Redacción El País
En medio de una polémica por diversos proyectos de ley sobre el sistema financiero -en particular la idea de Cabildo Abierto de una reforma constitucional “contra usura y por deuda justa-, el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres) realizó un informe en el que analiza la actualidad de los bancos en Uruguay.
“Desde mediados de 2020, han surgido diversas propuestas desde el sistema político para introducir cambios en el funcionamiento del sector financiero y bancario”, recordó Ceres, que contabilizó ocho iniciativas de ese tenor. Entre ellas varias sobre la usura y la protección de deudores por operaciones de créditos.
La que ha despertado más polémica es la propuesta de Cabildo Abierto de juntar firmas para realizar un plebiscito que (de aprobarse) consagraría en la Constitución aspectos relacionados a la usura y la deuda de las personas físicas.
El informe “Ceres Analiza: Crédito Bancario en Uruguay. Rentabilidad y Costos del Sistema Bancario Privado” aseguró que “el sistema bancario uruguayo cuenta con elevada liquidez, alta capitalización, baja morosidad y moderada concentración, pero ofrece un nivel de crédito relativamente bajo para su nivel de desarrollo”.
¿Cómo es esto? En Uruguay el crédito bancario representa el 26% del Producto Interno Bruto (PIB). En Chile, por ejemplo, el crédito bancario alcanza a 113% del PIB y en países con un PIB per cápita similar al de Uruguay (entre 20% menor y 20% mayor) representa en promedio el 54% del PIB, según el análisis.
Ceres recordó que el crédito es importante para el “financiamiento de proyectos de inversión, aumento en productividad por incorporación de maquinaria y tecnologías, creación de empleo y para el fomento de la inclusión financiera que colabora en una reducción de la pobreza e informalidad”.
El documento hizo hincapié en que el margen líquido del crédito (lo que les queda a los bancos después de costos regulatorios, costos de personal, gastos generales y costos impositivos, es del 1,7%. Ese margen es “menor al costo de capital (8%) y a la tasa de interés real en Uruguay (3%)”, señaló el trabajo.
La “rentabilidad no cubre el costo de capital y es baja comparada a otras inversiones”, agregó.
En otras palabras, a los bancos les es más rentable colocar el dinero de los depósitos que reciben en otro tipo de inversiones (como Letras de Regulación Monetaria del Banco Central en Uruguay o títulos del Tesoro de Estados Unidos) que destinarlo a dar préstamos.
Para Ceres, en la “comparación internacional, el bajo nivel de crédito en Uruguay está más vinculado a elevados costos de funcionamiento bancario que a limitaciones institucionales”.
Dentro de la discusión que plantea Cabildo Abierto, y algunos otros actores del sistema político, es que las tasas de interés que se cobran por los créditos en Uruguay son de nivel de usura y que los bancos ganan muchísimo dinero, por lo que hay que poner topes a las tasas que se pueden cobrar.
Según Ceres “el margen de intermediación financiera del negocio bancario en Uruguay es bajo y menor que el retorno de inversiones alternativas libres de riesgo a nivel global” y además “el aumento en la rentabilidad en los últimos años se explica por comisiones y un mayor retorno del exceso de liquidez por el aumento de tasa interés global”.
Así, “la banca oficial (República e Hipotecario) ha tenido un ROA (retorno sobre activos) consistentemente más alto que la banca privada. Ambos alcanzaron su menor nivel de la década en 2016, subieron hasta 2019 y tendieron a niveles cercanos a 1% en 2022”, apuntó Ceres.
“En cuanto al retorno sobre el patrimonio (ROE), la banca oficial y privada mostraron ratios similares en la última década, con descenso en 2016, crecimiento hasta 2019 y moderación en los últimos años”, añadió.
Además, el centro de estudios sostuvo que “en la década 2011-2020, los bancos privados uruguayos tuvieron un retorno sobre activos relativamente bajo comparado con los países de la región. Tomando el retorno sobre patrimonio, se equiparan al promedio de Latinoamérica”. El rentabilidad sobre activos de los bancos privados uruguayos es menor que en Argentina, Paraguay, Perú, Nicaragua, y otros seis y mayor que Brasil, El Salvador, Bolivia, Chile y otros tres.
¿Por qué la rentabilidad es baja en un caso y promedio a nivel regional en otro (ROA y ROE respectivamente)?
Ceres apuntó por un lado, a que “la regulación exige altos requerimientos de capital en comparación con estándares internacionales, lo que genera costos elevados”. Por otro, “el sector enfrenta costos operativos altos en la comparativa internacional, particularmente en términos de personal, con costos por empleado por encima del promedio” y “a nivel impositivo, enfrenta una carga impositiva demasiado elevada, con características únicas a nivel global”.
El estudio concluyó que “el desarrollo del crédito bancario en Uruguay depende de que se lleven adelante los cambios necesarios para reducir los costos excesivos que limitan el negocio de intermediación financiera”.
Limitados derechos para recuperar
En el documento, Ceres resaltó otras particularidades del sistema bancario uruguayo. Una de ellas es que “los derechos legales y garantías para acreedores en Uruguay son limitados comparados a otros países, lo que limita la capacidad que tienen para recuperar lo que prestaron”. En una escala de 1 (peor) a 12 (mejor) del “Índice de eficiencia de derechos legales” en el sector financiero elaborado por el Banco Mundial, Uruguay obtuvo 4 puntos. Eso es igual que Chile, mayor que Brasil (2 puntos), pero menor que Sudáfrica (5 puntos), Corea del Sur (5), Alemania (6), Turquía (7), Reino Unido (7), Rusia (9), India (9), México (10), Colombia (11), entre otros.
Respecto a lo que Ceres ve calificó como “alto costo de personal” en Uruguay, el estudio encontró que los bancos “por cada $ 100 de remuneraciones que se paga en Uruguay, deben incurrir en un gasto de $ 63 adicionales ($ 38 por aportes, $ 22 por beneficios y $ 3 por contribuciones a planes post-empleo)”.
Esto es porque el aporte patronal que pagan los bancos por cada trabajador es del 25,25% del salario nominal (cuando el aporte patronal básico en general es del 7,5%), el aporte personal es del 17,5% (15% en el régimen general) y además abonan un 0,025% de sus activos de forma mensual por concepto de Prestación Complementaria Patronal (para financiar la Caja de Jubilaciones y Pensiones Bancaria). “El costo de personal representa el mayor obstáculo en términos de costo operativo para el sector”, afirmó Ceres.