ENCUESTA

La economía uruguaya afianzó su recuperación en el tercer trimestre de 2021 al registrar un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 5,9%, frente a igual período del año pasado y una suba de 2,7% en la medición desestacionalizada, es decir, en comparación con el segundo trimestre del año. Si bien aún no se conoce el dato del cuarto trimestre, la mayoría de los indicadores adelantados de la actividad económica confirman que la recuperación se habría acentuado al cierre de 2021.

Esto impulsó una mejora -tanto en diciembre como en enero-de las perspectivas de economistas, consultoras, bancos y AFAP, consultados por el Banco Central (BCU) sobre el crecimiento de la economía uruguaya. En tanto, si bien en diciembre las proyecciones de inflación se habían mantenido casi sin cambios, en la última encuesta se corrigieron levemente al alza.

Los datos se desprenden de la Encuesta de Expectativas Económicas y de Inflación correspondientes a enero y publicadas ayer por el regulador.

De acuerdo con la información divulgada, los analistas consultados previeron en mediana -se ordenan las respuestas de menor a mayor y se toma la del centro- que el PIB tendría un crecimiento de 4,18% en 2021 y de 3,21% en 2022.

La estimación para 2021 implicó un aumento en relación a la previsión de diciembre cuando proyectaron que crecería 4%. Mientras que la estimación para 2022 registró un leve descenso en comparación con la encuesta de diciembre, cuando habían previsto un crecimiento de 3,3%.

Al igual que en diciembre, las proyecciones de la actividad económica para 2021 oscilaron entre un mínimo de 3% y un máximo de 4,5%, mientras que las estimaciones de cara al 2022 variaron entre un mínimo de 2,5% y un máximo de 4,5%.

La revisión al alza del PIB para 2021 estuvo en línea con lo pronosticado por el economista y socio de Vixion Consultores, Aldo Lema, quien en diciembre había dicho a El País que la mejora en las expectativas “era previsible al internalizarse el buen desempeño económico del tercer trimestre”.

Además, Lema había adelantado que “probablemente” habría “alguna corrección adicional” en las proyecciones del PIB para 2021, porque una estimación del 4% “supone contracción en el cuarto trimestre y los indicadores coincidentes apuntan a una expansión”.

En línea con esto, el gerente del área de Análisis Económico de CPA Ferrere, Nicolás Cichevski había señalado en diciembre a El País que “si bien todavía no hay ninguna cifra (del PIB) del último trimestre, los indicadores adelantados son todos coincidentes en que la recuperación habría seguido” en el cuarto trimestre del año.

Otro aspecto a tener en cuenta, según señaló Cichevski en esa ocasión, es que en el primer trimestre de 2022 estará el impulso económico del turismo que no tuvo el país el año pasado debido al cierre de fronteras para frenar la propagación del covid-19.

A su entender, ese impacto “probablemente” haga que al llegar al segundo trimestre, es decir al promediar el año 2022, “la economía ya se encuentre en niveles por encima de los del año 2019”, había explicado Cichevski.

De cara a 2023, la encuesta del BCU reflejó que los analistas esperan en mediana un crecimiento del PIB de 2,78%, mínimamente por encima de lo que habían proyectado en diciembre (2,73%), pero aún por debajo de lo estimado en noviembre cuando preveían una suba de 2,83%.

A diferencia de lo que ocurrió en diciembre -cuando las estimaciones de inflación se mantuvieron casi sin variaciones-, en el primer mes del año los analistas consultados por el BCU corrigieron levemente al alza sus proyecciones en torno a la suba de precios esperada para 2022 y 2023. En este sentido, los consultados estimaron en mediana que la inflación se ubicará en 7,01% en 2022, mientras en diciembre habían previsto que fuera 6,9%. En tanto, para 2023 estimaron que la suba de precios será de 6,62% mientras que en la encuesta del mes anterior habían previsto una suba de precios de 6,50%.

De cara a 2024 las proyecciones reflejan que la inflación esperada es del 6,2%.

Por tanto, las expectativas de inflación relevadas por el BCU reflejaron que para 2022 aún están por encima de las proyecciones incluidas en la última Rendición de Cuentas (donde estimaron que la inflación sería de 5,8% este año), así como también por fuera del rango meta propuesto por el gobierno, que espera que el indicador se ubique entre 3% y 7% hasta agosto de este año, y entre 3% y 6% a partir de septiembre.

Para afianzar el proceso de reducción de las expectativas de inflación y contener el aumento de precios, el Comité de Política Monetaria (Copom) del BCU subió la Tasa de Política Monetaria (TPM, el “precio” del dinero) de 5,75% a 6,5% y anticipó que continuará con el aumento gradual de la tasa. Sin embargo, el economista y director del Observatorio de Coyuntura Económica de la Universidad Católica, Javier de Haedo cuestionó a través de su cuenta en Twitter: “Más suben la TPM y más suben las expectativas de inflación. Parece que no es solo cuestión de política monetaria”.