Ancap cerró el ejercicio del año 2023 con ganancias de US$ 85 millones. Esto significó una caída de casi un 50% respecto al año 2022, puesto que las utilidades en ese año fueron de US$ 163 millones. En 2021 las ganancias de la estatal habían sido de US$ 88 millones.
Ahora, ¿qué estuvo detrás de este resultado? ¿Cómo le fue al ente público en sus distintas unidades de negocio? ¿Qué impacto tuvo en sus números el cierre de la refinería de La Teja a partir del segundo semestre del año anterior? Para responder a estas preguntas, el directorio de Ancap organizó una reunión con la prensa en la que presentó los resultados del ejercicio 2023.
De la información publicada, se constata que el resultado final a nivel de todo el grupo Ancap más que revierte la pérdida en el mercado monopólico de combustibles con la ganancia de los negocios en competencia (lubricantes, gas natural, bunkers, pasteras) y el aporte de las ganancias de las empresas vinculadas al grupo Ancap (Ducsa, ALUR, entre otras).
La petrolera estatal registró ganancias por US$ 52 millones en el caso de los negocios no monopólicos (en el 2022 había alcanzado los US$ 97 millones) y por US$ 28 millones en el aporte de sus empresas vinculadas (en el 2022 habían sido de US$ 14 millones), entre las cuales se destacó como líder Ducsa, con una contribución total de US$ 29,8 millones, casi exactamente el monto alcanzado en 2022, ya que este fue de US$ 29,5 millones.
De todas formas, en el mercado monopólico, es decir en el que refiere a la importación y producción de combustibles -los cuales representan el 96% de los ingresos brutos-, el ente perdió US$ 29 millones en todo el 2023.
Las autoridades de la estatal manifestaron en esta ocasión que el margen bruto (considerados como ingresos por venta menos los costos directos de materia prima) se mantuvo (en 2023 fue de un 10%, mientras que en 2022 fue de 11%), pero debido a que los precios son menores, el resultado del ejercicio es peor.
Asimismo, desde agosto de 2023 Ancap comenzó a importar combustibles a costos más elevados de cara al cierre de la refinería en el mes de setiembre. En ese marco, durante el último trimestre del año anterior, y debido a la existencia de ambos stocks (el refinado y el importado), el margen bruto cae, pero lo hará más abruptamente una vez que se acabe (en los próximos meses) el stock proveniente de la refinería, según indicaron a la prensa las autoridades de la estatal.
Por otro lado, las autoridades manifestaron que si se realiza una comparación prepandemia, se observa que los ingresos netos (en este caso se situaron en US$ 2.366 millones) de Ancap subieron un 15%, mientras que los costos de venta subieron un 33% (situándose en US$ 2.124 millones).
Cabe señalar que los ingresos brutos de Ancap (que sufrieron una caída del 16% con respecto al año anterior), no incluyen márgenes y bonificaciones de distribución secundaria de gasolina y gasoil; aún contienen los márgenes de envasado y distribución de supergás, hasta el 1° de julio de 2023, cuando se comenzó a comercializar el supergás a plantas de envasado.
Con respecto a la composición de los costos de producción y bienes vendidos en relación al año 2022, se observa una caída del entorno del 19%. Esto se explica, en gran parte, por la caída de los costos del crudo y sus derivados, pasando del 81% en el ejercicio de 2022 a un 76% en el ejercicio del 2023.
Por otra parte, en relación al margen de refinanciación (que es la diferencia entre el precio de mercado internacional de los productos puestos en Uruguay menos el costo del crudo utilizado y el costo real de refinar en La Teja), el mismo fue de US$ 221 millones en 2023.
Cabe señalar que el margen de refinanciación a Precios de Paridad de Importación (PPI) de la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea) continúa siendo alto, pero menor al año 2022, en donde el monto alcanzado llegó a los US$ 414 millones.
A su vez, los datos suministrados por la estatal señalan que, debido al cierre de la refinería, desde setiembre de 2023 se estima el lucro cesante, asumiendo una operación normal y a paridad de importación Ursea de US$ 97 millones en 2023, mientras que las estimaciones hasta marzo de este año se sitúan en los US$ 57 millones.
En cuanto a la brecha del mercado interno de combustibles, la gasolinas y el supergás y propano estuvieron por debajo de la paridad de importación. En cambio, el gasoil en el período estuvo por encima de la paridad de importación que calcula la Ursea.
El subsidio focalizado de supergás representó, en este ejercicio de 2023, unos US$ 17 millones. En lo que va de 2024, la brecha de precios (por debajo) del PPI es de US$ 9 millones, más US$ 5 millones de subsidio focalizado de supergás.
En lo que refiere al destino de los ingresos por combustibles, la información suministrada por la estatal indica que durante 2023, a través de las estaciones Ancap, Disa y Axion del Uruguay, se comercializaron alrededor de 1 millón de metros cúbicos de gasoil y 880.000 millones de gasolinas por cerca de US$ 3.200 millones, siendo la incidencia de Ancap menor al 10%.
Con respecto a la distribución de estaciones del servicio en todo el país, la estatal destacó que existen unas 282 redes de estaciones Ancap, unas 98 estaciones de Axion y un total de 88 redes de estaciones de Disa.
Previsiones de nuevos proyectos para este 2024
En abril de este año, Ancap convocará a presentar expresiones de interés para desarrollar dos grandes proyectos para la transición energética: uno, relacionado con la producción de combustible sustentable de aviación, y otro para el desarrollo de logística de entrada y salida de líquidos en la Terminal del Este, de cara a los mercados regionales.
Con relación al proyecto para la producción de SAF, la licitación de Ancap convocada para contratar la licencia de proceso e ingeniería básica para el montaje de una unidad de hidroprocesamiento en la Refinería La Teja, cierra el 8 de abril. En ese marco, Alejandro Stipanicic, presidente de la estatal, señaló que es importante que Ancap “pise el acelerador” en lo que refiere a combustibles sustentables de aviación ya que las compañías aéreas ya están siendo obligadas a mezclar una parte del combustible JETA1 con combustibles sustentables.
“Si Uruguay no tiene en el mediano plazo una provisión asegurable de combustibles sustentables de aviación, puede quedar directamente afuera de las rutas aéreas”, destacó el jerarca. Además, el gerente general de Ancap, Ignacio Horvath, afirmó que comercialmente se están cerrando los contratos de aprovisionamiento de este proyecto, lo que sería, en este momento, una importante oportunidad para el ente. ¿Por qué es una oportunidad? Según Stipanicic, esto se debe a que el grupo Ancap cuenta con “dos de las cosas más importantes que se necesita”: la refinería con almacenaje y acceso a los mercados. Sin embargo, la “no tan obvia” y la que “representa un diferencial” para la estatal, es que ALUR tiene una “muy buena posición en el suministro de materia prima para aceites vegetales”.
Dicho suministro tiene tres grandes fuentes: la primera, las oleaginosas, cuenta con acceso a sebo animal y además hay un “potencial de sebo en la industria frigorífica uruguaya muy alto”. Además, se ha intensificado la recolección de aceite usado de cocina (UCO) a través de vertederos donde se descarta el aceite en envases suministrados por ALUR.
Un polo logístico en la Terminal del Este
La empresa uruguaya también realizará (a partir del mes de abril de este año) un llamado a expresiones de interés con el objetivo de desarrollar un polo logístico en la Terminal del Este para el manejo de líquidos de origen fósil y renovable. La oportunidad, en este caso, es aprovechar la infraestructura existente y el acceso a través de la boya petrolera y de una eventual segunda boya para productos de origen renovable, según señalaron los líderes de la estatal durante el encuentro con la prensa.
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