero. Este debate pondría en evidencia cómo se distribuyen realmente los costos laborales que repercuten en los servicios ofrecidos a los clientes”.

“La estrategia de los bancos es clara: desviar la atención y situar a los trabajadores y sus derechos en el centro del problema. Sin embargo, lo que verdaderamente socava la confianza en el sistema financiero es la desinformación que promueven. Al manipular cifras y tergiversar la realidad, los bancos privados erosionan la credibilidad de instituciones cuyo mayor activo es la confianza de sus clientes”, lanzó AEBU.

El integrante del Consejo Central de AEBU, Pablo Andrade, dijo a El País que en 2023 fueron 10 dirigentes gremiales que hicieron uso de la licencia sindical permanente (y que actuamente son nueve) y que tomando en cuenta sus salarios, aportes, etc. más el resto de las licencias sindicales les da US$ 1,16 millones anuales de costo en base a ocho horas de trabajo.

En tanto, Mainzer señaló a El País que a la ABPU los números que le pasó cada banco totalizan US$ 1.670.085 anuales para los dirigentes gremiales que hicieron uso de la licencia sindical permanente (contando las primas por nocturnidad, doble aguinaldo, salario vacacional incrementado, en los casos que corresponden) en base a ocho horas. Si además se suma el resto de licencias sindicales la cifra supera los US$ 2,5 millones anuales.

Mainzer planteó que en AEBU "quizás se hayan olvidado de tomar partidas como el doble aguinaldo, la licencia incrementada (aunque se tomen, por ejemplo, 25 días, se pagan 30 días), o partidas por alimentación, vestimenta, salud, lentes u otras tantas. Hay partidas por antigüedad que superan los $ 50.000 y en base a ocho horas superan los $ 70.000.

Sobre la diferencia en la cantidad de dirigentes de AEBU en licencia sindical permanente, Mainzer señaló que "lo que dice el sindicato no se compadece con lo que el mismo sindicato aceptó durante las instancias de negociación, donde reconocieron que había 12 personas de licencia sindical en lugar de 10. En esa instancia incluso reclamaron que tenían derecho a 10 personas de licencia sindical permanente por institución. A lo que replicamos que ello no tiene lógica ya que esta cláusula se originó en un convenio general de rama".

Andrade señaló que lo que hace ABPU al sacar estos datos (que dice que no reflejan la realidad) “es una provocación más para tensar el vínculo”.

“Es lógico que la ABPU defienda los intereses del Santander, ya que su presidente, Gustavo Trelles, es el CEO del banco”, añadió.

Mainzer dijo que en ABPU "no entramos en calificativos, nos manejamos con datos objetivos".

"Una reacción similar sucedió cuando hace un tiempo dijimos que había sueldos superiores a $ 300.000 por tareas como escanear, tipear números y llevar papeles de un lado a otro. La respuesta fue que yo no tenía 'el más mínimo conocimiento de como funciona un banco'. La realidad es que, considerando un jornal de ocho horas, hay más de 50 personas en los bancos cobrando más de $ 300.000 por este tipo de tareas", concluyó.