Análisis económico: El Fondo Monetario Internacional en un mundo del "mal menor"

El debate comienza con las publicaciones estrella del Fondo Monetario Internacional sobre perspectivas económicas, el monitor fiscal y el informe de estabilidad financiera global; pero luego los mensajes toman vida propia.

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Fondo Monetario Internacional (FMI)
Fondo Monetario Internacional (FMI).
Foto: AFP

Jorge Sicilia, economista jefe del Grupo BBVA

Las reuniones del Fondo Monetario Internacional (FMI) son un encuentro útil para pulsar la salud de la economía y analizar los retos a los que se enfrenta. El debate comienza con las publicaciones estrella del FMI sobre perspectivas económicas, el monitor fiscal y el informe de estabilidad financiera global; pero luego los mensajes toman vida propia.

Este año, la lectura ha sonado optimista porque se sigue revisando el crecimiento global al alza, pero también porque el FMI ha dado menos peso a los riesgos que ha delineado.

El mensaje negativo que más ha calado es el de las divergencias: desde las geográficas, con riesgos al alza en crecimiento (e inflación) en Estados Unidos, y a la baja en el resto del mundo; hasta las sectoriales, con la diferencia entre los altos precios de servicios y los bajos de bienes; y la cada vez más pobre senda de crecimiento esperado a largo plazo por cuestiones demográficas y por una baja productividad, que sólo tiene pulso en EE.UU..

En ninguno de estos puntos ha querido el FMI enfatizar el precio que se está pagando por los equilibrios de este nuevo mundo: los riesgos de sostenibilidad fiscal en EE.UU., las distorsiones que está generando en el resto de países por su política industrial y lo lejos que está de tomar la decisión de reducir aranceles a terceros países y bajar la inflación.

Adicionalmente, hay otros riesgos sobre los que habla con menos énfasis, pese a tener argumentos de peso para hacerlo. No hay gobernanza global en un mundo que comercia e invierte cada vez menos fuera de los “bloques amigos”. La Organización Mundial del Comercio (OMC) y el G20 no están operativas para poner orden al comercio ni limitar el proteccionismo. El riesgo es que terminemos con medidas de política industrial en todas partes, muchas de ellas proteccionistas, que lleven a represalias cruzadas e impidan que se desarrolle el binomio de comercio y productividad. Y esto puede ir a peor si bajo el manto de la seguridad estratégica se imponen restricciones adicionales a nuevos productos o si países como EE.UU. aplican extraterritorialidad a la producción de China en otras regiones.

El ejemplo más claro es la transición hacia la descarbonización, donde el dominio de China en las cadenas de valor global de renovables, restricciones adicionales harían aún más improbable lograr el cero neto en emisiones en 2050. Otro ejemplo es el de la inteligencia artificial (IA) generativa. En un mundo fragmentado y con foco en la autonomía estratégica, la productividad que pueda venir por este lado no se distribuirá a todos los países, o lo hará estratégicamente. Como dijo un alto funcionario internacional: si la IA entra en casa, la seguridad nacional pasa a tener un papel central y llevará a restricciones entre países.

El sector privado estaba más pesimista por las guerras y el conflicto entre China y EE.UU.; el creciente intervencionismo de los gobiernos; el riesgo de ineficiencia en la ejecución de las políticas industriales para los que muchos países no tienen ni los recursos ni la calidad institucional necesaria. Y a esto se suma la dinámica de deuda en muchos países, empezando por EE.UU.; la incapacidad de Europa por cumplir las reglas fiscales, por rematar su integración en solamente un mercado; y la falta general de reformas estructurales competentes de los estados miembros, como la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial, que será el supervisor principal de este Reglamento en España. En el caso de las entidades financieras, la norma por defecto designa a las autoridades financieras como autoridades de supervisión del mercado.

¿Por qué le ha costado al FMI dar un mensaje más equilibrado? Quizás porque se ve como la única institución multilateral donde todavía se discuten temas globales. Y puede confiar en que su nuevo papel de seguir las políticas industriales y medir su impacto, de la mano con OMC, ayudará a que se regrese a un mundo de reglas; por ejemplo, si consigue acordar una taxonomía que limite las subvenciones excesivas o dañinas. Como contrapartida, el FMI es menos combativo con las políticas industriales, con la crítica al aumento de la deuda pública, y respeta el foco nacional en la autonomía estratégica y el papel de las políticas públicas. Tal vez quiera pagar el precio de aceptar un mayor intervencionismo por buscar ese mínimo común denominador de reglas. Ojalá le salga bien porque parece que está buscando su sitio en el mundo del mal menor.

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